Ocaso: un Espacio de Reflexión y Descanso

Actualizado
  • 12/09/2021 00:00
Creado
  • 12/09/2021 00:00
La instalación, que la artista panameña presenta en Berlín, combina hamacas, con un desborde sonoro de arrullos para la humanidad y cuentos enfocados en la resiliencia y los ciclos de la vida.
'Ocaso' está inspirada en la hora de dormir de un niño.

En esta versión de Facetas, entrevistamos a Ela Spalding (Panamá, 1982), una artista-facilitadora y productora cultural que explora el espacio del arte como un elegante conducto para practicar y transmitir nociones ampliadas de ecología e interconexión. Su formación profesional se basa en el cine, la fotografía, la danza y las prácticas de conciencia somática, con un gran interés en el sonido y el bienestar. Combina estas influencias para invitar a la escucha y a la resonancia interior y exterior. Su obra ha sido expuesta en la XIII Bienal de La Habana, Cuba (2019), la X Bienal Centroamericana en Costa Rica (2016), Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano (Bavic9) en Guatemala en 2014, así como en exposiciones colectivas en Panamá y Europa. Es fundadora y directora creativa de Estudio Nuboso y miembro fundador de Archipel Stations Community Radio. Vive en Berlín y visita Panamá cuando es posible para trabajar y recargar energías.

¿En qué consiste Estudio Nuboso, un proyecto multidisciplinario, cuyo punto es acercar la ciencia, el arte y la naturaleza?

Somos una plataforma nómada de arte y ecología con base en Panamá —un colectivo de artistas, diseñadores, educadores e investigadores— que facilitamos espacio y tiempo para encuentros que ayudan a restaurar la relación entre humanos y la naturaleza. Diseñamos programas multi-disciplinares que generan y divulgan conocimientos para promover conciencia, creatividad y prácticas regenerativas en individuos, comunidades y el medio ambiente. Estos encuentros pueden ser residencias artísticas, talleres o retiros, así como publicaciones y proyectos audiovisuales. Actualmente estamos trabajando con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales facilitando, junto a varios artistas locales, un taller para docentes de escuelas públicas. Esto nos emociona mucho, ya que tenemos la posibilidad de brindar un aporte positivo al sistema educativo.

Ela Spalding
Me llama la atención que tu nueva instalación en Berlín, Desviarios, es un proyecto de artistas latinos y españoles, artistas migrantes. ¿Cómo llegaron a este proyecto?

La obra que instalé dentro del proyecto Desviarios se llama Ocaso (Sundown) y fue creada inicialmente para la XIII Bienal de La Habana en 2019. Inspirada en la hora de dormir de un niño, Ocaso es un espacio de reflexión y descanso para seres vivos de todas las edades. La obra es una instalación que combina hamacas, con un desborde sonoro de arrullos para la humanidad y cuentos enfocados en la resiliencia y los ciclos de la vida. La concebí para que pueda ocurrir en distintos contextos, con la variable en el contenido de los cuentos que cambian según la historia, presente y futuro de la naturaleza de cada lugar. Esta ha sido la primera oportunidad para exhibir Ocaso desde que la presenté en Cuba, así que ha sido un gran placer poder hacerlo acá. Llegamos a este proyecto por Paz Ponce, la curadora de Desviarios. Ella es española y lleva mucho años trabajando con artistas de la diáspora latinoamericana radicados en Berlín. El proyecto lo propuso en el marco de los actos del año de la ciencia alemana bajo el tema “Bioeconomía”. Con una mirada crítica, se refiere al contexto económico, la narrativa del desarrollo y la sostenibilidad desde perspectivas decoloniales y antiextractivistas. Concretamente, el título “Desviarios” (palabra inventada que podría traducirse como desvíos) se inspira en el histórico encuentro entre José Celestino Mutis, de España; y Alexander von Humboldt, de Alemania en Santa Fé de Bogotá en 1801, que fue producto de un gran desvío y dio origen en Europa al primer concepto de ecología moderna: todos los ecosistemas del planeta se influyen mutuamente, se suceden e interactúan en perfecta armonía en una línea circular.

Dadas las restricciones actuales por la pandemia, Paz decidió facilitar un espacio de encuentro e intercambio con nosotros —Pilar Millán (España), Manuela García Aldana (Colombia), Julia Mensch (Argentina), Marco Montiel Soto (Venezuela/Colombia), Marcela Moraga (Chile) y yo de Panamá— para juntos diseñar una experiencia artística al aire libre, explorando las posibles historias del Parque Humboldthain (que lleva el nombre del científico y explorador alemán.) En este laboratorio de paisaje colaborativo, la mayoría del contenido va conectado con lo que entendemos como “naturaleza” hoy día y en relación/reacción a las expediciones científicas modernas y contemporáneas patrocinadas por las potencias coloniales europeas en territorio latinoamericano. En mi caso, yo proporcioné el espacio de descanso y reflexión entre y después de los paseos.

¿Hamacas en Berlín?, ¿puedes explicarnos la utilización y el alcance de este artefacto como parte de tu instalación?

Acostada en una hamaca es la mejor manera de recibir y contemplar el atardecer, que es la invitación que hago con esta obra: contemplar el ocaso de la vida (y la naturaleza) como la hemos conocido hasta ahora. La invitación es también a descansar y recargar pilas —para poder seguir haciendo lo que nos toc—. Pocas veces nos invitan a hacer una pausa hoy día, y qué mejor lugar para tomar una siesta que en una hamaca. Las hamacas que uso en Ocaso no son de lujo ni de ocio, son hamacas de pescador. Fueron hechas para el descanso de pescadores y trabajadores de las costas. Esa labor de pesca que se vuelve cada vez más difícil por la disminución de peces en los océanos. Esas costas que se ven hoy amenazadas por la elevación del nivel del mar y otros efectos del cambio climático. Las escogí por esos motivos y también para incluir un pedacito de mi trópico querido.

¿De qué manera te ha impactado tu vida, entre Panamá y Berlín, para llevar ideas y problemáticas de un lado a otro?

Algo que por mucho tiempo ha sido una dicotomía muy fuerte y hasta dolorosa en mi vida, resulta ser cada vez más una experiencia nutritiva. Berlín y Panamá son como mundos opuestos; cada uno tiene sus cosas buenas y malas. De cada uno aprendo cosas distintas y a cada uno puedo traer influencias positivas del otro. Por ejemplo, la naturaleza de Estudio Nuboso es en parte resultado de mis experiencias y observaciones de cómo se pueden hacer las cosas aquí en Berlín. Este es un lugar sumamente creativo en formas de organización social, modelos de negocios, pensamiento ecológico, sentido común (y de comunidad) y obviamente en términos de arte y cultura. Y Panamá, con su rica diversidad, naturaleza abundante tiene maneras de ver el mundo con otros ojos, a veces más flexibles que acá. Son muchas cosas. En este momento estoy muy agradecida porque he recibido apoyo del senado berlinés para continuar desarrollando el proyecto Suelo (que inicié en Panamá en 2014).

Seguramente has seguido la discusión sobre la minería en Panamá, ¿cómo ves esto?

Me parece que esta es una de las luchas más importantes que debemos enfrentar como pueblo unido. Hace muchos años ya se sabía que 30% del territorio nacional estaba cedido a concesiones mineras. Hoy parece que nos acercamos al 40%. Encontré una lista con los sitios donde se ubican estas concesiones actualmente. Son lugares preciosos! Lugares mágicos, que se van a perder por simple codicia: la costa arriba de Colón; Calovébora de Santa Fé en Veraguas; en las montañas de Coclé, Azuero y Chiriquí. ¿A dónde y cómo vamos a vivir cuando el otro 60% del país se vea afectado por los daños que hacen las minas? Como mencioné antes sobre el concepto de ecología: todos los ecosistemas están intrínsecamente conectados y se ven afectados entre sí. Nosotros, como parte esencial e influyente dentro de los ecosistemas, dependemos de ellos totalmente para nuestra existencia. Es impresionante que en plena crisis ambiental, en la que vemos los efectos del cambio climático literalmente quemar miles de hectáreas de bosques en múltiples lugares del mundo, con mega tormentas e inundaciones que sólo van en aumento, nuestro gobierno tenga el descaro de apostarle a la minería metálica como “el nuevo pilar de la economía.” Realmente es el colmo de la avaricia, ignorancia y desconexión de los que rigen nuestro país. Todos sabemos los efectos terribles de la minería metálica. Deberíamos estar haciendo todo lo posible por proteger y restaurar nuestros ecosistemas que son tan especiales y esenciales para la vida en Panamá y el resto del planeta. Los trópicos son clave para el bienestar planetario. ¡Y Panamá es una joya! Por algo tenemos al único instituto Smithsonian afuera de los Estados Unidos, estudiando distintos aspectos de los ecosistemas tropicales que existen allí. Nuestra posición geográfica no solo nos sirve para los servicios de transporte y logística que ofrecemos al mundo - somos un punto de encuentro de biodiversidad y culturas abundante, que con un poco de creatividad y corazón podríamos traducir en abundancia financiera para todxs. Ahora es tiempo de apostarle a la agricultura regenerativa, a las comunidades y sus procesos de auto-gestión y recuperación de la pandemia; a la protección (y expansión) de las áreas protegidas, en diálogo y colaboración con las comunidades que los habitan y aledañas; a la producción de energía limpia; a apoyar a las comunidades indígenas que ya están protegiendo al ambiente; a promover una relación más saludable con nuestro entorno natural. Hay que hacer lo posible para evitar futuras pandemias y prepararnos para los efectos del cambio climático y elevación del mar que afectarán a Panamá profundamente. Eso se va a lograr trabajando en comunidad con la naturaleza, no en su contra. Estamos interconectados —lo que le hacemos al entorno nos lo hacemos a nosotros mismos.

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