El coaching como herramienta de adaptación cultural

La globalización económica permitió a las empresas, ampliar sus horizontes y desarrollar nuevos negocios en otros países. Estas empresas se enfrentan a múltiples retos, culturales, legales, políticos y económicos, requiriendo profesionales con competencias internacionales para movilizarlos por un tiempo determinado y desarrollar tareas específicas en el extranjero, denominados expatriados. En muchos casos los empleados parten con sus familias al extranjero, los esposos acompañantes siguen al conyugue, generalmente dejando sus carreras de lado y los hijos de los expatriados viven gran parte de su desarrollo en países diferentes.

Los expatriados son recursos clave y juegan un rol estratégico para las multinacionales, por lo que la gestión de las asignaciones internacionales es crítica para el éxito de la misión. Las principales causas de fracaso de la expatriación identificadas son la falta de adaptación del expatriado o de su familia. Las empresas son conscientes de este riesgo y proporcionan diferentes ayudas al expatriado y su familia durante cada una de las etapas de la expatriación.

Cuando el expatriado y su familia se mudan al país anfitrión, confrontan numerosas dificultades para adaptarse al nuevo país. Esto genera estrés y shock cultural con síntomas físicos y emocionales, que son más evidentes cuanto mayor es la diferencia entre el país de origen y el país de destino. El impacto del shock cultural genera un estado de desempoderamiento, es decir de falta de poder e influencia del expatriado debido a diversas dificultades:

- la comunicación y la comprensión entre los expatriados y lugareños, en cuanto a la lengua, los valores y reglas de convivencia diferentes;

- la pérdida de la red de contención, familia y amigos del país de origen y la necesidad de la creación de nuevas redes en el país extranjero;

- la adecuación a la vida cotidiana: trabajo, escuela, vivienda, alimentación, salud y logística que generan cambios en el funcionamiento de la familia y eventualmente tensiones en las relaciones;

- obstáculos para los esposos acompañantes que les impiden obtener un trabajo en el país anfitrión, generando emociones negativas, desvalorización y hasta incluso la pérdida de identidad.

Es un poderoso proceso de alianza entre un coach profesional y su cliente, “el expatriado”, con el fin de maximizar su potencial personal y profesional permitiéndole disfrutar de su misión internacional. Es importante que el coach tenga experiencia en contextos multiculturales y posea al menos una vivencia como expatriado, para facilitar la comprensión y empatía sobre los desafíos que confrontan sus clientes.

El coaching intercultural posibilita a los expatriados y sus familias restaurar su estado de empoderamiento, permitiéndoles regular sus emociones, conectarse con sus valores, identificar sus fortalezas, asumir responsabilidades, aceptar las diferencias, aprendiendo y disfrutando de los retos de su misión internacional.

Durante el proceso de expatriación, el coach puede apoyar a los expatriados y sus familias a explorar y reflexionar sobre qué es lo importante, qué les apasiona, acompañarlos a visualizar qué tipo de vida podrían construir en el país de destino y qué acciones pueden implementar para una integración exitosa, incluso desde la fase de preparación.

En el momento de la repatriación, es decir cuando el expatriado regresa a su país de origen, puede sentirse extranjero en su propia tierra, requiriendo un esfuerzo de readaptación denominado shock cultural inverso. Durante este proceso el coaching puede resultar también un gran aliado para integrar la nueva visión del mundo que tiene el expatriado y su lugar en él.

El Capítulo de Panamá de la International Coach Federation –ICF es una asociación sin fines de lucro, comprometida con el fomento y la difusión de la práctica profesional y ética del coaching. Está afiliada a la International Coach Federation-ICF, la organización global más grande y reconocida de Coaching.

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