Cuando el arte es la meta

‘No fue fácil, me vine a Panamá. Tenía primer ciclo y quería obtener el Bachiller en Letras. Como llegué después del inicio del año escolar nadie me daba cupo, en ese tiempo iba a la escuela de artes plásticas, pero no a la regular', recuerda con nostalgia la artista Berta Polo, sobre sus días de estudiante.

Dice que aún siente congoja cuando rememora que visitó varios colegios antes de llegar al Instituto Nacional, donde le abrieron las puertas tras transmitirle al director sus deseos de seguir estudiando.

LOS PRIMEROS FRUTOS DEL ESFUERZO

A pesar que sus padres no creyeron que ella podría con la responsabilidad de asistir simultáneamente al Instituto Nacional y a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Polo ocupó el primer puesto académico de la última entidad.

‘Uno de los regalos más lindos que he obtenido es que el mismo día que me gradué del Instituto Nacional, recibí mi diploma de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y me dan la beca. Allí empezó mi vuelo en las artes', dijo.

BERTA POLOESCULTORA Y PINTORA

‘Para mi el arte es la más alta manifestación del sentimiento humano, el arte nació conmigo. Amo hacer esculturas tanto como pintar'

Fue merecedora de una beca otorgada por el IFARHU en 1968, para continuar sus estudios en la Academia de San Carlos de la Universidad Autónoma de México, donde obtiene el título de Licenciatura en Pintura en 1973 y en 1975, el grado de Maestría en Pintura.

En 1980, se traslada a Francia e ingresa a la Universidad de París , La Sorbonne, donde realizó su doctorado en Pintura. Estando en París, en mayo de 1981, recibe la invitación del Director General de la UNESCO, Amador Mahatar M. Bow, para exponer sus obras en el salón principal de Exposiciones de dicho organismo internacional.

‘Fui la primera pintora latinoamericana que expone individualmente sus creaciones en este importante lugar. Esto hizo posible que diplomáticos de todo el mundo conocieran mi trabajo', afirma la artista.

RETOS QUE LA HACEN MÁS FUERTE

A pesar de que puertas se le abrieron en el extranjero, al culminar los estudios en México y regresar a Panamá las galerías no le dieron ‘oportunidad', por lo que decidió llevar su trabajo a Costa Rica.

‘Mi arte tuvo una excelente acogida en ese país y tras ese éxito regreso a Panamá y empiezan a abrirse puertas', comenta.

Polo asegura que el ser rechazada por las galerías panameñas en un inicio, en vez de ser un problema, la ayudó a madurar; ‘eso me permitió ver que verdaderamente yo amaba el arte porque con todas esas barreras seguí adelante, tal ves si no las tengo hubiese sido una artista pasiva. Desde allí empezó mi carrera de luchar para que el arte en Panamá se expanda', dice.

La pintora panameña fue galardonada con el Premio Manuelita Sáenz, en la categoría Honor al Mérito en la ciudad de Nueva York, el día 13 de septiembre de 1985. Esa distinción se creó ese año por la entidad bolivariana Juventud América, ‘para honrar la memoria de la libertadora del Libertador'.

Además de exponer sus obras en París, Berta Polo, ha realizado exposiciones en diversas galerías de Colombia, Panamá, Costa Rica, México, Estados Unidos y España .

SU LABOR UNIVERSITARIA

Tras realizar sus estudios en el extranjero, Polo vio la necesidad de crear una Escuela de Artes Plásticas en la Universidad de Panamá (UP).

Llevó su inquietud al decano de la facultad de Arquitectura y desde 1985 fue nombrada directora y coordinadora de la elaboración de los planes de estudio de la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la facultad de Arquitectura.

‘Empecé a investigar los planes de estudio de diversos países donde el arte está desarrollado. El gobierno de los Estados Unidos me otorgó una beca del Programa de Intercambio Educativo y Cultural, que consistió en visitar museos, galerías y universidades de 12 ciudades del país'.

En este recorrido, la pintora recopiló información útil para la elaboración de los planes de estudio de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, aprobado en el Consejo Académico Universitario en mayo de 1988.

SU FACETA COMO ESCULTORA

Durante los tiempos libres de su estadía en la Escuela de Artes Plásticas en México, asistía a los talleres de escultura.

Aunque no le permitían estudiar dos carreras a la vez ‘busqué la forma de aprender y conocí sobre el tema de la escultura'.

‘Para mi el arte es la más alta manifestación del sentimiento humano el arte nació conmigo, amo hacer esculturas tanto como pintar', dice.

Desde el año 1998 ha incursionado en la escultura, realizando bustos de distintas personalidades. Su primer trabajo fue a petición de las autoridades de Chitré para un busto de Aarón Cohen.

Desde el año 2007, se ha dedicado a la restauración de monumentos y obras escultóricas como el monumento dedicado al Dr. Justo Arosemena, ubicado en los jardines de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, el monumento dedicado a Don Gabriel Lewis Galindo, ubicado en el Paseo Amador, y tuvo la oportunidad de restaurar cuatro monumentos.

UNA EXPERIENCIA ‘INOLVIDABLE'

En su larga trayectoria como profesional de la pintura, su presentación en Taiwán es una de las experiencias que le motiva seguir trabajado.

‘Me impresionó el trato tan lindo conmigo que me dieron en Taiwán, el año pasado. El día de la inauguración, vi los buses pintados alusivos al tema que yo había elegido presentar ‘Esencia y color de Panamá en Taiwán'. Ver la bella palabra Panamá en sus medios de transporte y esas imágenes, me hizo llorar de la emoción', comenta Polo.

La muestra de diez cuadros fue presentada en la cancillería de Taiwán y recorrió diversas de sus ciudades.

El aporte cultural de Berta Polo no se restringe al campo del arte, también hace contribución social.

En Costa Rica dictó una video conferencia titulada ‘El Arte Como Medio de Prevención Contra la Violencia Intrafamiliar'.

‘Es necesario que los padres involucren a sus hijos en actividades culturales, sea música, literatura o pintura; pues los jóvenes necesitan hacer actividades que desarrollen el intelecto y los aleje de malos hábitos', puntualiza.