Ellos tienen historias que contar

Actualizado
  • 20/01/2010 01:00
Creado
  • 20/01/2010 01:00
PANAMÁ. Locos, viciosos, enfermos, asesinos, una colección de personajes que distan mucho de ser glamorosos o exitosos. Son aquellos de ...

PANAMÁ. Locos, viciosos, enfermos, asesinos, una colección de personajes que distan mucho de ser glamorosos o exitosos. Son aquellos de los que no se habla mucho, tal vez porque no haya mucho que decir sobre ellos. Se conocen como perdedores, porque, en palabras de Andrés Villa, “no logran una meta, sucumben ante las visicitudes de la vida, del tiempo, ante la realidad cotidiana, no resuelven los problemas del diario vivir”.

Sin embargo, sus historias merecen ser conocidas y es lo que hace Villa en Perdedores , una colección de cuentos cortos cuyo hilo conductor es la poca o casi nula suerte de sus personajes. “Son de personas que pierden, que no son triunfadores, que el destino, la vida u otros humanos les ganan o les hacen pasar malos ratos”.

A diferencia de su primera obra, La nueve , una novela corta basada en las pandillas que le han robado la calma a algunos barrios de Panamá, los temas y lugares donde se desarrollan estas cortas historias son tan diversas como sus protagonistas.

“Siempre me vi tentado por las historias cortas, competir con el lector para sorprenderlo, para engañarlo, y poco a poco se fueron acumulando estos cuentos, aquí presento 32 de ellos”, detalla el autor.

Según Villa, el cuento no puede ser una simple anécdota. “Ningún escritor cuenta la vida real. Para la literatura tienes que hacer fantasía; algunos personajes o hechos son reales pero trato de revestirlos de magia”, explica.

Algunas historias son producto de la afición que Villa tiene por la literatura. “La literatura me presta cuentos, la historia nacional, el folclor, las supersticiones, y con eso, creo personas distintas, historias mías”, sostiene.

Más allá del realismo mágico de la literatura latinoamericana, Villa se siente más cómodo ubicando sus cuentos en otro cajón, el del realismo sucio, con personajes oscuros y fracasados.

“Aunque son perdedores sus historias merecen ser contadas, merecen captar la atención del lector y hasta su admiración en algún momento”.

Este segundo proyecto de Villa, ha sido un interesante ejercicio para él como autor.

“Le guardo un profundo respeto al idioma. Se debe relatar de la mejor forma pues el idioma es el vehículo entre el lector y mi persona. Por eso para mí es muy importante dotarlo de belleza”, comenta.

Pero allí no termina todo. Tan importante como plasmar ideas en palabras, Villa comprende que también es necesaria la retroalimentación. “Quiero que me lean y que me critiquen”, dice.

Andrés Villa trabajó como asistente de auditoría para luego convertirse en un relacionista público que encontró afición en las letras escribiendo sobre distintos rincones de Panamá con la Autoridad del Turismo.

Ha pulido sus habilidades con el Diplomado en Creación Literaria que ofrece la Universidad Tecnológica de Panamá, lo que considera le ha abierto las puertas de la literatura.

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