Santa Catalina e isla Coiba, paraísos de la biodiversidad

Actualizado
  • 06/12/2021 00:00
Creado
  • 06/12/2021 00:00
Santa Catalina es reconocida por sus espectaculares olas para el surf mientras que en el Parque Nacional Coiba, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, permite disfrutar del buceo así como del avistamiento de aves y cetáceos
El Parque Nacional Coiba cuenta con varias especies endémicas y más del 80% de la isla está cubierta por vegetación.

Lo que alguna vez fue un pequeño poblado de pescadores, se ha convertido en uno de los lugares más visitados por los amantes del buceo, submarinismo, pesca y sobre todo, en un escenario de surf de renombre mundial.

Santa Catalina, ubicada en el distrito de Soná, en la costa del Pacífico de la provincia de Veraguas, fue descubierta en los años 70 por los surfistas más aventureros, quienes la mantuvieron en secreto durante varios años, pero pronto comenzó a ser popular no solo a nivel nacional sino internacionalmente, y es que anualmente recibe a unos 100 mil turistas tanto de Europa como de Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) según cifras de la Cámara de Turismo de Santa Catalina.

Desde que este pequeño paraíso fue sede del Mundial de Surf en 2010, la construcción de hoteles, cabañas, restaurantes y las actividades turísticas se han incrementado.

Actualmente el visitante puede encontrar desde restaurantes de comidas típicas nacionales hasta ambigús para los paladares más exigentes, así como también una variedad de alojamientos algunos a orillas de la playa, ideales para quienes buscan relajar el oído con las olas del mar.

Atardecer en la playa de Santa Catalina, provincia de Veraguas.

Además, se trata del punto de partida para las excursiones al Parque Nacional Coiba, declarado en 2005 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco), un lugar con una historia fascinante, además de que también posee rutas de senderismo y observación de una variada fauna y flora.

Durante una visita al lugar junto a la Fundación MarViva, Vicente del Cid, Gerente de mercados responsables y gestión turística sostenible en MarViva, destacó que se están realizando varios programas y capacitaciones a propietarios de establecimientos de la zona con el fin de diversificar la oferta turística e incentivar la economía local a través de la innovación y el fortalecimiento al emprendimiento.

A su vez, Del Cid señaló que promueven la campaña #ChaoPlásticoDesechable, que busca la eliminación del plástico en esta zona turística así como en todo el país. “Varios restaurantes en Santa Catalina se han comprometido con la campaña y la promueven dentro de su local”.

Adicionalmente se están desarrollando varios proyectos por parte del Gobierno como lo es la construcción de la carretera hacia Santa Catalina, así como alternativas para abordar los problemas con el suministro de energía eléctrica, agua potable e infraestructura, que son necesarios para el desarrollo pleno del potencial del destino.

El avistamiento de delfines y ballenas es parte de los atractivos.

Para llegar a Santa Catalina, el visitante que no cuente con auto propio puede tomar un autobús en la Terminal Nacional de Transporte de Albrook (ciudad de Panamá) que diga “Panamá-Soná”. Una vez en Soná, puede tomar un bus o pedir un taxi hasta Santa Catalina. En total, el viaje dura entre cinco y seis horas.

Isla Coiba, un paraíso tropical

El Parque Nacional Coiba, situado frente a la costa sudoeste de Panamá, en el Golfo de Chiriquí, protege la isla Coiba y otras 38 islas e islotes menores, así como las zonas marinas circundantes. 

Amparado contra los vientos fríos y la corriente de El Niño, el bosque tropical húmedo de Coiba es un lugar de formación de nuevas especies, como lo demuestra el alto nivel endémico de muchos de sus mamíferos, pájaros y plantas. 

También ha servido como último refugio de varias especies en peligro como el águila arpía, por lo que es considerado como un laboratorio natural excepcional para la investigación científica y un nexo ecológico fundamental en el Pacífico tropical oriental para el tránsito y la supervivencia de especies de peces pelágicos y mamíferos marinos, reseña la Unesco en su sitio oficial.

Debido a que fue una colonia penal en el año de 1919 hasta 2004, el acceso a la isla era limitado y hoy el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) es vigilante de este parque marino, con unas 270,125 hectáreas de las cuales el 70% son marinas, con una de las mayores diversidades biológicas del mundo.

Coiba es un destino para bucear de primera categoría localizado en el mismo corredor que las Islas Galápagos, que ofrece acceso al arrecife de la bahía Damas, el más grande de la costa occidental del continente americano.

Al sumergirse en sus aguas, el visitante podrá observa los arrecifes coralinos, cocodrilos, monos, iguanas, mantarrayas, tiburones martillo y más de 147 especies de aves, entre otras especies exóticas.

En un recorrido por el sitio, Lisette Trejos, médico veterinario de la división de costas y mares del MiAmbiente, afirmó a La Estrella de Panamá que actualmente cerraron isla Granito de Oro por el daño causado a los arrecifes y la idea es que estos se vuelvan a recuperar de manera natural. “Lo que buscamos es que la presión turística sobre los arrecifes baje para evitar afectaciones a estos, sobre todo porque se trata de una isla que es la más emblemática del parque y un sitio de playa de aguas cristalinas y arenas blancas espectacular, y además es un lugar de importancia para el monitoreo de la tortuga Carey. Debido al crecimiento turístico sobre esta zona no se tuvo el cuidado debido del coral y por eso hoy está cerrada”, remarcó.

Añadió que gracias a las capacitaciones que se han brindado a los guardaparques estos pueden hacer los monitoreos de especies, así como también han aprendido a utilizar la tecnología para llevar una data actualizada. “También contamos con buzos especializados en aguas abiertas y para el próximo año tendremos estación de buceo; estos acompañarán a los turistas para que se hagan buenas prácticas de nado y no se afecte el ecosistema de arrecifes”.

También invitó a los visitantes a evitar el uso del bloqueador solar mientras estén en contacto con los arrecifes, ya que son animales que necesitan tener su ambiente limpio y saludable para evitar su deterioro.

Respecto al alojamiento en isla Coiba, Alexis Robles, guardaparques del área aseguró que antes de la pandemia se ofrecían hospedajes en las cabañas que actualmente posee MiAmbiente. “Con la pandemia se cerraron y ahora tienen pensado acondicionarlas para brindar una mejor estancia al turista. Mientras tanto, solo se está ofreciendo el servicio de pasadía”, mencionó.

También dijo que antes de la crisis sanitaria los turistas extranjeros pagaban $40 que incluían: la entrada y la estadía, mientras que el turista nacional pagaba $20 e incluía ambos beneficios. Están abiertos de 8:00 a.m. a 3:00 p.m. “Con los tour operadores es que los turistas hacen las giras por los senderos y a las ruinas, lo único que tienen que hacer es pedir el permiso a MiAmbiente”, explicó.

A la isla se puede llegar en bote desde varios lugares del Golfo de Montijo, pero el viaje más rápido es de una hora y quince minutos en bote desde Santa Catalina, en Veraguas.

Durante el traslado la aventura se hace más gratificante ya que mientras la persona va en la lancha tiene el placer de observar delfines y hasta ballenas jorobadas siempre y cuando la gira se haga en la temporada de avistamiento en los meses de julio a octubre.

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