Un paraíso verde en el Casco Antiguo

Actualizado
  • 04/10/2022 00:00
Creado
  • 04/10/2022 00:00
La ilusión de un espacio verde para la comunidad del distrito de Panamá finalmente se ve materializada. Así, lo que originalmente era un depósito de escombros y lugar de descanso para personas en estado de indigencia, se convirtió en un “espacio de vida” donde plantas, animales silvestres y personas conviven
Todas las semanas, voluntarios asisten para apoyar la preservación del jardín.
La recolección de composta es una actividad importante para el huerto del jardín.
El jardín cuenta con una rica biodiversidad que incluye no solo plantas, sino diferentes especies de animales.

“Las personas que pasaban y nos veían surcando lodo y basura pensaban que estábamos locas, no entendían qué hacían dos mujeres en un montón de piedras y llantas viejas. Los curiosos nos preguntaban. Yo les respondía que lo transformaríamos en un jardín, y ellos se iban con risa”, cuenta Iva Du, fundadora y prominente voluntaria del Jardín Comunitario del Casco Viejo, a La Estrella de Panamá.

En 2019 iniciaron los trabajos para la creación de esta obra destinada a la comunidad de uno de los distritos históricos del país, cuando la Asociación de Vecinos y Amigos del Casco Antiguo (Avaca) consiguió el terreno donde estaría el jardín.

Sin embargo, no fue hasta la llegada de Iva y Bernadette, junto con amigos extranjeros y demás voluntarios de zonas aledañas, que el proyecto tomó fuerza. Así, lo que originalmente era un depósito de escombros y lugar de descanso para personas en estado de indigencia, se convirtió en un “espacio de vida” donde plantas, animales silvestres y personas actualmente pueden convivir.

Floreciendo en la diversidad

El Jardín Comunitario está ubicado en la avenida A, entre lo que era la escuela Nicolás Pacheco y el antiguo Conservatorio Nacional de Música. Miembros de diferentes comunidades colaboraron activamente en la creación del jardín, con el propósito de integrar la naturaleza en la vida de las personas que residen en áreas colindantes.

“La gente buena siempre quiere aportar y hacer cosas productivas para la comunidad, y eso no tiene clase social”, son las palabras de Iva Du. Y es que para la asociación, la integración de personas tan diversas fue el factor sorpresa: desde José de las Mercedes, un vendedor de raspao, hasta voluntarios extranjeros como el artista británico Simon Johns y residentes que se criaron en el Casco Antiguo como es el caso de Raúl y Armando, tuvieron la oportunidad de participar dentro de las medidas de su capacidad.

El jardín también cuenta con un huerto donde se siembran frutas y vegetales, del cual todos pueden tomar lo que necesiten, para utilizarlo en su propio hogar. De igual manera, se pueden plantar nuevos alimentos. Iva expresa lo emocionante que es para ella ver que los frutos del jardín son de utilidad para otros, y cómo niños del área le comentan que gracias al huerto han empezado a aplicar procesos de siembra similares en sus casas.

El trabajo en equipo

Para la preservación de este espacio verde, los martes y jueves de cada semana desde las 9:00 de la mañana hasta las 2:00 de la tarde, entre voluntarios se limpia y se planifican métodos de siembra y compostaje para conservar los vegetales y plantas del jardín. Otras personas, como los moradores, pueden hacerlo en otros horarios dependiendo de su disponibilidad.

En cuanto a los animales que se refugian en el lugar, Iva comenta que no es necesario darles una atención per se, debido a que crecen y se desarrollan de forma natural dentro del jardín: “Por su visita y residencia ayudan al crecimiento de las plantas, formando un microecosistema entre ellos. No se necesita cuidado especial, solo seguir plantando”.

A su vez, resalta el papel que han tenido los animales del jardín en la limpieza y mantenimiento del huerto, siendo las lombrices los “voluntarios estrella”, pues esta especie ayuda en la producción de abono.

Un espacio para todos

Pero este no es solo un espacio dedicado a la naturaleza dentro de la comunidad del Casco Antiguo. Los colaboradores del jardín en diferentes ocasiones han realizado actividades en beneficio de la comunidad.

Con ideas de Iva, el pasado Halloween se incluyó a niños en el jardín, donde hubo un pinta caritas y dulces para celebrar con los pequeños esta festividad. También se hizo una cena navideña en diciembre, donde voluntarios compartieron regalos entre música y comida con los más pequeños de la localidad. Asimismo, este año se ideó una colecta de materiales escolares para los niños que estaban empezando clases.

El Jardín Comunitario también es uno de los sitios predilectos de los turistas y sus guías, demostrando el valor que tiene dentro de un lugar como el Casco Antiguo; más allá de ser un sitio vistoso y atractivo tanto para extranjeros como para locales, su verdadera importancia se encuentra en la dedicación y el trabajo de la comunidad del Casco y sus voluntarios por una iniciativa como esta.

El impacto que ha tenido el jardín dentro de la comunidad es indudable, porque impulsa el desarrollo sostenible en la población.

El Jardín Comunitario, como un proyecto en alianza con la Junta Comunal de San Felipe, se ha propuesto abordar más problemáticas dentro del corregimiento, al igual que amplificar sus iniciativas, y actualmente siguen trabajando en positivo por la comunidad al igual que en sus próximos proyectos.

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