Cien años de Mandela con heridas del ‘apartheid'

Actualizado
  • 19/12/2018 01:04
Creado
  • 19/12/2018 01:04
El centenario trajo hasta Sudáfrica a figuras como el expresidente estadounidense Barack Obama, a cantantes como Ed Sheeran y Beyoncé

Sudáfrica y la comunidad internacional celebraron en 2018 el centenario del héroe más famoso de la lucha contra el apartheid , Nelson Mandela, un icono global de los derechos humanos cuyo legado, en su país, no basta para tapar las grietas aún visibles del pasado de segregación racial.

El centenario trajo hasta Sudáfrica a figuras como el expresidente estadounidense Barack Obama, a cantantes como Ed Sheeran y Beyoncé, a la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie o a la exmodelo Naomi Campbell, entre otros.

También múltiples jefes de Estado del continente y representantes de gobiernos e instituciones internacionales, desde la ONU al Banco Mundial, pasaron por Sudáfrica para rendir tributo a ‘Madiba', demostrando que sus valores son ya patrimonio de la humanidad.

Según dijo durante su visita el propio Obama, un reconocido admirador de Mandela, el líder sudafricano encarnó ‘las aspiraciones universales de los desposeídos de todo el mundo' porque luchó por ‘la esperanza de una vida mejor y la posibilidad de una transformación moral de la conducta humana'.

Nacido el 18 de julio de 1918 en una remota zona rural del sureste de Sudáfrica, Nelson Mandela fue el primer presidente negro y democrático del país (1994-1999) tras tres siglos de dominación blanca y casi 50 de apartheid .

Llegó al mundo destinado a ser el consejero de una familia real de la etnia xhosa y, en su lugar, acabó convirtiéndose en el preso más famoso del mundo y en Nobel de la Paz.

Cuando accedió al poder, en vez de pregonar venganza contra quienes le habían impedido ver crecer a sus hijos y oprimido a su pueblo, Mandela abogó por la unidad y la reconciliación. En los rincones más oscuros de la historia quedaron otros episodios menos amables, como su papel en la creación del grupo armado Umkhonto we Sizwe (MK). ‘No era perfecto. Lo hicimos perfecto porque era conveniente para nosotros', recordó la última esposa de Mandela, Graça Machel, en uno de los grandes actos del centenario, celebrado en diciembre en coincidencia con el quinto aniversario de la muerte del nobel.

Pese a que para el mundo Mandela se ha convertido casi en un santo laico africano, su legado no permanece tan indemne en su país.

Tras casi medio siglo en democracia, sus compatriotas aún lidian con problemas como la falta de acceso a una buena educación, a la vivienda o a puestos de trabajo dignos. Más del 50% de la población vive en la pobreza y Sudáfrica es, según el Banco Mundial, una de las naciones más desiguales del mundo. A la sombra de esas promesas incumplidas de la democracia sudafricana, en los últimos años han crecido las voces -especialmente desde la extrema izquierda- que cuestionan el papel de Mandela y, sobre todo, la transición que él lideró. Además, para muchos sudafricanos, este 2018 fue, más que el año de Mandela, el año de la salida forzada del presidente Jacob Zuma (2009-2018), por corrupto e ineficiente.

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