La risa, una medicina para el alma

Actualizado
  • 29/06/2014 02:00
Creado
  • 29/06/2014 02:00
El sentido del humor puede llegar a ser la mejor la medicina, y el agente catalizador que nos permita cambiar un gesto serio por uno  relajado

La vorágine a la que nos vemos sometidos en la sociedad actual, con estrictos horarios que cumplir, frecuentes tranques automovilísticos, y otros tipos de estrés acumulado, invita realmente muy poco al optimismo.

Y es que casi todas las personas acabamos sufriendo en mayor o menor medida reiteradas bajadas de ánimo y depresión, ya sea por problemas de tipo económico, de salud o laborales entre otros. En esas circunstancias el sentido del humor puede llegar a ser la mejor de las medicinas, y el agente catalizador que nos permita cambiar el gesto serio de nuestro rostro por una sonrisa.

BENEFICIOS

La risa se considera como una respuesta biológica generada por nuestro organismo ante variados estímulos, mientras que la simple sonrisa sería una forma suave y silenciosa de la risa. Es comúnmente aceptado que la risa es un gran remedio para aliviar las tensiones y el estrés acumulado, dejando nuestro cuerpo y mente de manera temporal en un estado de bienestar y tranquilidad. El mismo Sigmund Freud defendía que la risa -sobre todo la carcajada- ayudaba a liberar la energía negativa. Una persona que se encuentre generalmente de buen humor estará más motivada a emprender retos y ser creativo, con la confianza de poder alcanzar el éxito final.

Según estudios médicos, en el gesto de reír están involucrados hasta 400 músculos de nuestro cuerpo, por lo que hacerlo de manera habitual incentiva todo el sistema cardiovascular. Adicional reír fortalece el sistema inmunológico de nuestro organismo, y dispara la producción de endorfinas, la cuales pueden aliviar posibles dolores cuando estamos enfermos. Incluso algunos investigadores defienden que la risa puede influir positivamente hasta en la regulación de los niveles de glucosa en sangre, un tema de gran importancia para los diabéticos.

¿CUÁNTOS NOS REÍMOS?

Diversos estudios han demostrado que los bebes ríen un promedio de 300 veces al día, mientras que los adultos difícilmente llegamos a las 15 o 20 veces. Lamentablemente cuando vamos adquiriendo edad tendemos a confundir madurez con seriedad, y cada vez nos reímos menos.

Desde el punto de vista social generalmente también está mal visto reírse en público de manera ostentosa, cuando debería ser algo aceptado como expresión primaria de la naturaleza humana. Por muchos problemas que nos puedan afectar, siempre debemos encontrar un espacio diario para la risa y el sentido del humor en nuestras vidas.

SANACIÓN

La Risoterapia es una terapia auxiliar destinada a mejorar el estado físico y psicológico de las personas a través de la risa. Conforme a esta disciplina, el cuerpo no es capaz de distinguir entre la risa verdadera y risa provocada, por la que ambas ofrecerían similares beneficios fisiológicos y psicológicos. Así la risa sería incluso un tratamiento adecuado para ciertas patologías y enfermedades, como el insomnio, la falta de apetito o la depresión, generalmente combinada con otros tratamientos tradicionales.

En muchos países del mundo existen ya centros de Risoterapia especializados. En nuestro país se ofrecen talleres periódicamente. En estas reuniones se educa a los asistentes sobre esta forma de terapia, y se les suministra información sobre estímulos para provocar la risa y como disfrutarla en su plenitud. Los medios varían desde expresiones corporales en los que se realizan gestos hilarantes, juegos grupales o danzas y cantos, hasta visionar videos, compartir anécdotas y contar chistes.

LAS COSQUILLAS

Una de las maneras más sencillas de estimular la risa son las cosquillas. Y es que ¿quién no ha realizado alguna vez esta práctica, terminando en muchas ocasiones retorciéndose en el suelo, dando entrecortados gritos, y hasta soltando lágrimas? Con pocas cosas una persona liberará en tan corto espacio de tiempo mucha tensión y se sentirá igual de relajado y feliz.

Cuando una persona sorprende a otra y le hace, o al menos intenta hacerle, cosquillas, se produce una interacción, ya que el receptor adicional va a intentar librarse de la presión. Por lo general, el receptor responderá al actor con el objetivo de devolverlas. Las cosquillas son un gesto que implica una complicidad entre el que las da y el que las recibe, por lo que están limitadas a familiares o amistades cercanas.

Y es que difícilmente se entendería realizar esta acción con un extraño. No todas las personas tienen la misma sensibilidad en su cuerpo, pero hay ciertas zonas especialmente propicias como las axilas, abdomen o parte baja de la espalda, y en el caso de los bebes están las manos y las plantas de los pies.

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