Las balas perdidas de Morat, impactaron a las fans panameñas

Entre el público se podían apreciar muchos rostros jóvenes, que iban desde los siete años hasta los treinta, asistencia que demostró como es la fanaticada de Morat en Panamá, una banda de pop-folk colombiana que desde su primer sencillo ‘ Mi nuevo vicio’ con Paulina Rubio en 2015 hasta ‘Presiento’ con la artista española Aitana en 2018, se ha mantenido fiel a su género, que nos hace regresar con cada línea a los años 80's y 90's, la época dorada del pop en español.

Su nuevo disco y tour del mismo nombre, ‘Balas perdidas’ llegó la noche de este jueves 19 de septiembre al centro de convenciones Figali y aunque no fue un lleno total, el concierto supo acaparar la atención de los millenials y centennials que desde las 7:00 p.m. ya se encontraban dentro del sitio para no perderse a los intérpretes de la tan gustada ‘Cuando nadie ve’ que formó parte del repertorio de los chicos que salieron a escenario después de dos horas de espera.

Para amenizar la noche el show contó con la presentación de la artista panameña Vale Guinard, quien se mantuvo en el escenario alrededor de media hora presentando algunos de sus temas.

La espera se hizo un poco larga para los asistentes que coreaban sin descanso el nombre de la banda que se hizo presente a las 11:30 p.m. con ‘ Maldita costumbre’, tema que fue acompañado con un juego luces y pantallas donde se podía leer ‘Morat’ por todas partes. Las fans de todas las áreas corrieron casi como hipnotizadas hacia adelante para poder ver de cerca a sus ídolos olvidando así los lugares por las que habían pagado desde hace meses.

El espectáculo que solo duró una hora y que dejó con ganas de más al público estuvo lleno de canciones del nuevo y antiguo álbum como: ‘El embrujo’, ‘Besos en Guerra’, ‘Cómo te atreves’ , ‘Mi suerte’, ‘Mil tormentas’, ‘La correcta’, ‘Amor con hielo’, ‘Aprender a quererte’, cantadas a todo pulmón y en medio de gritos de “te amo” dirigidos a los cachacos, Simón Vargas, Juan Pablo Villamil , Juan Pablo Isaza y Martín Vargas, integrantes del grupo.

Este romántico cuarteto se despidió de nuestro país a las 12:30 a.m. con una explosión de confeti y la promesa de volver para poner a suspirar de nuevo a las panameñas que no dejaban de bailar al son de las guitarras, la batería y el banyo de estos artistas que son considerados una de las actuales revelaciones musicales de Latinoamérica.