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- 09/10/2019 08:57
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La producción teatral en Panamá ha permanecido vigente a la par de esfuerzos para sostenerse en una industria exigente, cambiante y costosa, con la mirada puesta en un público receptivo que se ha transformado en los últimos 10 años y ahora, más crítico.
La directora nacional de Patrimonio Histórico, Katti Osorio, cree que “poco a poco se están abriendo más espacios con diferentes estilos teatrales para satisfacer todos los gustos”.
De hecho, desde que el Teatro Nacional cerró sus puertas en 2015 para ser intervenido, hasta su reciente reapertura, “la audiencia ha cambiado y avanzado en cuanto al acceso a las obras; pensamos que los panameños le están tomando gusto al teatro”, añade.
Sin embargo, para Osorio, vinculada durante años al sector cultural, existe una necesidad de formar audiencias más activas, con una comprensión profunda del arte. “El Ministerio de Cultura está contemplando la formación de públicos, con el fin de que éste tenga acceso a las expresiones culturales y las disfrute”.
“Se trata de educar el gusto para que la audiencia pueda no solo atender una obra teatral, sino comprender las sutilezas que conlleva”, enuncia.
Una premisa en la que coincide el dramaturgo Edgar Soberón Torchía, al afirmar que “la mayoría de las obras de teatro no son espejo de la realidad nacional, tal como lo fueron los clásicos que son la inspiración de toda la civilización occidental”.
Explica que “hay obras modernas que están en nuestro contexto socieconómico y político y podemos entenderlas fácilmente, mientras que otras son parte del patrimonio del mundo y requieren una comprensión del contexto sobre su creación, lo que representan y por qué son universales”.
Sostiene que “la oferta teatral en Panamá es numéricamente saludable. Es un sector de la economía que genera movimiento de capital e inversión, y otorga beneficios”.
El director teatral añade que hay una necesidad clara de “mejorar la educación en líneas generales y esto es aplicable a todas las expresiones artísticas del país”.
Un contexto que promueva “más cursos de dramaturgia con maestros y maestras que sepan muy bien qué somos, de dónde venimos y hacia dónde pretendemos llegar”.
Por otra parte, subraya la necesidad de oxigenar la infraestructura. “Hace falta más teatros adecuados, no cualquier espacio 'emparapetado' con unas maderas para que parezca un teatro”.
Considera que el recién constituido Ministerio de Cultura, podría estimular con acciones estratégicas como el patrocinio por concurso a cinco o seis grupos teatrales en uno o dos festivales anuales de teatro, además de “multiplicar la experiencia teatral en escuelas y universidades”.
“Hace falta formar escenógrafos con rigor, que no gasten tanto en madera y aprendan a hacer decorados sobre lienzo pintado, y renazca el arte de pintar esos paneles para otorgar a las escenografías el cuerpo y volumen anhelados. Y buenos cursos de actuación, de dirección, de producción, a ver si todo mejora”, enuncia.
El actor y director teatral Félix Gómez cree que el Ministerio de Cultura debería ajustar los precios de alquiler de la sala en el Teatro Nacional, “ya que en los últimos años han sido muy elevados y los productores no se han animado a realizar puestas teatrales en este lugar”.
“Me agradaría que el Ministerio de Cultura comenzara a llevar a escena, en el Teatro Nacional, la representación de todos los premios Ricardo Miró en la categoría de teatro y las presentaciones fueran gratuitas para todo el público panameño”, explica.
Insiste en que “regularmente, esta institución siempre le ha dado mayor importancia a la promoción de la música, el ballet y las artes plásticas, pero el teatro continúa siendo la cenicienta de las artes”.
“Conservo la esperanza de que el Ministerio de Cultura vuelva a crear una Compañía Nacional de Teatro como la que existió en los tiempos de Torrijos, para llevar este arte panameño a todas las provincias y fuera de nuestro país”, recalca.
Sobre la reapertura del Teatro Nacional, Osorio anota que “uno de los impulsos que recibirá el sector teatral es la recuperación de un escenario valiosísimo, no solo por ser la primera casa del arte en Panamá, sino porque mundialmente tiene la representatividad adicional que le da la declaratoria como Patrimonio Mundial sobre el conjunto”.
Además, “se traza un nuevo camino para el refuerzo de nuestra oferta cultural; el prestigio que conlleva presentarse en este recinto va acompañado de lo que representa como testimonio del pasado panameño”.
“No se trata solo de tener el escenario, de la representatividad histórica o de que sea un monumento de primer orden abierto al público, sino de que al constituirse como la primera casa del arte en Panamá, es el lugar natural para las organizaciones nacionales”.
Al respecto, Soberón Torchía agrega que esta edificación “es un museo y como tal debe ser tratado; no es un cine ni un salón de convenciones, ni un aula máxima para graduaciones. Es, además, ejemplo de un concepto arquitectónico teatral excluyente y elitista que ya fue mejorado en el mundo entero”.
A continuación, un vistazo a las principales salas teatrales de la ciudad capital. Puntos de encuentro para quienes disfrutan este arte y que hoy respiran junto al Teatro Nacional.
La Asociación del Teatro en Círculo de Panamá fue fundada el 18 de enero de 1961 como organización sin fines de lucro. El edificio del Teatro en Círculo fue inaugurado el 12 de septiembre de 1979, después de haber presentado obras en diferentes salas improvisadas tanto en la capital como en el interior de la República. Ubicado en la avenida Sexta, calle Norte, urbanización Herbruger.
Abrió sus puertas el 30 de marzo de 2000. Cuenta con una escuela de actuación que imparte clases para niños y adultos. Ubicado en la vía Transístmica, frente al supermercado Riba Smith.
Inaugurado en 2012. Cuenta con una sala relativamente pequeña. También está ubicado en la vía Transístmica, lo que hace que sea muy accesible.
Comenzó a operar como una sala de teatro a partir de 1996. Dispone de salas amplias . Su capacidad es de 250 butacas, repartidas en dos áreas o niveles: 110 sillas en la platea y 140 sillas en la galería (primer nivel). Todas las butacas son removibles. Ubicado en el corazón del Casco Antiguo.
Su construcción se inició en 1946 y fue inaugurado oficialmente en 1950 por la Compañía del Canal de Panamá. En enero de 1980 pasó a la jurisdicción del Instituto Nacional de Cultura, desde ese entonces continúa bajo su administración y supervisión. Dispone de más de mil butacas, dispuestas en sistema de gradería, de tal manera que es posible obtener una visibilidad perfecta del escenario desde cualquier punto. Ubicado en la avenida Arnulfo Arias Madrid, edificio N° 727-C, área de Balboa.
Fue inaugurado en 2014. Es una nueva propuesta de teatro con una sala propia, con capacidad para 170 personas y diseñada para amplia visibilidad desde cualquier butaca. Es escenario de obras teatrales, conferencias corporativas, charlas ,conciertos musicales y danza. Está ubicado en vía España, edificio Ogawa.
Cuenta con butacas en formato de gradería y espacio de palcos. Posee un escenario con una dimensión de 60 x 40 pies. Sus espacios han acogido presentaciones de figuras como Raúl Di Blasio, Richard Clayderman, Jaime Ingram, Pavarotti, José Luis Rodríguez, Ruben Blades, Danilo Pérez. Ubicado en el Centro de Convenciones Atlapa, avenida 5B Sur.
En 2018 el recinto reabrió sus puertas luego de recibir mejoras durante su renovación. Cuenta con 170 butacas y opera como un lugar par actividades educativas y culturales diversas. Ubicado en la planta baja del edificio Hatillo.
Inaugurado el 18 de septiembre y concebido como un centro cultural y de entretenimiento tecnológico. Cuenta con tres salas de teatro, espacios para eventos, ensayos, talleres educativos, galería de arte y un área de esparcimiento único en Panamá. Situado en la unión entre Punta Pacífica y Paitilla, dentro del nuevo complejo Pacific Center.
Con capacidad para 205 personas, con amplios estacionamientos. Ubicado en la avenida Arnulfo Arias Madrid, edificio 841, al lado del Instituto Bolívar, Balboa.
Cuenta con doble altura, un gran escenario de 6 x 12 metros y 180 butacas divididas en dos áreas, 164 butacas en platea y 16 butacas en mezzanine. Ubicado en la calle Abel Bravo, avenida Samuel Lewis, Obarrio.