Jackson conocía los riesgos de tratar su insomnio con el anestésico propofol

Actualizado
  • 26/10/2011 00:25
Creado
  • 26/10/2011 00:25
Michael Jackson conocía los riesgos de tratar su insomnio con el anestésico propofol y sabía que tenía que ser controlado por un doctor,...

Michael Jackson conocía los riesgos de tratar su insomnio con el anestésico propofol y sabía que tenía que ser controlado por un doctor, dijo una enfermera el martes en el juicio al médico del cantante, Conrad Murray, por homicidio involuntario de la estrella.

Jackson murió el 25 de junio de 2009 por una "grave intoxicación" de propofol, un poderoso sedante que él usaba como somnífero y que le era administrado por Murray, quien afirma que intentaba curarle la adicción a ese anestesiante y reconoce habérselo inyectado esa mañana tras una larga noche de insomnio.

La enfermera Cherilyn Lee, experta en medicina alternativa y quien trataba a Jackson en 2009 con remedios naturales, dijo el martes en la Corte Superior de Los Ángeles que el "rey del pop" le pidió que le consiguiera propofol, dado que era lo único que le hacía efecto.

El 19 de abril, dos meses antes de su muerte, Jackson dijo a la enfermera "que tenía problemas para dormir y que la única medicina que lo hacía dormir era el Diprivan", afirmó Lee, refiriéndose al nombre comercial del propofol.

"No sé si (Jackson) había recibido en el pasado" este medicamento, pero parecía familiarizado con él, agregó.

La enfermera dijo que telefoneó entonces a un médico para informarse sobre el fármaco, que ella no conocía, y luego le explicó a Jackson que su uso restringirse a hospitales y que era muy peligroso administrarlo a domicilio.

"Respondió que los doctores le habían explicado que era seguro y que no había problema. 'Sólo tengo que ser controlado', dijo. Le dije que ningún doctor se lo iba a administrar en su casa", contó Lee.

"Jackson me dijo que conoció el propofol varios años antes, cuando se sometió a varias intervenciones quirúrgicas. Me dijo: 'Me desperté y ni sabía que había dormido tanto tiempo. Era tan fácil... Quiero revivir esa experiencia'", afirmó Lee.

La enfermera, que se negó a darle el sedante, le informó al cantante sus efectos secundarios: "Uno de los síntomas era la pérdida de la memoria. Le pregunté: '¿Qué pasa si olvidas la letra de una canción en el escenario?'. Me dijo que nunca se olvidaría de las letras de sus canciones", contó.

La enfermera se sintió mareada durante su emotivo testimonio y la corte tuvo que suspender la sesión durante unos minutos para permitirle que dejara el estrado y se recompusiera.

Lee contó que ese 19 de abril Jackson se despertó luego de cuatro horas de sueño.

"Estaba enojado porque quería dormir más y decía que los remedios naturales no estaban funcionando", dijo la enfermera en la quinta semana del juicio, cuando comienzan a comparecer los testigos de la defensa.

En mayo, es decir unos días después, Murray, un cardiólogo de 58 años, se convirtió en el médico personal de la estrella.

Según sus declaraciones a la policía, lo trató con propofol vía intravenosa casi diariamente.

Los abogados de Murray quieren demostrar que Jackson era adicto al propofol y que se administró a sí mismo la sobredosis que lo mató; mientras la fiscalía afirma que el doctor actuó con negligencia al ceder a sus requerimientos, estimulado por un sueldo de 150.000 dólares mensuales.

En tanto, Randy Phillips, dueño de AEG Live, la firma promotora de los 50 conciertos que el "rey del pop" iba a dar en Londres a partir de julio de 2009, dijo que su firma nunca pensó anular el espectáculo, a pesar de las preocupaciones que le formulara Kenny Ortega, productor del concierto, con respecto al "compromiso y a la concentración" del cantante.

También afirmó que el cantante había aceptado elevar la cantidad de conciertos de 31 a 50 con dos condiciones.

La primera era que "hicieran venir el libro de los récords Guinness la noche del quincuagésimo show", ya que sería una hazaña "que nadie podría igualar".

La segunda era disponer, durante la serie de conciertos, "de una hacienda fuera de Londres, con arroyos y caballos, para el bienestar de sus hijos y para no pasar encerrado en una habitación de hotel".

Murray enfrenta cuatro años de prisión y la pérdida definitiva de su licencia profesional si es hallado culpable.

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