Repaso a una historia de amor

Actualizado
  • 09/05/2009 02:00
Creado
  • 09/05/2009 02:00
Mientras la reina Isabel se caracteriza por su seriedad, por su disciplina, por guardar siempre la compostura y seguir al pie de la letr...

Mientras la reina Isabel se caracteriza por su seriedad, por su disciplina, por guardar siempre la compostura y seguir al pie de la letra el protocolo, su esposo, el príncipe Felipe, es reconocido por todo lo contrario.

Irreverente e impulsivo, el Duque de Edimburgo ya dejó su huella en el Reino Unido no sólo por su fino humor y su incorrección política, sino también porque se acaba de convertir en el consorte que más tiempo lleva en su 'cargo' en la historia de esa monarquía británica, desde cuando su esposa ascendió al trono, en febrero de 1952.

Con 87 años, el príncipe Felipe no descansa. El año pasado asistió a más de 350 compromisos, está involucrado en 800 organizaciones y en su carrera como 'esposo real' ha visitado oficialmente 150 países.

Así trata de permanecer vigente en un mundo donde las reglas lo obligan a estar siempre dos pasos detrás de su mujer. Este es un repaso a su historia de amor con la reina Isabel y a sus constantes 'metidas de pata'.

La boda del atlético joven con la entonces princesa Isabel, hace ya más de 60 años, fue el primer evento transmitido por televisión en Inglaterra y fue "un rayo de luz en el difícil camino que debemos recorrer", como lo calificó Winston Churchill en referencia a los problemas que estaba viviendo el decadente imperio británico durante los primeros años de la posguerra. La pareja se había conocido años atrás, cuando Isabel tenía 13 años y él, de 19, asistía a la Real Academia Naval de Dartmouth. Ella confirmó luego que quedó flechada instantáneamente cuando conoció a Felipe, quien tuvo una infancia difícil tras el fracaso del matrimonio de sus padres, el príncipe Andrés de Grecia y Alicia von Battenberg. Para casarse con Isabel, el futuro consorte dejó su título de Príncipe de Grecia y Dinamarca y renunció a la Iglesia ortodoxa griega para convertirse a la anglicana. ©PUBLICACIONES SEMANA

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