El camino para preservar el patrimonio cultural

Actualizado
  • 20/04/2021 00:00
Creado
  • 20/04/2021 00:00
Tras la conmemoración del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, expertos en patrimonio e historia destacan la urgencia de proteger nuestras raíces
El Patronato de Panamá Viejo realizó una jornada de puertas abiertas al público general el 18 de abril.

La tarea de proteger y preservar espacios culturales como evidencia del paso del tiempo y de la historia del istmo de Panamá se desarrolla de la mano de diversos actores nacionales que se encargan de promover el aprendizaje y la importancia de estos monumentos, sitios arqueológicos y edificaciones que mantienen viva la llama de nuestro pasado.

Para honrar esa responsabilidad, el Consejo Internacional para los Monumentos y Sitios (Icomos) estableció en 1982, el 18 de abril como el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, fecha que fue adoptada luego por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el objetivo de priorizar la promoción y estudio de los patrimonios culturales internacionales.

Panamá se posiciona como una nación de riqueza cultural e histórica, siendo un puente de conocimiento y estudio patrimonial entre los dos polos de América; sin embargo, con el pasar de los años y con las afectaciones de la pandemia se ha agudizado la necesidad de restaurar y mantener en pie los monumentos centenarios.

Para Katti Osorio, directora nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura (MiCultura), el estado en que se encuentran nuestros patrimonios culturales históricos “es variado”, según los recursos de sus custodios, que pueden ser instituciones públicas, privadas, eclesiásticas, y también particulares, destinados a su conservación.

“Nuestros dos patrimonios mundiales ante la Unesco, que son el Sitio arqueológico de Panamá Viejo y distrito histórico de Panamá y las fortificaciones de la costa caribeña de Panamá: Portobelo y San Lorenzo se hallan bajo uso y administración de MiCultura a través del Patronato de Panamá Viejo, y el Patronato de Portobelo y San Lorenzo, respectivamente”, comentó a La Estrella de Panamá, “en este momento, como parte de las tareas del Gabinete Turístico del Gobierno Nacional, y en colaboración con la Alcaldía de Portobelo, avanzamos en las obras para la recuperación integral de la ciudad y sus fortalezas. En el monumento histórico Castillo de San Lorenzo se adelantan las primeras etapas de la obra física y trabajos de arqueología que profundizan nuestros conocimientos sobre este patrimonio histórico nacional”.

Según detalla la Unesco en su informe sobre la sostenibilidad del patrimonio, hoy el patrimonio cultural está intrínsecamente ligado a los desafíos más acuciantes a los que se enfrenta toda la humanidad, “que van desde el cambio climático y los desastres naturales (tales como la pérdida de biodiversidad o del acceso a agua y alimentos seguros), a los conflictos entre comunidades, la educación, la salud, la emigración, la urbanización, la marginación o las desigualdades económicas”. Por ello se considera que el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible”.

Respetar los sitios históricos, así como tomar la responsabilidad de promover el aprendizaje de estos es parte de la tarea de conservación que ha sido transmitida de generación en generación en el país.

El pasado domingo, en conmemoración de esta fecha, el Patronato de Panamá Viejo realizó la primera jornada de puertas abiertas para el público general, puntualizando la importancia de este sitio arqueológico que narra recuerdos y sucesos pasados que marcaron el presente. “Panamá Viejo se encuentra en buen estado de conservación; es un sitio que lleva más de 25 años sometido a un proceso continuo de recuperación, conservación, investigación e interpretación que, además, se hace de manera integral”, enfatizó la directora ejecutiva del patronato, Julieta De Arango a este diario.

Sostenibilidad

Luego de un año de confinamiento, De Arango comentó que se debieron suspender los trabajos de conservación preventiva en monumentos y colecciones por restricciones de movilidad hasta octubre pasado.

“El mantenimiento de áreas verdes se pudo continuar porque esa empresa estaba dentro de las excepciones promulgadas en los decretos”, señaló, “las industrias culturales, dentro de las cuales se encuentra el patrimonio histórico, no estuvieron incluidas en las excepciones”.

La restauración es un proceso que se somete y es afectado por los cambios climáticos, algo presente en los monumentos de Panamá Viejo que tienen muchos años de antigüedad y están expuestos a la lluvia, al sol, a la cercanía del mar, y todos estos factores afectan su conservación y estabilidad. Por esto, el patronato mantiene un programa permanente de conservación preventiva cuyo objetivo es “la salvaguarda o protección de todos los monumentos dentro del sitio, ya que el mantenimiento consecuente y continuo es el único freno real a los agentes del deterioro y la mejor garantía de que el Sitio Arqueológico de Panamá Viejo será conservado para las generaciones del futuro”, apuntó.

Por su parte, Osorio añadió que si bien la pandemia trajo distintas dificultades a las obras de restauración y mantenimiento de los patrimonios históricos, MiCultura, a través de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, “elaboró protocolos de atención según los lineamientos del Ministerio de Salud (Minsa), que constituyeron la hoja de ruta para la atención sectorizada a los problemas más urgentes, y la apertura gradual de los sitios culturales, incluyendo monumentos, sitios arqueológicos, conjuntos monumentales y museos”.

“En el caso concreto del patrimonio mundial, el cierre de los sitios al público y al personal administrativo debido a las cuarentenas establecidas para salvaguardar la salud de la población ante los efectos de la covid-19, también tuvo repercusiones en las labores de mantenimiento sobre los monumentos y sus bienes muebles asociados, tales como las colecciones en los museos en Panamá Viejo y el Casco Antiguo de Panamá, siendo mínimo el impacto sobre los bienes”, anotó.

El camino para preservar el patrimonio cultural

A su vez, indicó que se requiere una mayor formación de talento humano restaurador, profesionales “con mayores capacidades” y un mayor número de personal asignado a los sitios históricos.

La ruta de la inversión

La Convención del Patrimonio Mundial (1972) establece que “el deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio cultural y natural constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos los pueblos del mundo”. En este sentido, se hace aún más urgente la inversión que sustente los procesos requeridos para equilibrar la conservación de las manifestaciones históricas y culturales. “Primero debemos entender que tenemos monumentos porque tenemos interés en conservar nuestra historia, su origen y quien la cuenta a través de los recursos con los que disponemos”, señaló el arqueológo y exdirector nacional de Patrimonio Cultural, Carlos Fitzgerald.

Para el experto en patrimonio, se debe evitar el deterioro, alteración o destrucción de monumentos históricos, ya que “si perdemos estos referentes de nuestra historia, perderemos también nuestra memoria, identidad nacional y sentido de pertenencia”. “Un lugar sin monumentos que cuentan el paso de los años y su identidad, puede ser un lugar cualquiera sin nada que lo haga destacar”, enfatizó, “por lo que nuestros monumentos nos recuerdan quiénes somos, de dónde venimos y por qué estamos donde estamos, y dan la posibilidad de crear un nuevo futuro”.

Hoy muchos monumentos y sitios en pie son el resultado de la conservación de la historia. “No es una obsesión con el pasado, se trata de construir un futuro de acuerdo con lo que heredamos”, puntualizó Fitzgerald.

“Es una oportunidad para reforzar los mensajes acerca de nuestra historia profunda, no solo de fechas y personajes destacados, sino de procesos y de condiciones que permiten entender por qué somos un país, qué condiciona lo que hacemos hoy y qué nos permite avanzar como pueblo”, agregó, “la conmemoración es una excelente oportunidad para reforzar mensajes educativos sobre nuestras raíces y nuestros antepasados”.

Un llamado a la inyección de recursos

Osorio destacó la urgencia de recibir una mayor inversión y atención para preservar los monumentos y sitios históricos, especialmente aquellos que se hallan bajo custodia de entidades públicas, privadas, eclesiásticas, y el cruce de manos de particulares.

“Estos necesitan mayor inversión, planificación para su conservación y atención por parte de sus custodios, con la necesaria orientación técnica del Ministerio de Cultura a través de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural”, indicó.

Mencionó el caso de la restauración del Monumento Histórico del Ferrocarril de Bugaba bajo custodia de la Alcaldía de Bugaba, donde se han destinado fondos de descentralización para la restauración de este monumento con la orientación técnica y permisos correspondientes de MiCultura. “Al respecto, conocemos que, durante este año, la población de Bugaba y el resto del país podrá visitar este monumento restaurado, que es testigo de la historia de Bugaba y su ferrocarril”, comentó.

Para promover el conocimiento y la protección de los patrimonios culturales, la directora nacional de Patrimonio Cultural puntualizó que “se requieren labores de amplia divulgación, a fin de dar a conocer al público general el valor de estos patrimonios y su papel como base y testimonio de identidades culturales”; lo que conlleva labores de investigación rigurosa, científica y profesional, “así como el registro de las voces de la tradición y de la memoria histórica local como patrimonio inmaterial asociado a los sitios, que nos ayuda a profundizar nuestra comprensión de los mismos”.

Los patrimonios deben recibir mayor inversión y participación comunitaria para su conservación.

Tanto Osorio como Fitzgerald coincidieron en que debe abordarse la importancia de la intervención comunitaria en los procesos de conservación, aprendizaje y protección de los patrimonios culturales. “La solución no es abandonar los testimonios del pasado panameño y derribar los testigos de la patria, sino establecer medidas de mantenimiento temprano, y acometer su responsablemente restauración al momento necesario”, apuntó Osorio.

“Parte de la solución está en la descentralización del Estado, la participación comunitaria y la adopción de guardianes de patrimonio en la comunidad”, apuntó Fitzgerald, “hay que intervenir en la conservación con carácter urgente, reforzando los mensajes de interés por la historia. El patrimonio que vale es el nuestro, que sirve de referente para la memoria y une a todas las culturas dentro de este país”.

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