El regreso a lo presencial: un debate sobre la salud y la productividad

Actualizado
  • 19/01/2022 00:00
Creado
  • 19/01/2022 00:00
Retornar al trabajo presencial luego de dos años de pandemia es un reto para las empresas que deben mejorar sus esquemas de bioseguridad y la cultura para un ambiente laboral efectivo
El regreso a lo presencial: un debate sobre la salud y la productividad

Regresar al trabajo presencial durante la pandemia se ha convertido en un reto más para las empresas que buscan –y en algunos casos, necesitan– contar con sus trabajadores en las oficinas.

En esta línea, es indispensable mantener un ambiente propicio para evitar cualquier contagio y propiciar una dinámica de productividad.

El trabajo remoto llegó como una alternativa para algunas empresas que necesitaban mantener su ritmo de trabajo sin bajas por contagios. También se ha convertido en una alternativa segura para muchos trabajadores, que desde sus hogares desarrollan sus funciones sin temor a contagiarse. Aún así, la presión en el ámbito empresarial se mantiene.

A mediados de 2021, gigantes tecnológicos como Google, Apple y Microsoft anunciaron que mantendrían a su fuerza laboral en teletrabajo hasta inicios de enero de 2022, y a partir de entonces el regreso presencial sería inmediato. Sin embargo, las condiciones cambiantes en la actualidad han impulsado que empresas como Google eliminen el regreso obligatorio a las oficinas.

La pandemia estableció nuevas dinámicas laborales.

Así lo explicó el vicepresidente de seguridad de Google, Chris Rackow, en un correo electrónico enviado en diciembre de 2021, donde indicaba que “ninguno de los centros de trabajo” de la compañía en EE.UU. “adoptará el mandato de trabajo híbrido” a partir del 10 de enero de 2022 como era el plan original, sino que los empleados podrían quedarse en casa, pero mantener “el contacto con los colegas”.

Por su parte, Apple retrasó el regreso a las oficinas por un plazo indefinido tras el alza de los contagios por la variante ómicron en EE.UU. Tim Cook, director ejecutivo de la compañía estadounidense, dijo a los empleados que la empresa regresaría a un “trabajo híbrido hasta una fecha por determinar”, según recopiló el diario The New York Times en un mensaje institucional.

La empresa también destacó que tomaría responsabilidad en proporcionar $1,000 adicionales a cada empleado como apoyo para amueblar las oficinas en el hogar.

Retrasar el regreso presencial a la oficina trae consigo la responsabilidad de crear normas para evitar un nuevo impacto económico en las industrias y, por ende, en los trabajadores. “Las únicas empresas que son deshonestas son las que dan certeza [de un regreso] a los empleados”, dijo al diario The New York Times, Nicholas Bloom, profesor de Stanford que asesora a docenas de directores ejecutivos. “Como padre, puedes ocultar cosas a tus hijos, pero como director ejecutivo, no puedes hacerles eso a los empleados adultos que leen las noticias”.

El trabajo remoto se convirtió en el aliado de las compañías.

No todas las empresas se han mantenido en lo “indefinido”, siendo que el 40% de trabajadores en EE.UU. se han presentado a trabajar nuevamente en las oficinas desde diciembre, según datos obtenidos de la empresa de seguridad de edificios, Kastle Systems.

“La gente se ha protegido adecuadamente esta vez y entiende que se trata de un diálogo con sus empleados, no de un mandato”, comentó a The New York Times, Zach Dunn, cofundador de la plataforma de administración de espacios de oficina Robin. “La realidad es que la gente está aprendiendo que compartir la intención de su plan de regreso es más importante que compartir el plan en sí”.

Efectos colaterales

Para otros empresarios, poner fecha de regreso obligatorio es un “distractor” que afecta la productividad de los trabajadores, tal como anotó al diario neoyorquino Julia Anas, directora de personal de Qualtrics: “Decidimos como equipo de liderazgo, '¿qué tenían de mágico estas fechas?'. Fue extremadamente liberador decir: 'Vamos a ver cómo funciona esto y no nos vamos a preocupar por una fecha”.

Será necesario mantener las medidas de bioseguridad.

“Si hubiéramos seguido insistiendo hasta enero, [nuestros empleados] estarían obsesionados con eso”, mencionó la directora de un equipo de más de 5 mil trabajadores, “nos mantenemos enfocados en el trabajo. Esto es solo una distracción”.

Uno de los efectos colaterales es la expectativa de los empleados a seguir –o no– en una modalidad laboral híbrida. Según una nueva encuesta de Morning Consult, el 47% de las personas que trabajan de forma remota dice que una vez que sea seguro volver al trabajo, lo ideal sería seguir trabajando desde casa de “uno a cuatro días a la semana”. El 40% trabajaría desde casa “todos los días” y solo el 14% regresaría a la oficina de forma diaria.

“Hemos aprendido a ser flexibles, a adaptarnos a las condiciones; ahora estamos más preparados”, explicó al diario El País, Mireia las Heras, profesora de IESE Business School.

La experta indicó que es “imposible” que se aplique una fecha definitiva para el regreso a las oficinas, como diversas empresas han intentado en el último año, puesto que las condiciones de salud y sociales no son las más óptimas. “Tras las vacaciones, veremos qué pasa con los colegios y cómo van los contagios, porque la tendencia es al alza”, mencionó.

Ausentismo laboral

Para asegurar un regreso seguro y eficaz al trabajo presencial, las empresas deben mantener un sentido de realismo ante la situación actual y el mantenimiento de salubridad dentro de las oficinas. La productividad podría pasar a un segundo plano mientras se aseguran las normativas público-privadas en vista a la alza de contagios por la variante ómicron.

El ausentismo se ha convertido en una amenaza. Países como Perú y México han registrado un ausentismo laboral del 30% en diferentes sectores debido a los contagios entre trabajadores.

El abogado laboralista peruano Jorge Toyama manifestó al diario Perú 21 que del total de la población económica activa (PEA) en el país, el 70% “trabaja de forma presencial”, y que de este porcentaje “se ha detectado que el nivel de ausentismo laboral se ubica en alrededor del 30% como consecuencia de la tercera ola de la covid-19”. El también catedrático señaló que el nivel de ausentismo varía en cada sector.

“Algunas agencias de banco no están funcionando (...), incluso las unidades mineras están alargando sus jornadas para que los trabajadores tengan menor exposición al contagio”, comentó al diario local peruano.

Asimismo, apuntó que el Decreto Supremo 168-2021-PCM (válido en Perú) establece que las empresas con más de 10 trabajadores “pueden operar de manera presencial si estos acreditan estar vacunados”; mientras que aquellos que no estén vacunados pueden ser colocados bajo la modalidad de suspensión perfecta de labores –aprobada en 2021– lo que significa que no recibirán un pago salarial durante el tiempo que se aplique.

Desempleo

En el resto de América Latina y el Caribe se mantiene una previsión de desempleo frente al ausentismo de los trabajadores y el costo de las empresas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) anotó en su nuevo informe 'Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2022 (Tendencias 2022') que es probable que en los próximos años el regreso al rendimiento que se gozaba en años previos a la pandemia sea “difícil”.

La publicación destacó que la recuperación de la demanda de mano de obra –hasta los niveles anteriores a la crisis sanitaria– llevará tiempo, lo que frenará el aumento del empleo y de las horas de trabajo.

Esta baja de horas laborales afecta a un equivalente de 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. La OIT prevé que en 2022 el desempleo mundial se sitúe en 207 millones, es decir, que supere su nivel de 2019 en unos 21 millones.

Según la organización, ampliar y asegurar la protección de todos los trabajadores significa “garantizar los derechos fundamentales en el trabajo”, así como velar por la salud y la seguridad en el lugar de trabajo, además de poner en práctica “un programa transformador para lograr la igualdad de género”.

De cara a un 2022 con mayores retos, las previsiones de la OIT señalan una hoja de ruta para empresas en la región latinoamericana, apuntando que será preciso llevar a la práctica con éxito los pilares basados en la recuperación social y económica de la región: el crecimiento económico y el desarrollo inclusivos; la protección de todos los trabajadores; la protección social universal, y el diálogo social.

De igual forma, la organización puntualizó que los gobiernos deben reconocer que las políticas fiscales deben tener como objetivo la protección de los puestos de trabajo, así como los ingresos y el empleo; también deben abordar los problemas estructurales y las “causas profundas” del déficit de trabajo decente en todo el mundo. Estas mejoras desde el campo público normativo podrían beneficiar al diálogo social reforzando las capacidades de las administraciones públicas, de las organizaciones de empleadores y de trabajadores para que se limite la pérdida de puestos de trabajo y el aumento de la pobreza”.

“Tras dos años de crisis, la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta”, afirmó en el informe el director general de la OIT, Guy Ryder, “ya estamos observando daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo, junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad”.

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