La espiritualidad como forjadora de principios

Actualizado
  • 23/03/2016 01:00
Creado
  • 23/03/2016 01:00
Se puede tener un credo religioso o no tener ninguno, lo importante es dedicar un tiempo a esa conexión espiritual con un ser supremo

La espiritualidad contribuye al sano desarrollo de los seres humanos y a fomentar valores y principios que contrarrestan la influencia de una sociedad marcada por actos de violencia, corrupción, materialismo y consumismo, por ello, un espacio de espiritualidad en familia no será más que positivo.

Regularmente el tema de la espiritualidad es relacionado con la religión, con una edad en particular en el ser humano o un grupo en específico. El Diccionario de la Lengua Española define espiritualidad como naturaleza y condición de espiritual y el término espíritu como: Vigor natural y virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. En otras palabras, la esencia espiritual acompaña al ser humano de manera natural desde su nacimiento, independientemente de la religión.

Se puede tener un credo religioso o no tener ninguno, pero siempre serán necesarios momentos de inspiración y conexión divinos.

‘Espiritualidad significa tener conexión con nuestro creador. Cuando estás conectado con ese ser espiritual a través de diversas prácticas, regirás tus actos con base en esa fe', afirmó Pedro Sánchez, sacerdote de la Parroquia Amigos de Jesucristo.

Ese tiempo dedicado a la espiritualidad se hace necesario porque ‘somos seres creados por un ser espiritual, un ser supremo, independientemente de cómo se quiera identificar', explicó Martín Méndez, pastor de la Comunidad Cristiana Cielos Abiertos, Asamblea de Dios.

Los religiosos coinciden en que al no desarrollar lo espiritual el ser humano busca otras cosas con qué llenar esa necesidad y por eso terminan realizando actos indebidos.

DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Son los padres los encargados de transmitir esas enseñanzas de espiritualidad a los hijos e hijas. ‘Si la fe se promulga y se enseña en las familias tendremos familias con futuro estable y sanas, con valores y principios', afirmó Méndez. De lo contrario- agrega- estamos formando familias inestables expuestas a las malas influencias de la sociedad.

La espiritualidad está asociada con un sistema interno de creencias que le da sentido a la existencia de las personas. Se vincula con la manera en que ponemos o no en práctica los valores. Es importante fomentar en los niños y niñas una base espiritual, necesaria en un mundo absorbido por la inmediatez y el materialismo.

Es como cuando se va a construir una casa; si sus bases no son fuertes corre el riesgo de que al pasar los años se caiga. Si no le enseñamos a nuestros hijos e hijas desde pequeños la relevancia de esa conexión espiritual para regir adecuadamente sus actos, durante su crecimiento al recibir influencias negativas de la sociedad pueden ser afectados, explicó Sánchez.

MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN, VALORES

"Tener una base espiritual ayuda a los niños y niñas a sobrellevar la presión de grupo y evita influencias negativas tales como drogas y alcohol", aseguró la psicóloga Naidine Prince.

"Seas cristiano, musulmán, budista, no importa la religión, lo importante es tener una base que promueva el desarrollo de los valores y principios que debe regir en todo ser humano", dijo Prince.

No se trata de ir todos los días o todos los domingos a la iglesia, es un tema de cómo se vive la vida.

Uno de los principales resultados de la espiritualidad es el respeto. Ya sea que practique una religión tradicional o si la idea de espiritualidad se apoya en la necesidad de respetar a la Tierra o algún ser, esta creencia promueven el valor del respeto de manera indirecta, pues al yo tener respeto por algo o alguien me autoeduco en el tema, explicó la psicóloga.

Al compartir momentos de espiritualidad también se promueve la unión, paz y seguridad en la familia, agregó Méndez.

Lo ideal es que toda la familia participe juntos de tiempos dedicados a la espiritualidad, donde oren, recen o mediten, se dialogue y enseñe que son momentos para estar con esa presencia suprema.

Aunque parezca algo sencillo tiene mucha importancia, 15 o 20 minutos dedicados a enseñarle a nuestros pequeños la importancia de respetar, de dar, de bendecir, de comunicarnos y respetar a ese ser supremo, puede hacer una diferencia en el desarrollo de esa persona, manifestó Sánchez.

Sea cual fuere su credo o percepción de un ser supremo, lo importante es considerar el valor de la espiritualidad en la crianza y desarrollo de los hijos e hijas. Pasar un tiempo juntos en familia y fortalecer los lazos que los une, puntualizó Prince.

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