Un millón de turistas podrá visitar el Casco Antiguo

Actualizado
  • 07/01/2020 00:00
Creado
  • 07/01/2020 00:00
Para el arquitecto Manuel Choy, el lugar es muy importante, pues anualmente recibe a más de 400,000 visitantes. Sus calles guardan los mismos trazos de un tablero de ajedrez, como lo mandan las tradiciones urbanas españolas

A pesar de que el sector de la construcción en Ciudad de Panamá no ha tenido un buen año, en el Casco Antiguo del Barrio de San Felipe abundan las construcciones y las restauraciones. Por todas las calles se confunden los obreros con los grupos de turistas.

El Casco Antiguo es el sitio a donde fue trasladada la ciudad en 1673, después del ataque de piratas ingleses en 1671.

Para el arquitecto Manuel Choy, el sitio es muy importante pues anualmente recibe más de 400,000 visitantes. “Ahora con el interés de los inversionistas que restauran viejos caserones y embellecen sus calles, los atractivos son más numerosos. Además, en Amador empezará a operar un nuevo puerto de cruceros y un nuevo centro de convenciones, lo cual traerá más turistas.

Destaca que se han conservado las fachadas e internamente se ha distribuido el espacio según los gustos de los nuevos inquilinos. En la planta baja operan comercios, restaurantes, tiendas de artesanías, bares y arriba se cumplen los sueños de los que quieren vivir el ambiente melancólico de siglos pasados.

El Casco Antiguo es el sitio a donde fue trasladada la ciudad en 1673 después del ataque de piratas ingleses en 1671. Sus calles guardan los mismos trazos de un tablero de ajedrez, como lo mandan las tradiciones urbanas españolas. Panamá fue la primera ciudad sobre el Pacífico americano y un punto sobre la parte más estrecha del continente que le permitió a los españoles conquistar y colonizar el continente.

Un millón de turistas podrá visitar el Casco Antiguo

Después en este nuevo sitio sobre una península, custodiada por el Cerro Ancón y con bonitas playas de arenas doradas, fue amurallada y artillada, lo que desanimó a nuevos ataques piratas.

Después de más de 350 años, allí se acumularon estilos arquitectónicos espectaculares que hoy renacen. Esto anima a decir a Choy, un importante restaurador, que San Felipe se convierte en uno de los cascos antiguos más importantes de Latinoamérica. “ Fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como patrimonio histórico de la humanidad y ahora con el agregado de la nueva infraestructura turística a su alrededor, puede recibir hasta un millón de turistas anuales”.

Es un sitio querido por todos los panameños: por sus artistas que lo pintan, escritores que ubican sus historias literarias en sus calles, por los directores y promotores de cine que gustan de sus escenarios, y por compositores musicales. Todo tipo de arte busca enmarcarse en este lugar de ensueño.

Choy destaca que a pesar del paso de los siglos es dinámico, pues allí funcionan edificios vivos de la época republicana como la Presidencia, la Cancillería — lugar ligado a Simón Bolívar— y el Ministerio de Gobierno y Justicia con su estilo clásico.

Las restauraciones han venido de todos los sectores, del Gobierno que se ocupó de los edificios institucionales, del Teatro Nacional que es un orgullo para el país, con frescos, esculturas y un escenario de primer mundo. También la Iglesia católica y sus amigos restauraron la Catedral Metropolitana, la Iglesia de San Felipe Neri, la de San Francisco, y convirtieron a la Iglesia de La Merced en un valioso museo que muestra imágenes, campanas, ornamentos, pinturas de cinco siglos de los mercedarios en Panamá. Visítenlo.

Pero no todo es perfecto y el éxito tiene un precio. El Casco Antiguo y sus estrechas calles son vulnerables al tránsito de vehículos que llegan en ciertos eventos. Existe un estacionamiento a un costado del Teatro Nacional y hay disposiciones de no dejar circular buses grandes. Lo ideal es que todos lleguen al sitio en transporte colectivo, y caminen. Es una delicia pasar frente y bajo los balcones con balaustres o hierros artísticamente retorcidos, por los que se derraman flores y veraneras, una marca del sitio. Comprar y saborear un raspado y lucir un sombrero tradicional del Istmo.

Esta prenda, aunque confeccionada en Ecuador, llega al Casco por el comercio que transportaron las líneas de vapores sudamericanas en el siglo XIX. Allí, empresas de panameños y judíos utilizan el ferrocarril para comerciar con ingleses de Jamaica que lo exportan a todas las colonias inglesas de África, Australia, Asia. De esa manera se convierte en el sombrero tropical de fama y lleva el nombre panamá mundialmente. Si va al Casco, compre uno.

El corazón del Casco Antiguo es la Plaza de la Independencia. Allí se ven los bustos de los miembros de la primera Junta de Gobierno de la gesta de 1903. Sobresale el Hotel Central, un ícono histórico de balcones y ventanas recordado por las crónicas de viajeros antiguos. Del museo del Canal con su techo mansarda que da fe de la época del Canal Francés.

Un millón de turistas podrá visitar el Casco Antiguo

Más allá el American Trade Hotel, con su inusitada elegancia, ofrece un moderno centro de convenciones que opera en el antiguo edificio del National City Bank, la institución bancaria de Nueva York que financió el canal.

La época colonial está presente en sus calles por el Convento de Santo Domingo y su Arco Chato, una maravilla que construyeron los monjes dominicos. Los jesuitas también hicieron su aporte y dejaron las interesantes ruinas de la Compañía de Jesús.

La Plaza de Francia, su obelisco, la Plaza de Bolívar, la Plaza Herrera con sus estatuas y bustos llenan de historia al Casco Antiguo, un sitio que fue visitado por figuras como Teddy Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, la reina Elizabeth II de Inglaterra en 1953 y en el siglo XIX por Ferdinand De Lesseps, constructor del Canal de Suez y propulsor del Canal de Panamá.

Yo que lo conozco y crecí en calles cercanas, doy fe de que siempre se ve algo nuevo en una visita al Casco Antiguo.

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