Cada persona que conoces tiene una misión en tu vida

Actualizado
  • 22/05/2021 00:00
Creado
  • 22/05/2021 00:00
Cuando somos corteses como algo natural y tenemos la mente abierta en nuestra evaluación de las personas, somos más propensos a tropezar con sorprendentes gemas de sabiduría

Todas las personas con las que nos cruzamos tienen una función en nuestra vida, de alguna manera. Ellas nos ayudarán a expandir nuestros horizontes y a conocernos.

Esa persona que pasa al lado tuyo, cuando no hay nadie más en la calle o la vendedora del negocio al que entras o la persona que llama para venderte algo. Esas también tienen algo que enseñarnos.

No se trata solo de aquellas a las que buscamos intencionalmente; hay un mundo de personas que pueden enseñarnos y ser algo especial en nuestra vida.

Estas aparecen sin que las busquemos, solo necesitamos estar atentos para descubrir qué tienen que enseñarnos.

Algunos ejemplos pueden ser:

- Personas que solo aparecen cuando nos necesitan. Aparecen para hacernos reflexionar acerca de si esa actitud es algo que hacemos, hicimos, o que alguien familiar suele hacer o bien para ayudarnos a poner límites. No siempre el espejo nos refleja la igualdad con la otra persona; muchas veces viene a mostrarnos que nuestra paciencia tiene un límite.

- Alguien que se cruza en nuestro camino y puede verse la tristeza en su rostro o enojo o alegría. Si observamos a esa persona, tal vez nos dé algo de información sobre nuestro estado actual, que puede ser el mismo, o bien hacernos dar cuenta de que nos sentimos muy bien, pero tal vez algún otro día nos hemos sentido así.

- El conductor del auto que está apurado, y que se nos pega con el auto. Nos invita a pensar, ¿en qué estamos apurados?

- Quienes nos hacen sentir muy bien, con alguna palabra de aliento o una bendición. No sé ustedes, pero amo tener a esas personas cerca, y me invitan a copiar esa actitud.

- Quienes se quejan de todo. Nos invitan a ver si hacemos lo mismo, tal vez en otras áreas.

- Quienes nos piden rebaja o tiempo. Puede que nos hagan saber que ya es hora de subir nuestro precio.

Hay de todo, lo cierto es que de todos podemos aprender. No hay forma de anticipar esos encuentros, ni de estar preparados, sino más bien abiertos a aprovechar cada oportunidad cuando se dé. Eso puede ser al tener una conversación con alguien en la fila del supermercado o entablar una conversación con una persona que conocemos en una reunión o en un curso.

Cuando somos corteses como algo natural y tenemos la mente abierta en nuestra evaluación de las personas cuyas vidas tocan brevemente la nuestra, somos más propensos a tropezar con sorprendentes gemas de sabiduría que abren nuestros ojos a nuevos mundos de posibilidad.

Conferencista y 'coach'
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