Grullas mansas

Actualizado
  • 11/10/2015 02:00
Creado
  • 11/10/2015 02:00
Nadie que no sea quien tiene que ser ha de andar hurgando en expedientes

Y es que muchos en este país se creían todavía que las grullas eran pájaras mansas. ¡Já! Mansas no, y brutas ya quisiéramos. Por una cosa o por otra, a mí, las grullas que pululan por los procelosos mares de la justicia y la política panameña, siempre me han parecido mucho menos inteligentes, indefensas e intachables de lo que presumían.

Lo que no tiene final es mi capacidad de asombro ante lo que las antedichas grullas pueden llegar a hacer.

Aún no salgo de mi asombro ni se me acomoda la mandíbula en su sitio, ¿en serio la Procuradora dijo en televisión nacional y abierta que los expedientes se los revisaban los miembros de una asociación civil? Como mi editor seguramente no me permita poner mayúsculas en una columna, por favor, imagínense la siguiente frase en mayúscula cerrada, negrita, subrayada y fuente 18: ¿En serio dijo eso?

Sé también que es muy feo dudar, pero yo, como Santo Tomás, necesito meter los deditos en la llaga y palpar la carnecilla trémula y sanguinolenta. Y en casos como este no es solo que yo haya necesitado escuchar la grabación, una y otra vez. Verla y volver a verla, sino que necesité la constatación fehaciente por parte de otros seres humanos que me dijeron que lo que vieron mis ojos y escucharon mis oídos era cierto. Porque me niego a creer que alguien puede llegar a ser así de zote, zoquete y cenutrio.

O quizás es que los que hacen estas cosas no son lerdos, sino más vivos que Tío Conejo, y todo esto no es más que un plan bien orquestado para que todos los expedientes que en el tiempo de las grullas han sido, se vayan al tinaco sin más dilación.

Confesión manifiesta, relevo de pruebas, ¿quién asegura que los procesos no han estado manipulados? ¿A santo de qué alguien que ni es fiscal, ni es juez, ni es abogado defensor revisa y manipula expedientes? ¿A qué fin?

Los abogados defensores de todos, (todos, favor leer este adjetivo también en mayúscula cerrada, negrita, subrayada y fuente 18), los investigados en todos los casos que llevaba esta buena grulla deben estar haciendo el baile de la conga de la alegría. Porque todos los expedientes deben ser mandados hacer trizas después de la confesión voluntaria o involuntaria (¡upsi, se me chispoteó!) de la señora.

No, no puede ser, esperen que voy a ir a verlo y escucharlo de nuevo… Pues sí, lo dijo, dijo que los expedientes los revisaba una asociación civil. Y se me da un ardite si son o no son honrados los de la dicha asociación, para mí es como si se los hubiera dado a revisar a la Asociación de Payasos Unidos, o a las Damas de la Asamblea de la Huríes Fantásticas. Nadie que no sea quien tiene que ser ha de andar hurgando en expedientes. Eso no es un debido proceso. Esto no se hace en un estado de derecho. Este tipo de cosas las entienden hasta los niños de primaria cuando se les explican los derechos de los ciudadanos y la separación de los tres poderes ¡¿Será que la fiscal no pasó la educación primaria?!

Aún estoy anonadada, no salgo de mi estupor, ¿cuántos más expedientes habrán pasado por cuales manos? ¿Quiénes son, en este país de morondanga, los que deciden lo que es delito y lo que no lo es? ¿Quién decide la culpabilidad y el castigo?

No sé ustedes, pero yo, en este preciso momentito me siento bastante vulnerable e indefensa. Y con el Chapulín muerto, ahora ¡¿quien podrá defenderme?!

COLUMNISTA

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