Una tercera mirada a la evolución del desnudo en el arte

Actualizado
  • 01/11/2021 00:00
Creado
  • 01/11/2021 00:00
Aristides Ureña Ramos, maestro de la plástica en Panamá destaca el rol del desnudo como una expresión artística que despoja a la pieza de prejuicios morales. También expresa el contraste de admiración y vergüenza de la sociedad hacia los desnudos de la Antigüedad
En 1926 bajo el gobierno del presidente Rodolfo Chiari, se decidió realizar un monumento al libertador Simón Bolívar para conmemorar el centenario del Congreso Anfictiónico.

En el Victoria and Albert Museum de Londres se conserva entre sus estatuas un 'David', realizado en yeso, y detrás de ella existe una bizarra historia. El gran duque de Toscana, Leopoldo II de Habsburgo-Lorena, le dio a la reina Victoria una copia en yeso del 'David' en 1857.

La obra se colocó dentro de la galería que en ese momento se llamaba South Kensington Museum. Tan pronto como la reina la vio, se sorprendió por la desnudez y ordenó que se hiciera algo para cubrir sus partes menos nobles.

Se cumplieron los encargos y se creó una hoja de higuera de yeso, siendo el autor Doménico Brucciani, escultor originario de Lucca, Italia, y profesor de modelado en el Royal College of Art. Lo curioso es que la hoja no siempre se colocaba, solo durante las visitas de la familia real a la galería o de personajes aristocráticos destacados; mediante ganchos metálicos se colocaba entre el vello púbico de la estatua y así se podía poner o quitar.

Después de que finalmente se desechó la hoja de parra, se guardó en los depósitos del museo para futuras referencias. Solo recientemente se ha exhibido permanentemente en un relicario detrás de la copia de David, pero a muchos sus partes íntimas todavía incomodan. El 'David' con todos sus significados, su belleza, su perfección anatómica y mil detalles todavía parece causar un escándalo por tener sus intimidades al descubierto.

'El David' con todos sus significados, su belleza, su perfección anatómica y mil detalles todavía parece causar un escándalo por tener sus intimidades al descubierto.

En 2016, la ciudad de San Petersburgo, Rusia, trajo una gran exposición de Miguel Ángel Buonarroti, y en una calle principal de esa ciudad vino colocada una copia del 'David' y fue inmediatamente un escándalo. La oposición fue tan radical que los organizadores del evento llamaron —entre el 16 y el 23 de agosto de ese año— a los ciudadanos de San Petersburgo a votar si tapar o no la copia del 'David' y elegir qué prendas usar para cubrir tanta vergüenza. Otra vez se quiso poner un taparrabo a la obra de Miguel Ángel.

Lo curioso fue que 200 ciudadanos enviaron sus propuestas. La mayoría de ellos, sin embargo, sugirieron que prevalezca el sentido común y no ceder al fanatismo para no permitir que Goliat prevalezca sobre David. El 'David' se expuso desnudo y las escuelas primarias fueron las más asiduas en llevar a sus alumnos a copiar la estatua bajo un frío polar, porque como dije desde el inicio de esta serie de artículos: la malicia está en el ojo del espectador y un niño observa la belleza en su total plenitud sin artificios morales.

Panamá casto y pecaminoso... sus leyendas urbanas

En 1926 bajo el gobierno del presidente Rodolfo Chiari, tras el acuerdo tomado entre los países hispanoamericanos, se decidió realizar un monumento al libertador Simón Bolívar para conmemorar el centenario del Congreso Anfictiónico. Este se colocaría en la actual Plaza Bolívar, siendo el escultor encargado para tal hazaña el español Mariano Benlliure Gil.

En las telas murales del Salón Tamarindo del Palacio de Las Garzas de Panamá, existe una sensual figura, colocada en primer plano.

Muchas de las leyendas urbanas que han surgido sugieren que se quiso colocar todo el conjunto arquitectónico de espalda a la iglesia de San Francisco por sus figuras desnudas. Se destacan los cuatros relieves que representan la Emancipación de los Esclavos, la Firma de Paz de la Angostura, el grito de la Independencia Americana y El Paso de los Andes, donde este último relieve que narra la épica hazaña del Libertador, ha causado un escándalo en la aristocracia panameña.

Y el pomo de la discordia resultó ser 'Palomo', el caballo blanco de Bolívar; Benlliure supo captar todas las características atribuidas de este maravilloso ejemplar equino: una luciente crin, una ondulada y larga cola y unos sobresalientes testículos… y esto fue lo que esculpió el escultor español.

Palomo viene representado en muchos cuadros de su época con esas características, pero aquí en Panamá, eso no le fue permitido y mentes poderosas e influyentes de la aristocracia panameña conservadora, pusieron mano firme y le mandaron a Mariano Benlliure a capar a Palomo, transformándolo en una yegua. Quien sabe si Simón Bolívar en vez del pura sangre 'Palomo', hubiera tenido que pasar los Andes con una yegua... dejo a ustedes la conclusión.

Así nos quedamos en la Plaza Bolívar con un 'Palomo' capado bajo la complacencia de falsas moralidades.

Los chinos desnudos perseguidos y el veto al esposo desnudo

Se dice que en una de las primeras exposiciones de pintura —que para ese entonces se realizaban en el palacio donde se encuentra actualmente el Instituto Nacional (sede de la Universidad de Panamá)—, entorno al año 1941, Manuel Encarnación Amador expuso su cuadro 'Paisaje con Chinos desnudos'.

Se cuenta que a la inauguración fue invitado el presidente Arnulfo Arias Madrid, y lo primero que hizo el mandatario fue buscar el cuadro de Amador, encontrándose con que la pintura solo presentaba un hermoso paisaje sin las figuras de los asiáticos, y al preguntar dónde estaban los chinos desnudos Amador responde: “Apenas supieron de su llegada se escondieron, por eso no están aquí”. (Anécdota popular). Eran momentos de controvertidas leyes raciales en Panamá.

Lo cierto fue, que una de las nobles señoras de la aristocracia panameña, alumna de Roberto Lewis, hizo un desnudo que debía ser expuesto en esa exposición: el cuadro representaba a su esposo completamente desnudo, con sus partes íntimas bien a la vista, pero nos llegan detalles donde nos dicen que era una obra bien lograda en su realización técnica. La obra fue retirada, con el fuerte apoyo de todos los ilustres pintores que en ella se presentaron, “por ser inmoral y fuera de contexto”. ¡Vaya manera de censurar el arte!

La 'Tamarinda' de Roberto Lewis

En las telas murales del Salón Tamarindo en el Palacio de Las Garzas de Panamá, existe una sensual imagen, colocada en primer plano. Enigmática, siempre me ha llamado la atención, debido a que todas las figuras aparecen descalzas y semidesnudas —con la excepción de aquella que recoge de manera casta los mangos—, mientras que esta gran silueta se encuentran completamente desnuda recibiendo una bebida (al parecer el néctar de los tamarindos) con dos particularidades muy interesantes: el velo que debería cubrir su intimidad es llevado a la cabeza, para cubrirse de la luz del atardecer y sus modernas sandalias blancas de tacón alto, son proyectadas hacia una particular belleza cargada de sensualidad.

Ella está allí desde 1939 con sus miles de misterios. ¿Por qué en primera fila y por qué tanta carga sensual?

Lo cierto es que el desnudo es un lenguaje artístico, que, al no ser aprendido en todas sus aristas, puede vulgarizar el sentido estético del cuerpo, por eso existe una rigurosidad académica que nos conduzca al uso armónico de la expresión corporal. Válido no solo para las expresiones pictóricas, sino más bien para todas las disciplinas artísticas donde se pretende usar el cuerpo para su sublimación estética.

Hemos tomado la polémica entorno al 'David' censurado a la Expo Dubái 2020 para hablar sobre el desnudo, los clones artísticos a través del tiempo, y dejando de último a la 'Tamarinda' de R. Lewis por ser ella un testimonio de cómo los panameños han abordado el tema de la censura en las artes.

Podríamos decir que deberíamos agradecer a aquellas excelencias de intelectuales panameños que han conducido con serenidad y sentido de responsabilidad este tema, por eso en las salas de nuestra magna institución, el Palacio de Las Garzas se encuentra un hermoso desnudo que nos une a la universal concepción de que la malicia está en el ojo del espectador y la misma 'Tamarinda' puso, con su taparrabo en su cabeza, la señal de un ingenuo coqueteo y eso parte de la idiosincrasia de nuestras mujeres panameñas.

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