El lenguaje ‘inefable' de la música

Actualizado
  • 06/06/2016 02:00
Creado
  • 06/06/2016 02:00
El director y compositor Ricardo Risco habla sobre la creación de Ensambles Solista de Panamá. Además de su recorrido musical

Las voces de dos sopranos, un contraste, un tenor y un bajo armonizarán entre sí y brindarán una singular experiencia musical y cultural en el Teatro Anita Villalaz, al interpretar canciones populares, piezas de jazz y música gospel a cappella, con arreglos hechos por el director y compositor Ricardo Risco Cortés.

Risco, profesor del ciclo superior del Instituto Nacional de Música en Panamá, dirige el quinteto Ensamble Solista de Panamá, que se presentará como parte del programa del X Festival Internacional de Música Alfredo de Saint Malo.

A pesar, que desde muy joven sintió pasión por la música clásica, ‘tengo que reconocer que nunca me interesó ser cantante, no lo soy y, no me considero cantante', afirma Risco, quien interpreta el bajo en el quinteto.

‘Como tenía que enseñar canto a los coros, tuve que aprender la técnica vocal. Al estudiar canto y participar en actividades vocales en México, me gustó. Dentro de mi actividad como director me gustó dirigir grupos pequeños de voces', indica Risco. Es así como recientemente, ‘casi un año', se formó el quinteto, cuando un grupo de cantantes decidió unirse y, dirigidos por Risco, hacer música a cappella.

Con jovialidad y sencillez, el director asistente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Panamá explica que luego de estudiar composición, dirección orquestal y dirección coral en el Conservatorio Nacional de Música de México y radicado en este país, desarrolló una constante carrera como director, compositor y pedagogo.

Aún cuando su andar en el amplio mundo de la música estaba marcado por éxitos, Risco deseaba ‘salir de la ciudad de México'. Y es que, ‘a pesar de las muchas actividades musicales y la vida cultural muy rica que hay en el país, vivíamos estresados y con miedo por el alto nivel de inseguridad y violencia', dice.

REGRESO A PANAMÁ

Con este sentir, en 1999 el compositor viaja a su país natal, Panamá. ‘En esa oportunidad me encontré con el director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Panamá, Jorge Ledezma Bradley y me dijo ‘si quieres venirte a Panamá yo necesito un director asistente en la sinfónica', relata.

Con esta propuesta vigente, se acercó a la dirección del Instituto nacional de Música de Panamá, donde ‘encantados' lo aceptaron como profesor.

Una vez en firme estos dos campos de trabajo, ‘sin dudarlo' Risco acepta quedarse en Panamá.

‘Quizás no tengamos la misma cantidad de actividades culturales que hay en México, pero en ese momento optamos por calidad de vida. Hasta la fecha he podido seguir haciendo música y vivir de la música', apunta el maestro, creador de la cantata de la conmemoración de los 50 años de la gesta del 9 de enero de 1964 (aquella música ceremonial tocada cuando los sobrevivientes de este hecho histórico, realizaron el recorrido simbólico portando el pabellón nacional) .

ENCUENTRO CON LA MÚSICA CLÁSICA

Con esa sonrisa que durante la entrevista muy pocas veces faltó en su rostro, Risco cuenta que su encuentro con la música clásica fue peculiar.

Descubrió la música clásica y su vocación a la edad de 15 años. ‘Me conseguí un LP con grabaciones de grandes obras. La primera pieza era la obertura de la ópera ‘Tannhäuser' de Richard Wagner, al escuchar esta obra empecé a llorar y fue como una revelación, yo dije: ‘ya entendí para qué vine a este mundo', relata.

A pesar de no tener un estímulo cercano hacia la música, pues en su familia nadie era músico, inició en 1974 mientras cursaba el segundo año de secundaria en el Colegio Félix Olivares C., en la ciudad de David, Chiriquí. Por un lado, ingresó a la banda de música del colegio y por otro, su madre le regaló una guitarra.

En la banda, a la edad de 14 años, recibió sus primeras clases de lectura musical y técnica para tocar el bombardino. Demostró tener talento y a los tres meses ya dominaba todas las lecciones del método, lo que a otros aspirantes les tomaba aproximadamente un año.

Su padre, médico de profesión, al principio estuvo en desacuerdo con sus aspiraciones de ser músico. ‘Para él fue como decirle que yo quería ser un vago, hasta que entendió que yo quería la carrera, estudiar, ser un profesional y finalmente me apoyó'.

PRODUCCIÓN MUSICAL

En su amplio andar musical, ha creado diversas obras que de una u otra manera forjan recuerdos imborrables. ‘Me acuerdo que para finalizar el siglo pasado se hicieron muchas celebraciones en todo el mundo. La Orquesta de la Cámara de Bellas Artes de México me encargó una obra que de alguna manera marcara el cambio de siglo', comenta Risco.

Para esta pieza, el músico eligió la paz como tema; puesto que era ‘lo que me gustaría para el nuevo milenio'. Para componer la obra recolecta textos de diversos culturas y religiones referentes a la paz.

‘Textos hindúes pidiendo por la paz, oraciones en hebrero, extractos de la Biblia, escritos en latín e incluso de la cultura maya e hice una cantata por la paz para el tercer milenio para coro de niños y adultos', asevera.

‘Para esa época no tenía tanto acceso a internet a pesar que ya era finales del siglo XX', así que tuvo que ir a bibliotecas, leer muchos libros y ‘se me vino el tiempo encima, terminé la obra casi a unos días del estreno'.

La pieza se fue haciendo mucho más grande de lo que se había pedido, debía durar entre 10 y 15 minutos, pero tenía una duración de 24 minutos.

Para el maestro lo maravilloso de la música es que es un lenguaje inefable que dice cosas que la palabra no puede decir. ‘No se si se nace con ese amor por la música, pero cuando yo escuché música clásica por primera vez supe que a esto me dedicaría, la música es mi vida'.

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‘La música dice cosas que van más allá del texto, obviamente influye mucho cómo la reciba la persona ',

RICARDO RISCO

DIRECTOR Y COMPOSITOR

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