‘Se presume culpable '

Actualizado
  • 11/08/2019 02:00
Creado
  • 11/08/2019 02:00
La escritora panameña, quien empezó a escribir en el año 2000, publica con esta, su quinta novela política, veintitrés libros. Dedica sus obras, sobre todo, a un público joven al que apoya a través de círculos de lectura

La escritora panameña Rose Marie Tapia sigue, como todos los años, fiel a su costumbre de presentar el primer día de la Feria Internacional del Libro su último libro. Y este año no es una excepción: el 13 de agosto, a las 5 de la tarde, Tapia estará presentando Se presume culpable , su más reciente novela.

Incansable en la promoción de la lectura, en la creación de nuevas obras y también en su misma vocación de lectora, Rose Marie lleva a cuestas, con Se presume culpable , un total de 23 libros. Generalmente el nuevo relato sale seis meses antes de la presentación para hacer una preventa, a fin de que los lectores vayan conociendo la obra.

Esta novela, que es política, suma a su novelística ya 5 de este género. La novela política es definida en México como en la que ‘el escritor se compromete con la política actual del país, ya sea para explicar alguna situación determinada o para satirizar, protestar o denunciar hechos como la violencia política, la corrupción, la infiltración de grupos extranjeros en el país, la manipulación o el chantaje de los políticos, las amenazas o torturas del régimen, así como el anhelo por una situación mejor'.

Sostuve una larga conversación con Rose Marie en su residencia y comentamos todos los aspectos de su vida y obras. Aunque nacida en Panamá, vivió desde niña en Chitré, provincia de Herrera, y allí asistió a la escuela. Tuvo una salud frágil desde joven, a los catorce años la atacó una artritis, lo que la hizo más reflexiva, a la vez que dedicó mucho tiempo a la lectura. Después se le manifestó el lupus, y más recientemente la intolerancia al gluten, que le afecta las terminales neurológicas. Su madre, que era educadora y a quien le dedicó un precioso libro, Vida de compromiso , decía que ‘en el infortunio está la semilla de la felicidad, hay que saber encontrarla'.

Empezó a escribir un 24 de junio de 2000, día de San Juan, patrono de Chitré. Su primera novela, Caminos y encuentros , tuvo una mención de honor en el Concurso Ricardo Miró de 2000. En ella aborda temas esotéricos para desentrañar los misterios políticos de los tiempos de Noriega. Allí narra la persecución a los grupos civilistas y tiene una alta dosis autobiográfica.

Se inició en el género político con No hay trato , que empieza una trilogía (después está Agenda para el desastre y la termina El retorno de los bárbaros ) donde la protagonista es una mujer que lucha contra la corrupción. En la segunda trata de un presidente que se vuelve loco y toma medidas arbitrarias y en la tercera, advierte el peligro que representa para la población que no haya una sociedad de diálogo, de consenso.

Retoma posteriormente el tema con El poder desenmascara. Con el libro que presentará el 13 de agosto, Se presume culpable , cuando ya lo tenía más o menos estructurado, detuvieron al ex jefe de policía por tener un arma de colección en su poder. Ya en El poder desenmascara la autora tenía un personaje que era jefe de la policía, Ramiro Moreno, que arriesga su vida por defender la del vicepresidente, que tenía que asumir los plenos poderes en caso de que algo le pasara al mandatario, y entonces decidió llevar la traición a la narrativa. Traición política que se ve a cada rato. Lo que hizo fue tomar elementos de la realidad para fusionarlos con la ficción y de esa manera lograr que el lector reflexione y procure un mejor país, decente y democrático. Desde que vio que apresaron a Gustavo Pérez, supo que lo iban a condenar. Sin embargo, Ramiro Moreno no es Gustavo Pérez, y en él recrea la situación y el abuso del poder violando el derecho del individuo a la presunción de inocencia.

Su método es investigar, revisar noticias, las redes (que son una gran fuente de información), pero no se entrevista con sus potenciales protagonistas.

No todas sus novelas tienen matiz político, pero éstas son muy aceptadas por los jóvenes, porque el ritmo narrativo los envuelve y ellos empiezan a investigar. Y muchos le preguntan por qué los escritores en Panamá no escriben más novelas políticas. Dice categóricamente que ‘Se necesita mucho valor para hacerlo'. Las novelas políticas traen controversias. Y las escribe antes de las elecciones para que la gente tome consciencia. ‘Nos pasamos cinco años quejándonos, pero nosotros somos los que ponemos allí a los gobernantes'.

Sembradora de lectores

Rose Marie Tapia empezó organizando círculos de lectura desde su primera novela (antes lo hacía en Exedra y ahora en Gran Morrison). Después fue llevándolos al interior. Las madres la leen porque los jóvenes entran al círculo de lectura virtual que hace en Facebook. Son 6,000 personas que están y unas 3,600 comentan, aportan. Crea el círculo de lectura y les da autonomía porque no podría cargar con 359 círculos. En Aguadulce hay uno que se llama ‘Millenials' y otro ‘Las aventureras', que lo integran personas jubiladas. Tienen un local gratis, hacen una verdadera fiesta cada vez que se reúnen. Cuentan con un fondo de libros que se prestan (en la Universidad Politécnica). En los colegios están los círculos que leen el libro asignado por el profesor.

Ante mi pregunta de si en Panamá se está leyendo más, me dice enfáticamente que sí; si no fuera así, ella no vendería entre 36 mil y 40 mil libros al año. En total, ha editado 470 mil libros, vendido 416 mil, desde 2001. Con casi 20 años de estar escribiendo, llegará a la cifra de medio millón de libros editados.

NOVELAS POLÍTICAS

Rose Marie Tapia ha dedicado cinco novelas al tema político:

‘No hay trato'

'Agenda para el desastre'

‘E'l retorno de los bárbaros'

‘El poder desenmascara'

‘Se presume culpable'

Su público es de todas las edades, desde niños de 7 años. Si los padres ven a sus hijos leer, igual hacen ellos. El otro año publicará la continuación de su libro más leído, Roberto por el buen camino. Como buena escritora, es una lectora voraz, se lee un promedio de 150 libros al año.

Es muy estricta en su rutina diaria a fin de producir. Empieza a las nueve de la mañana, despacha correos, hace mandados y de las 2:45 a 5:45 de la tarde se sienta a escribir. Pero cuando la afecta la fiebre creativa, se puede dedicar a escribir todo el día.

Una vez tiene el borrador, lo entrega al corrector. Es muy consciente de que hay que trabajar con el hemisferio derecho y corregir con el hemisferio izquierdo. Cuando termina una historia, la deja reposar tres meses y entonces la revisa con la mente fría. Y en esos meses empieza otra novela. El profesor Ariel Barría es su editor de estructura.

Su nivel de organización le permite entregar el manuscrito a su editor, Servicio de Lewis, incluyendo la portada y de esa manera abaratar el costo, porque su interés es que los libros sean accesibles, para que todos puedan adquirirlos.

A través del año hace presentaciones tanto en la ciudad como en el interior. La presentación oficial siempre es el primer día de la feria y a partir de allí pasa los seis días del evento en el stand de Lewis firmando, solo se ausenta para ir al baño. Le traen agua y algo de comer durante esas 12 horas. Antes cruzaba al hotel Sheraton a almorzar, pero en una ocasión una niña lloró porque pensó que se iba. Firma aproximadamente mil libros al día.

En sus libros hay críticas, se ensalzan los valores y muchas otras cosas con las que todos se identifican. El hecho de ser hija de una educadora la compromete con los temas que aborda.

Si bien el éxito llegó con Roberto por el buen camino , el ser del interior y ser mujer le exigió romper una barrera, porque vivimos en una sociedad machista. Desde joven le gustó escribir, tuvo un buen profesor de literatura, Roberto Carrizo, que aún viene a verla en la feria del libro. Se decidió a dejar su trabajo de gerente en la empresa de su hermano después de 25 años para dedicarse a la literatura.

Rose Marie Tapia, la superventas panameña, no se considera una sobreviviente, sino una superviviente.

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