Ellos, ¿el verdadero sexo débil?

Actualizado
  • 07/10/2019 12:02
Creado
  • 07/10/2019 12:02
Los hombres reprimen sus sentimientos ante las adversidades producto de una sociedad que establece actitudes y roles específicos

A menudo la vida se empecina en ponerle muros delante, dificultades y obstáculos con el amor, la familia, las amistades, el trabajo, la salud y la economía y los hombres tienden a camuflar sus sentimientos para denotar fortaleza ante estas situaciones. Muchos pierden el coraje de comunicar sus frustraciones o disgusto por temor a ser juzgados como débiles o sensibles.

Una premisa que afirma Yasmicelis Esther González, psicóloga clínica, que detalla que estas conductas surgen ‘cuando una sociedad establece ciertas actitudes, tanto a mujeres como a hombres', pero que muchas veces es sobre estos últimos en quienes recae la presión.

‘En la medida que la sociedad siga estableciendo este desempeño tradicional, el individuo tratará de cumplir con ese rol, sin importar su estado mental',

JOSÉ CLEMENTE LASSO
SOCIÓLOGO

‘La catalogación común es que los hombres deben ser siempre la figura fuerte. Y es esta la razón principal que los hace olvidar la importancia de expresar las distintas situaciones que los abruma', puntualiza.

José Clemente Lasso, sociólogo, coincide. Y es que, según el experto, el entorno ‘de manera errónea' ha definido ciertos parámetros que esta comunidad debe asumir. ‘En vista de ello, el individuo siente un gran peso no solo emocional, sino también social y de pensar, además, que tiene que cumplir con el papel establecido. Es claro que con el tiempo estas actitudes solo se convierten en pesos adicionales a sus inquietudes personales', señala Lasso.

Y añade que ‘en la medida que se siga estableciendo este desempeño tradicional, el individuo tratará de cumplir con ese rol, sin importar su estado mental'.

‘La catalogación común es que deben ser siempre la figura fuerte',

YASMICELIS ESTHER GONZÁLEZ
PSICÓLOGA CLÍNICA Y FORENSE

Para romper con ese esquema, los grupos de apoyo —familiares, de amistad o amorosos— deben entender que estos estereotipos hay que cambiarlos para restar presión. Se debe ofrecer más apoyo para demostrarles que hablar de los sentimientos ‘en ninguna medida vulnera su masculinidad'.

Lasso indica que la sociedad señala a las madres como ‘las principales propulsoras del machismo, por motivarlo desde la crianza' de sus hijos. Lo que las personas no saben —recalca— es que ellas solo cumplen un rol que ha desarrollado históricamente una sociedad patriarcal que desde tiempos remotos estableció funciones que han traspasado el tiempo.

La importancia de hablar
FOBIA SOCIAL

De una u otra manera, todas las personas tenemos este miedo a que los demás nos juzguen, por nuestras capacidades, actos o sentimientos, ya sean pasados, presentes o incluso anticipados. El problema se manifiesta cuando este comienza a resultar obsesivo, volviéndose limitante y patológico.

La fobia social es un miedo irracional que supone un gran malestar ante las relaciones sociales. Quienes padecen de esta fobia procuran mantenerse distantes y aislados, ya que les desagrada y angustia cualquier tipo de relación y de interacción con las demás personas.

González explica que cuando un hombre se ve inmerso en un estado de depresión le es más difícil aceptar y encontrar alternativas para superarlo. ‘De manera cognitiva se sabe que los varones son mucho más débiles que las damas, debido a su poca capacidad de resolución de conflictos, pero no se debe generalizar, ya que existen algunos que tienen las ventajas de crear su propio sentido psicológico que les permite enfrentar las peores situaciones', apunta.

Por su parte, Lasso explica que las probabilidades de tensiones se reducen cuando el individuo cuenta con personas de confianza con quienes conversar.

‘Si el hombre no es abierto a comunicarse porque piensa que lo puede superar solo, entonces la situación se puede tornar mayor. Todo tiene que ver con las relaciones interpersonales', expone.

Sin embargo, para González el temor a hablar es recurrente porque la sociedad no está acostumbrada a crear o mantener su salud mental. ‘En Panamá estamos atrasados en esta situación. En nuestro sistema policial, educativo y de salud deben existir programas dedicados a la identificación de emociones', recalca.

Para la psicóloga, es importante que la sociedad entienda la necesidad de hablar con un experto sobre su estado emocional. ‘Es bueno que acudan a un especialista, quien les podrá orientar y dar herramientas para solucionar o sobrellevar la etapa que estén afrontando. Típicamente se recurre a los familiares, que aunque tengan voluntad muchas veces ofrecen alternativas que no pasan de simplemente escuchar', concluye.

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