El pulso del periodismo; un día en la Redacción de 'La Estrella de Panamá'

Actualizado
  • 24/02/2023 00:00
Creado
  • 24/02/2023 00:00
Hoy, como cada 24 de febrero, 'La Decana' está de aniversario. Celebra 174 años de circulación en el país y Centroamérica. 'La Estrella de Panamá' forma parte de la historia del país y del patrimonio cultural
Equipo de reporteros y editores reunidos en la sala de Redacción de 'La Estrella de Panamá'.

Los olores a tinta, a papel y al infaltable café impregnan el lugar. Televisores encendidos con diferentes canales, en las paredes –casi pegados al techo para que todos puedan ver desde sus puestos–. Hay filas de escritorios sobre los que reposan agendas, libros... algunos repletos de documentos, objetos personales y periódicos.

El lugar se podría asociar con cualquier sala de Redacción, pero no, es la sala de Redacción de La Estrella de Panamá, el diario más antiguo del país y Centroamérica, que hoy cumple 174 años y se ha adaptado a los nuevos formatos.

En un espacio conviven el diario impreso, el portal web y las redes sociales. Todos tienen su sitio, todos caben. La Estrella de Panamá se ha amalgamado a las nuevas formas de comunicar, sin dejar de informar de manera honesta, imparcial y objetiva. Cada contenido es elegido con rigor y un propósito en común: llegar a cada lector esté donde esté y que estos se informen a través de cualquier dispositivo o formato.

Los teclados se activan a las 6:00 a.m. Los primeros en llegar son los responsables del ecosistema digital, que se apresuran a actualizar el portal del diario con las informaciones más recientes. Comienzan a llegar los demás periodistas y editores. Se encienden las cafeteras.

La periodista Mirta Rodríguez actualiza el portal digital.

Antes de llegar a la sala de Redacción, el personal atraviesa por una garita de seguridad. Los recibe un árbol de mango, imponente; el color de los frutos avisa que pronto podrán ser cosechados. Luego, pasan por recepción y suben al primer piso, donde ocurre la magia. Es un espacio grande, iluminado con focos blancos, aunque por las ventanas entra luz natural. Hay archivadores, impresoras, fotocopiadoras, plantas.

Comienzan a 'cocinarse' las noticias

Cada reportero propone los temas que desarrollará durante el día, los editores se reúnen para debatir las prioridades, asignar o reenfocar lo que se deba. Los periodistas van a sus respectivas coberturas, consultan fuentes o investigan para luego comenzar a redactar. La rutina es agitada, hay vida, el ruido de los teléfonos, teclados, voces, pasos... se mimetiza con la dinámica del personal.

“Marlene, pausa con eso; hagamos otro tema”, es la directriz de la editora general, Ivette Leonardi, a una periodista. Los días en la Redacción son así, hay cambios a medida que transcurre el día y surgen las noticias. Los reporteros permanecen prevenidos, saben que el día inicia de una forma y podría terminar de otra.

En un espacio conviven el diario impreso, el portal web y las redes sociales.

Gerardo Berroa, el director, cargado de experiencias e historias, entra a la sala de Redacción, hace un escaneo rápido con la mirada, lo ha hecho durante los últimos 16 años. Se ha sabido ganar el respeto de su equipo de trabajo. Tiene un tono de voz firme con el que llama a sus periodistas para asignar y debatir temas. Cuando habla, mantiene el contacto visual, tomando el control de la conversación. Cuando algo le causa gracia, todos se enteran porque se ríe tan fuerte como habla.

Su mano derecha es 'Lulú' o Lourdes Liebhardt, quien ha dedicado 16 años de su vida al oficio. Aparte de sus funciones como secretaria, trajo la frase: “¡Esto qué es!”, que todos repiten cuando ocurre algo que genera asombro. Ella es la voz de la experiencia, la de los consejos personales, la del orden y la estructura.

Lo que no se ve

“Una noticia redactada vive a través de la fotografía”, expresa Leonardi, refiriéndose a los ojos que acompañan a los periodistas: Larish Julio y Roberto Barrios, coordinados por Erick Marciscano. Con sus lentes captan las fotografías que ilustran los textos. Van de un sitio a otro cumpliendo con las asignaciones del día, pasan por la sala de Redacción a descargar las imágenes. Siempre cargan una mochila pesada, llena de cámaras, lentes, tarjetas de memoria, trípodes, agua...

El editor de cierre, José Arcia, revisando una de las páginas.

Cada periodista es responsable del montaje de su página: título, sumario, fotos, pies de fotos, frases, entre otros elementos que se deseen resaltar. Posteriormente, esta página es entregada al editor totalmente diagramada por el equipo de Diseño, el departamento de la camaradería. Ellos son parte esencial del engranaje de un medio de comunicación, y en La Estrella de Panamá, parte esencial de la alegría del lugar.

El editor es el encargado de leer minuciosamente, verificar la información, modificar si se requiere o cambiar el foco periodístico que se quiere lograr. Después, el editor envía el artículo al primer lector, el filtro final y quien corrige el estilo y ortografía. Luzmila de Flamarique, cariñosamente conocida como 'La profe'.

Luego, la página llega a Paginación, donde el diseñador de turno hace los últimos ajustes para finalmente enviar a la rotativa. Este proceso se cumple de lunes a lunes.

Entre los periodistas hay veteranos que se han adaptado a las tecnologías, pero le tienen más fe a la libreta y a la pluma, “de aquí no se me borra nada”, dicen. También están las nuevas generaciones; les brillan los ojos con cada cosa que aprenden, con cada logro, con cada título aplaudido. Están los que conversan poco y los que lo hacen mucho, “todos necesitamos una pausa activa”, justifican.

Rotativa del Grupo Editorial El Siglo y La Estrella de Panamá.

Yandira Núñez, parte del equipo de editores, destaca con emoción el papel de 'La Decana' como escuela de los jóvenes que eligen el periodismo como carrera. “En nuestra historia, en nuestra sala de Redacción, se conjugan la experiencia de periodistas veteranos con el ímpetu de las nuevas generaciones. Tenemos el privilegio de formar a los profesionales de la comunicación que, de seguro, serán los grandes líderes en este mercado. Es una gran satisfacción y dicha asumir esta responsabilidad, con el diario y con nuestro Panamá”.

Además, “es gratificante el aprendizaje que obtenemos de vuelta, de estos chicos tan conectados a nuevas realidades y visiones de la vida, la información y la tecnología”, dice Núñez.

Cuando pasan las 4:00 p.m. se escuchan bolsitas de snacks al ser destapadas por los colaboradores; la hora de la merienda. Siguen escribiendo. Se siente la premura previa al cierre de la edición: “Edman, ajusta la 5A”, pide el editor de cierre al diseñador, refiriéndose a una de las páginas. Así lo hacen con cada una cuando ya está revisada.

La responsabilidad de armar la portada es del editor de cierre, José Arcia, quien llega directo a su puesto y se sienta en silencio. Su labor empieza, prácticamente, desde mucho antes de entrar al diario, “pensar la portada del día siguiente puede resultar un acto sublime y soberbio, porque se trata de seleccionar los hechos que el editor considera más relevantes de todos”, revela.

Planchas donde se reproducen las páginas en negativo para luego imprimirse.

Aunque no es una decisión exclusiva del editor de cierre, definir el techo –la nota principal– se convierte en un reto cuando hay varias opciones. “La portada de La Estrella de Panamá tiene la particularidad de contar con imágenes y textos cortos, lo que implica que las fotos que se elijan deben ser de impacto, que por sí mismas muestren un hecho, una realidad”, añade.

“Todo este trabajo requiere pensar y repensar”, dice Arcia. También tiene la responsabilidad de leer todas las páginas del diario. Para él, trabajar una portada requiere dedicación, “el diseño juega un papel importante y por eso es fundamental que un editor de cierre maneje conceptos de diseño, en cuanto a estética”.

Se enciende la rotativa

En la planta baja, al final de un largo pasillo, está el departamento de Producción. Francisco Morales y Kevin González reciben las páginas en una plataforma digital, revisan que todo esté en orden y procesan las planchas, unas láminas plateadas en las que se queman cuatro versiones en negativo de las páginas, una para cada color: magenta, cian, amarillo y negro.

Las planchas pasan por una perforadora que abre agujeros en la parte superior e inferior de estas. Pasan también por una máquina que dobla la cabeza y pie de la página, todo esto para luego ajustarla en la rotativa. Se coloca cada color donde corresponde; presionan un botón, suena una alarma y se activa la maquinaria. Ulises González está en controles desde la consola de operaciones, verifica las primeras impresiones y ajusta los detalles.

Así empieza la impresión por secciones, la C, la B y por último la A. Pasan al departamento de armado, una máquina se encarga de insertar una sección dentro de otra; a veces se atasca porque algunas páginas se mueven, pero el operador ajusta y reinicia. Otra persona recibe los diarios y los ordena para entregarlos a Despacho. Los repartidores los llevan a los diferentes locales comerciales y a las casas de quienes están suscritos al servicio.

Cuando la rotativa se detiene, el equipo de periodistas ya no está en la sala de Redacción. Sin embargo, los grupos de WhatsApp permanecen activos, atentos a la información que surja, sea la hora que sea. El periodismo no duerme.

Durante la jornada, el equipo de producción multimedia se encarga de hacer, junto con los periodistas, todo el contenido que se comparte en el canal de Youtube, entrevistas, especiales, programas en directo. Sus herramientas son las videocámaras, micrófonos, tarjetas de memoria, las computadoras donde editan el material, y sobre todo el respeto por la audiencia.

La Estrella de Panamá ha publicado ininterrumpidamente desde que se fundó el 24 de febrero de 1849. El compromiso con el periodismo ha superado crisis habituales en los países del mundo, como movimientos sociopolíticos que han dejado ver las rupturas en la institucionalidad, con censura y amenazas a la libertad de prensa.

Además, la 'revolución' digital, que sigue forzando la astucia de los tomadores de decisiones en las salas de Redacción e invitando a replantear el modelo de negocio de la prensa escrita, al que 'La Decana' ha sabido adaptarse.

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