El silencio

Actualizado
  • 10/09/2009 02:00
Creado
  • 10/09/2009 02:00
En boca cerrada no entran moscas. Pero en una oficina, la gente que no habla y no dice “Hola”, “Buen día”, “Si, gracias”, “De nada”?. es...

En boca cerrada no entran moscas. Pero en una oficina, la gente que no habla y no dice “Hola”, “Buen día”, “Si, gracias”, “De nada”?. es invisible y le cuelgan telarañas. Lo digo porque mi trabajo es ir a oficinas todo el tiempo. Las cosas que me suceden: la persona de recepción jamás me mira, aún cuando cruzamos varias palabras.

O quizás me mire, pero no me sonríe. A mí, si no me sonríen, me parece que no me desean en ese lugar.

Voy al supermercado, el empacador muy diligentemente me entrega la bolsa de compras, le digo “gracias” y escucho un sordo balbuceo o un murmullo que quizás, traducido al cristiano, sea un “de nada”.

Podría decir de todo esto que no hay cultura, que no hay maneras, que no hay educación? blah blah blah.

Nada nuevo. Entonces abro el diccionario en la palabra “empatía”, lo leo despacio y me replanteo todo: ¿Entro yo mirando a los ojos, sonriendo, en las oficinas a las que voy? ¿Reparo en el empacador del supermercado, lo miro a los ojos, como se debe mirar a un ser humano, con respeto? ¿Le digo gracias sonriéndole, o solo al paso por cortesía?

Entonces descubro, una vez más, que solo somos causas y efectos en serie, en cadena, reacciones hiladas, encadenadas por un modo de ser arraigado de impersonalidad total. No me hablan porque no les hablo.

O quizás yo les hablo, pero ya el daño está hecho: tanta gente no les habla, que los personajes que nos atienden en las oficinas, locales comerciales, etc., no registran esta imperfección en el programa (léase: yo siendo amable). Soy como el gato en Matrix? aparezco una y otra vez, soy un “deja vu”. Si alguien hizo lo mismo en algún tiempo.. hace mucho, soy un error. Pero no pasa nada, me iré del lugar y la próxima persona que entre quizás restaure el control y la normalidad ignorando a la gente que la rodea. Pretendamos jugar a ser Neo, pretendamos ser Morfeo, juguemos a ser Trinity, seamos los elegidos, démosle un toque de color a un día en serie, gris y silencioso.

Abramos grandes los ojos y enseñemos los dientes sonrientemente, miremos a los hombres y mujeres a nuestro alrededor que dan el alma por una atención, un detalle, una cortesía, un comentario agradable. Tomemos la pildorita roja y veamos qué pasa.

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