Taxco, entre escarabajos, turistas y la plata

Actualizado
  • 19/08/2019 02:00
Creado
  • 19/08/2019 02:00
Esta ciudad mexicana fue el primer centro minero en el continente. El metal marcó su historia y por eso hay decenas de tiendas que ofrecen joyería y objetos producto de la imaginación y destreza de sus artesanos

El motor del Volkswagen fabricado en México ronronea firmemente al subir por las empinadas y estrechas calles de Taxco. La ciudad de la plata fue el primer centro minero en el continente. El metal marcó su historia y por eso hay decenas y decenas de tiendas que ofrecen joyería y objetos producto de la imaginación y destreza de sus artesanos.

Después de salir de la ciudad de México DF y adentrarnos por las carreteras de la Sierra Madre Sur y superar los 3,000 metros sobre el nivel del mar, bajamos hasta los 1,778 metros de Taxco. Es el México verde, de árboles y campos de maíz.

Desde la carretera se ve la ciudad y cómo las casas de paredes blancas y tejas rojas cubren los cerros. En el medio imponente sobresale la catedral de la Parroquia de Santa Prisca, con sus dos enhiestas torres y su fachada barroca donde destaca el color rosado.

Fue construida en el siglo XVII y es producto de la riqueza de las minas cercanas. Son muy bonitos sus retablos y las pinturas que obedecen al arte colonial que nació en el Virreinato de Nueva España, como se le conoció por aquellos días a México.

Continuamos por las estrechas calles empedradas y el Volkswagen persiste llevarnos hasta muy arriba donde el Cristo con sus brazos abiertos brinda su protección. El escarabajo nos sigue brindando seguridad, aunque varias veces pareciera que cae al vacío. El conductor sonríe y nos dice que no nos preocupemos, que gracias a que el auto tiene el motor atrás no nos pasará nada.

El auto se convirtió en un símbolo mexicano, pues desde 1964 opera en Puebla una fábrica, que ha construido millones de autos de distintos modelos de la famosa marca alemana y los ha exportado a todo el mundo.

Nos detenemos en un mirador y podemos apreciar plenamente la magia del lugar, y la majestuosa catedral que un exitoso minero regaló a la población.

La religión católica caló fuerte en el territorio mexicano. Las órdenes religiosas tuvieron mucho poder y posesiones. Las revoluciones y la democracia les fueron cortando las alas.

En cada esquina encontramos una plaza, una fuente, un hotel, restaurante o una tienda de recuerdos. Vemos la Plaza Borda, es el centro de una ciudad que rinde homenaje al teatro. Durante todo el año se presentan festivales escénicos, que rinden homenaje a un hijo del lugar: Don Pedro de Alarcón, dramaturgo histórico, que rivalizó con Lope de Vega en la época del Siglo de Oro español, allá por el siglo XVII. En una de las plazas se puede ver una cabeza con el rostro del personaje.

Taxco es preciosa, para un turista es una gran experiencia estar en un lugar donde parece que el tiempo se detuvo y que solo es perturbado por el gran número de visitantes que entran y salen y pasean por sus calles.

Nos bajamos del simpático vehículo, no sin antes recibir la invitación del conductor de visitar Taxco en Semana Santa y ver a los penitentes, a los Encruzados que, encapuchados, caminan descalzos esas calles, cargando rollos espinosos.

Un recorrido por el centro minero más antiguo del continente

SITIO COLONIAL

El pequeño pueblo de Taxco de Alarcón, conocido como la Ciudad Teatro o de La Plata —ubicado en el estado de Guerrero, México—, está enclavado en una zona rodeada de grandes cerros y montañas y es muy reconocido gracias a la intensa explotación de sus yacimientos de plata. Su gente aún vive del comercio y manufactura de objetos que el preciado metal permite; aún se conservan las construcciones barrocas levantadas durante el auge minero del virreinato español.

Esta ciudad debe su nombre al dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón y gracias a ese reconocimiento anualmente celebra las Jornadas Alarconianas y convierte el lugar en un espacio de artes escénicas.

Para apreciar toda la ciudad y sus alrededores es necesario tomar el teleférico que transportará al visitante hasta el Cristo del Cerro Atachi.

‘Taxco es preciosa, para un turista es una gran experiencia estar en un lugar donde parece que el tiempo se detuvo y que solo es perturbado por el gran número de visitantes que entran y salen y pasean por sus calles',

ANDRÉS VILLA

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