Oscar, el santo grial de Hollywood

Forma parte del imaginario colectivo y cualquier actor en cualquier lugar del mundo sueña con tenerlo en su estantería: el santo grial de Hollywood es un hombrecito calvo y musculoso, de 33 cm y 3,85 kg, bañado en oro y llamado Óscar.

La estatuilla dorada fue creada en 1929, dos años después de la fundación de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, por parte del jefe de los estudios Metro Goldwyn Mayer (MGM), Louis Mayer.

Aunque el Goya español, el Oso de Berlín o el César francés tienen un enorme significado para los cineastas y la comunidad del cine independiente, la ceremonia de entrega de los Óscar es vista por millones de televidentes de todo el mundo en más de 200 países.

Organizada por la Academia para honrar el desempeño de sus artistas en 24 categorías, la gala se celebra desde 2001 en el ahora llamado Teatro Dolby -antes Teatro Kodak-, a unos pasos del emblemático Teatro Chino a los pies de las colinas de Hollywood, donde se emplaza el cartel que identifica a la ciudad.

En su origen, la Academia contaba con 36 miembros y ahora congrega a más de 6.000.

El director de arte del estudio MGM, Cedric Gibbons, fue elegido para diseñar la estatuilla: un caballero desnudo y corpulento, con sus brazos cruzados sujetando una espada y parado sobre un rollo de película.

La primera ceremonia -una cena simple y corta- se efectuó el 16 de mayo de 1929 en el Hotel Roosevelt, en la acera de enfrente al Teatro Dolby, sobre el Hollywood Boulevard.

Si bien la ceremonia es precedida por la alfombra roja más pomposa de Hollywood, sus organizadores e invitados supieron mostrar austeridad en tiempos de guerra o tras atentados como los del 11 de septiembre de 2001.

Las primeras estatuillas fueron de bronce, pero durante la Segunda Guerra Mundial -debido a la escasez de metales- los trofeos se hicieron de yeso. Luego las pequeñas esculturas comenzaron a ser bañadas en oro y plata.

El misterio del origen de su nombre tan común, aunque raro para un premio, es una de sus mayores leyendas.

La versión más citada indica que la encargada de la biblioteca de la Academia y su ulterior directora ejecutiva Margaret Herrick le veía un gran parecido a su tíoÓscar. Luego, el personal de la biblioteca comenzó a referirse a la estatuilla comoÓscar.

Un editor especializado en Hollywood, Sidney Skolsky, utilizó el nombre en una columna de 1934 al referirse al premio a la mejor actriz recibido por Katharine Hepburn y la Academia empezó a usar el apodo en 1939.

La primera ceremonia duró 15 minutos y se repartieron 15 estatuillas. Hoy en día es una transmisión de más de tres horas dirigida a unos mil millones de telespectadores en el mundo.

Difundido inicialmente por radio, los premios de la Academia fueron televisados en blanco y negro por primera vez en 1953 e hicieron el salto al color en 1966. Hoy en día, la organización se ha adaptado a las nuevas plataformas y difunde información en el sitio web Oscar.com, a través de las redes sociales y en su aplicación para equipos portátiles.