Justin Bieber, el ejemplo a no seguir

Actualizado
  • 28/08/2014 02:00
Creado
  • 28/08/2014 02:00
Un experto lo analiza e indica a los padres que la conducta del artista traza una ruta de lo que no deben hacer

Justin Bieber ha sido acusado desde robar un celular hasta de tirarle huevos a su vecino. Otro rumor que corre a toda voz es que el cantante canadiense frecuenta a prostitutas mientras está de gira. Por lo menos eso es lo que han dicho algunas sexoservidoras de varios países a los medios de comunicación, incluyendo una panameña, que supuestamente estuvo con el ídolo juvenil en un prostíbulo de la localidad.

Pero esta conducta poco ejemplar parece no importarle a los millones de adolescentes que lo siguen con fanatismo (casi que) irracional. Solo basta recordar el concierto de la estrella en estas tierras canaleras. Un día antes se veían chicas pernoctando en los sitios que recorrería Justin. Mas no solo fue eso. Meses antes, cuando se anunció que se abrían las ventas para la velada con el popular jovencito, decenas de chicas amanecieron en los sitios de distribución de los tickets , como garantía de que tendrían su pase al evento.

La ‘biebermanía’ y los cuestionados comportamientos del canadiense han sido motivo de estudio para Michael Ungar, doctor en terapia familiar y científico del Resilience Research Center at Dalhousie University. Es que el criticado personaje es un modelo para sus seguidores, positivo o negativo, pero lo es. He ahí la preocupación del estudioso por lo que proyecta el cantante al público.

Para este especialista la crianza recibida por el artista es un buen ejemplo de lo que los padres no deben hacer con sus hijos.

Ungar culpa a la sobreprotección de todos los excesos de la vida del ídolo, de ahí que considera que si el resto de los progenitores se fijan en el estilo de vida que tuvo y tiene el cantante, sabrán exactamente lo que deben evitar.

Al analizar el prototipo de vida del artista, el experto razona que ‘si la fama y la riqueza hacen la felicidad, Justin Bieber sería quizás la persona más feliz del mundo’. Al tiempo que dilucida que ‘esa felicidad parece un choque de trenes en cámara lenta, que cada día tiene un episodio desastroso’.

Ungar hace una comparación con otras estrellas que también viven de la fama y que, muchas de ellas, aprovechan ese estatus para dedicarse a la filantropía y buscan la forma de contribuir. Estos, que incluso pueden parecer aburridos e infelices, sí se acercan más a lo que conocemos como felicidad; y sobre todo ‘la gente no se ríe de ellos, los celebra’.

El especialista es enfático al indicar que ‘cuando los padres quieren complacer a sus hijos en todos sus requerimientos, se corre el riesgo de estar formando pequeños emperadores y narcisistas, mientras que lo que realmente debemos hacer es contribuir a un desarrollo psicológico sano’. En esto coincide con la psicóloga panameña Roxana Palacios, quien razona que —en algunos casos— al darle a los chicos todo lo que piden y hasta lo que no piden, los progenitores pueden buscar satisfacer algo que ellos mismo no lograron o quizás desean paliar ese sentimiento de culpa por la falta de tiempo.

Palacios sentencia que la vía no es colmar cada capricho. En su experiencia con el trato con niños y jóvenes ha podido observar que estos lo que demandan y necesitan es amor, cariño e incluso piden límites (disciplina).

Es cierto que los niños comunes, esos que van a un colegio cualquiera de la ciudad de Panamá o de cualquier ciudad del mundo, no cuentan con millones de fans delirando por ellos; mas eso no los hace exentos de la petulancia, aclara el científico. Los hijos que se crían dentro del seno de una familia como cualquier otra también poseen talentos que deben ser reconocidos a la vez que se les enseña que todos somos seres imperfectos y que él o ella, convive a diario con otras personas similares, llenos de virtudes y defectos.

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