A escena y con pantimedias

Actualizado
  • 10/10/2010 02:00
Creado
  • 10/10/2010 02:00
Cada vez que a la extrovertida y pintoresca artista Lili Mendoza se le olvida que debe esforzarse por ‘no mandar a la gente al carajo ta...

Cada vez que a la extrovertida y pintoresca artista Lili Mendoza se le olvida que debe esforzarse por ‘no mandar a la gente al carajo tan rápido’ baja la mirada hacia su muñeca derecha para leer un tatuaje que le recrimina su falta de paciencia. ‘Ve y calla’ reza la oración escrita en latín, un mensaje que decidió tatuar sobre su piel en la mañana de un 31 de diciembre. ‘Yo sé que la gente se pregunta: bueno, ¿y ahora qué estas inventado? Todo el mundo pone en tela de duda el hecho de que sea una escritora. Lo que sucede es que tengo mis búsquedas, mis excentricidades, mis locuras, como lo quieran llamar’, reflexiona la bailarina y autora de un libro intitulado Corazón de Charol A-go-gó, publicado el año pasado.

A diferencia de escritores como el argentino Jorge Luis Bordes, que ‘podía vislumbrar el mundo a través de sus libros’ sin tener que salir de casa, Mendoza es partidaria de la ‘escuela Hemingwayniana’, la cual implica, además de un estilo de escritura corto, preciso y directo, cierta experiencia vital. ‘Hay toda clase de gente interesante en el mundo, de cosas pasando. Y no van a venir a la puerta de mi casa. Tengo que salir a buscarlas’, expresó.

Hasta el momento, Mendoza ha canalizado su extravagante creatividad a través de la danza, poemas que nunca han ‘salido de casa’, cuentos y performances en los que mezcla la música y la literatura. Durante el pasado Festival de Arte ‘Almas Urbanas’, que tuvo lugar hace un par de semanas en el sector de Vía Argentina, la joven escritora leyó algunos de los cuentos que integran Corazón de Charol A-go-gó mientras empleaba una máquina de escribir como instrumento de percusión. ‘El ritmo de la narración lo llevaba la palabra, pero también la máquina de escribir. Yo siempre he visto la escritura como una partitura. Mis cuentos tienen cierta cadencia intencional’, aclara.

DE COMPRAS PARA EL DEBUT

Entre las personas que pudieron apreciar el ‘performance’ se hallaba la directora teatral de origen norteamericano Kimberly Hall. La teatrista quedó tan impresionada con el ‘show’ presentado por Mendoza que se le acercó para ofrecerle un papel en su más reciente obra de teatro: ‘The God Of Carnage’, cuya autora es la dramaturga francesa Yasmina Reza. ‘Kimberly, mi directora, me dijo: ‘Lili para este personaje necesito que compres pantimedias’. Ahí fue cuando me di cuenta de que este papel es completamente distinto a mi. Ella es muy seria, muy formal, bien ‘supicucu’’, comenta la artista con el desenfado que la caracteriza.

La pieza teatral, que fue presentada los días siete, ocho y nueve en el Teatro Guild, y que se volverá a montar nuevamente la próxima semana, marcó el debut de Mendoza sobre las tablas. Para ella la diferencia más palpable entre su experiencia como bailarina y su participación en el elenco de ‘The God Of Carnage’, obra galardonada con un Premio Tony en el 2009, radica es que en la danza ‘la retroalimentación es inmediata’ mientras que durante un ensayo teatral se pueden ‘pasar páginas y páginas’ sin recibir ningún tipo de ‘feedback’. ‘En la obra de teatro, el tiempo trascurre más lento. En una presentación de ballet subes al escenario y pasan cinco, 10, 20 minutos y chao pesca’o’, indica.

El hecho de que el montaje sea completamente en inglés no representó mayores problemas para Mendoza, quien también habla un poco de francés. Cuando no está ensayando o escribiendo, o a la caza de experiencias que enriquezcan su vida y su arte, Mendoza imparte clases de literatura en inglés en una universidad de la localidad. El ‘salario mínimo’ que devenga como docente le alcanza escasamente para pagar sus cuentas. ‘No trabajo en nada que no me guste. Me estoy dedicando a la vida como mujer pobre y me ha gustado mucho la experiencia. No puedo andar cenando fuera todas las noches ni comprándome ropa por ahí, cambié mi auto por los Diablos Rojos, pero ¿quién necesita todo eso?’, manifiesta la inquieta artista.

CUENTOS SIN CONTAR

Cuando a Mendoza se le pregunta por la cantidad de relatos que ha escrito hasta el momento afirma que no ‘cuenta los cuentos por que no es una cuestión de cantidad’. ‘Hay algunos que ni pasan por cuentos, que son como viñetas. Existe una estructura sagrada del cuento y no habría progreso si no la tumbamos y la diseccionamos’, advierte.

Entre los personajes que pueblan las páginas de Corazón de Charol A-go-gó se encuentran alcohólicos funcionales, personas que han sido víctimas de un accidente de tránsito y seres que se encuentran ‘en un entorno que se está acabando’. ‘La gente me dice que no son cuentos, también los escritores. Mi amigo el poeta Salvador Medina Barahona los define como ‘proso poemas’ o poemas en prosa. Eso es taxonomía. Se lo dejo a los científicos’, puntualiza.

En realidad, más allá de la literatura y las demás expresiones artísticas, lo que a Mendoza le interesa es ‘vivir a sus anchas, ver la humanidad desde una perspectiva inusual, libre, en la que pueda existir y dejar que los otros existan’. ‘A mi me gusta salirme con la mía. A todo el mundo le encanta. Ahí está precisamente el detalle: quiero que la gente entienda que pueden salirse con la suya, a pesar de que el entorno (no la sociedad, que es una abstracción) insista en que eso no debe hacer’, subraya al tiempo que observa su brazo izquierda en el que espera tatuarse en un futuro cercano una frase utilizada frecuentemente por la reina Isabel I: ‘Semper Idem (Fiel a sí misma)’

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