Todos ponen y todos toman

Actualizado
  • 27/08/2019 02:00
Creado
  • 27/08/2019 02:00
Una idea no vale por sí sola, vale solo si logra sumar la suficiente gente que crea y trabaje en ella como para que se vuelva una realidad

Uno de los paradigmas más difíciles de cambiar en el ecosistema local de innovación y emprendimiento es el del ‘miedo a compartir'. Hoy deseo desarrollar algunos temas que normalmente incluyo en mis charlas de ‘innovación abierta'.

Una idea no vale por sí sola, vale solo si logra sumar la suficiente gente que crea y trabaje en ella como para que se vuelva una realidad.

La innovación es algo que requiere mucho esfuerzo, requiere pensar (cosa compleja), pues normalmente se innova para encontrar la respuesta a un problema. Importar soluciones casi siempre es un error, pues no se puede asumir que aquello que funcionó en un lugar y momento determinado lo hará aquí y ahora.

Hay dos formas de generar innovación , la manera más tradicional es crear un laboratorio, encerrar un par de genios, darles recursos y una lista de problemas. Este proceso es normalmente costoso y lento, limitando la cantidad de organizaciones que pueden pensar siquiera en acometerlo.

La otra opción es la ‘innovación abierta', consiste en crear un esquema en el que todos pueden aportar y todos se benefician. Es mucho más barato, tiene más alcance y bien manejado logra que los proyectos nazcan con personas ya interesadas en su desarrollo.

Nuestros países, que tienen limitado acceso a recursos de investigación y desarrollo, pueden beneficiarse de la creación de espacios de innovación abierta, lo único que se necesita es tener claros los problemas y crear oportunidades para que los innovadores interactúen.

Existen muchos ejemplos de procesos como este, cosas como el software de código abierto, que involucra a miles de personas y que beneficia a millones, o empresas que implementan esquemas que permiten que los usuarios de sus productos puedan cambiarlos y mejorarlos, o ciudades que implementan esquemas de ‘gobierno abierto' y sus respectivas herramientas, de forma que logran que los ciudadanos participen de la solución de los problemas de su ciudad.

Entrar en este tipo de dinámicas requiere dejar de temerle a los demás, no podemos olvidar que nosotros somos ‘los demás, de los demás' y que la mejor forma de generar confianza es siendo nosotros confiables.

Uno de mis mentores y alguien a quien admiro profundamente, el profesor Antanas Mockus, usó un juego social para ganar su primera alcaldía en Bogotá, Colombia. El juego es una especie de trompo que tiene varias caras y trae mensajes como ‘pon 1', ‘pon 2', ‘toma 2', los niños lo usábamos para jugarnos las láminas de los álbumes de colección, todos soñábamos con que nos saliera ‘toma todo', pues eso significaba que quien sacaba ese mensaje, podría tomar toda la apuesta que estaba en el pozo. El profesor Mockus le agregó a su trompo una cara más que decía ‘todos ponen' y explicaba cuando caminaba por las calles de la ciudad: ‘si todos ponemos, todos tomamos, no podemos pedir si no hemos dado primero'. Hoy estoy más que convencido de que lo mismo funciona en la economía actual, la economía del conocimiento, si llegamos solo buscando tomar, nunca tendremos nada, la única forma de que haya algo para nosotros y para los demás, es poniendo primero.

Los negocios más interesantes y de alto valor son aquellos que comienzan entregándole valor a sus futuros usuarios, son aquellos que ‘ponen', para que cuando llegue el momento de ‘tomar' no solo sea bien visto por los mismos, sino que además están felices de compartirlo con sus amigos .

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