La realidad que nos une

Actualizado
  • 04/08/2013 02:00
Creado
  • 04/08/2013 02:00
PANAMÁ. N ómada. Pareciera que si hay que buscar una palabra para definir cómo ha sido la vida de Miriam Ybarnegaray puede ser esa.

PANAMÁ. N ómada. Pareciera que si hay que buscar una palabra para definir cómo ha sido la vida de Miriam Ybarnegaray puede ser esa.

LOS PRIMEROS PASOS

La vida familiar la sacó de su natal Bolivia y la llevó a lugares tan distantes como son Madrid (España), El Paso (Texas) y, finalmente, Panamá.

Con cada ciudad un acercamiento al arte. En su infancia, cuenta, gracias al impulso de su madre, quien ‘andaba dándome a besos por mis pinturas del colegio‘, ganó el segundo lugar de un concurso de pintura organizado por la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz.

Años después, en Madrid, cuenta que ‘aunque siempre andaba entre ser mamá y pintar, realicé varios cursos cortos’. Nuevamente en América, cuando vivió en El Paso, tomó ‘cursos de educación continua. Siempre pintando con niños, en las escuelas, paisajes y rostros de los inmigrantes de la frontera de México con Texas’.

De ahí, vino Panamá, ciudad a la que llegó, como ella comenta, debido a ‘otro cambio de destino de mi esposo Enrique Paz, (que llegó a Panamá) para trabajar en UNICEF. Es así que junto a mis tres hijas, Valentina, Lucian e Isabela, llegamos a Panamá’.

Siguiendo la costumbre, la boliviana buscó una forma de acercarse a la pintura: ‘Una vez asentada lo primero que hice fue buscar una escuela de arte para empezar la licenciatura’, comenta. Esa búsqueda la llevó a Ganexa, donde tras cuatro años de estudios culminó su etapa universitaria presentando la exposición ‘Los colores de mi tierra’,

A través de pinturas donde los protagonistas son los indígenas bolivianos y sus mantas, aguayos y sombreros de la cultura andina, Ybarnegaray demuestra que, a pesar de los ires y venires y las distancias, mantiene esa conexión con su país.

MENSAJE Y POSTURAS

Si se le pregunta qué mensaje trata de enviar con su obra, ella responde que su intención primordial es llevar a la sociedad boliviana a través de su arte ‘a un mayor encuentro y convivencia, respetando los derechos y solucionando sus inequidades; respetando los puntos de vista e iniciativas modernistas o indigenistas o como quieran denominarse’.

Aunque se preocupa por sus compatriotas, no hace un lado la situación en Panamá y compara: ‘Ambos sufren los mismos problemas de discriminación, falta de cumplimiento a sus derechos, falta de oportunidades educativas o de trabajo. Hay mucho por hacer en ambos países. Lo peligroso es que los políticos a veces manejan a los indígenas para sus fines electorales y luego los olvidan, así sucede en todas partes. Tampoco se puede pedir a los gobernantes solucionen las inequidades sociales en corto tiempo. Todo es un proceso’.

La exposición ‘Los colores de mi tierra’ estará en la Galería Juan Manuel Cedeño de la Universidad del Arte Ganexa hasta el próximo jueves 8 de agosto.

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