- 29/03/2011 02:00
Hace unos días estuve a punto de repetir acerca de mí misma la etiqueta ‘Asesora de Imagen’. Entonces me detuve. Como un flash recorrí mis años como modelo donde se suponía (y era casi un deber o el uniforme pre establecido) que estaba bien llevar jeans gastados y un tank top blanco y zapatillas o sandalias onda cutarra… eso fue antes de que las modelos comenzaran a vestirse como las mujeres para las que desfilaban. Me causa gracia: vestir simple y sin ‘imagen’ nos mantenía a salvo del consumismo. (¡Y éramos nosotras las cabezas huecas aun desde entonces!). También, antes de pronunciar mi ‘título’ autoasignado de Asesora de Imagen que he sabido respaldar con certificaciones y cursos en Europa y Sudamérica, recordé una niña muy linda y siempre muy coquetamente arreglada de unos 22 años que se dedica a esto. Yo a los 22 años no sabía ni siquiera quién era. También pensé en una dama sexagenaria que se dedica a esta profesión y con quien no compito ¿Y por qué? Porque ambas usan el último zapato que ha salido al mercado y dudo que se arriesgarían a salir sin maquillaje de la casa. Y creo que eso es perfecto para una Asesora de Imagen.
Revisando mi comportamiento de estilo y arreglo los últimos 25 años, estos se han caracterizado por ser libres, muy propios, alejados de las reglas de las revistas. Cuando todas las chicas de la oficina usaban gasas y estampados coloridos, yo me vestía de negro cerrado en telas ultra tecnológicas; una vez para un evento de moda importantísim o use un traje de tafeta a media pierna y chancletas color piel. Internet me hizo pedazos. Un año después se hacía en Nueva York y los locales ardían de placer. Por ello, creo que debería rebautizarme: soy asesora de Estilo.
Según el diccionario, Imagen puede ser una figura, representación, semejanza y apariencia de algo. Imagen Pública: Conjunto de rasgos que caracterizan ante la sociedad a una persona o entidad.
Estilo: modo, manera, forma de comportamiento; uso, práctica, costumbre, moda; conjunto de características que individualizan la tendencia artística de una época; gusto, elegancia o distinción de una persona o cosa.
No quiero que mis clientas crean que las vitrinas, las revistas y las pasarelas son palabra santa… no deseo que pongan sexy sobre fino al tener que elegir. Quiero que lleven elegancia en el cerebro… que el criterio las lleve a elegir lo mejor en la tienda más barata donde abundan trapos imponibles… Y a elegir lo más práctico y bello en tiendas imposibles.
Hace unos días manejaba por una calle en Bella Vista (una calle fea sin aceras, con huecos…) y me sentí obligada a bajar el vidrio y decirle a una señora que se veía estupenda y qué bien vestida estaba…. Ella me sonrió y dijo ¿Sí? ¡Gracias! ¿Cómo estaba vestida? Básteles saber que lucía como un millón de dólares y no creo que hubiera invertido más de $60 y con la claridad de que menos es más muchas veces.