La cosecha de los Barría

Actualizado
  • 03/09/2010 02:00
Creado
  • 03/09/2010 02:00
LOS SANTOS. El día que ‘Luigi’ Barría sembró un plantón de guayacán en el patio trasero de su casa no tenía idea de los frutos que cosec...

LOS SANTOS. El día que ‘Luigi’ Barría sembró un plantón de guayacán en el patio trasero de su casa no tenía idea de los frutos que cosecharía.

Luigi vive en Santa Ana de Los Santos, un pueblo al que algunos llaman ‘La Tembladera’. Allí viven su papá, su mamá y dos hermanas, Nitzia (16) y Jenifer (11). Él tiene 13 años.

LA SEMILLA

En La Tembladera hace mucho calor y hasta hace poco se registraban ligeros temblores con suma frecuencia.

A finales del año pasado, Luigi apareció en la casa con un plantón de guayacán que le habían regalado en la escuela. La planta venía del huerto escolar del Primer Ciclo de Atalaya, donde los cultivan y distribuyen en centros educativos de otras provincias con la idea de esparcir el entusiasmo por sembrar árboles.

En eso Luigi resultó ser buena tierra. Se fue a su casa y sembró el plantón en el patio trasero, justo donde extendían una lona para bañarse. En ese entonces eso era parte cotidiana de sus vidas.

Al tiempo, Luigi conoció al promotor ambiental Jorge Matsufuji, que impulsa y asesora al huerto escolar de Atalaya. Se hicieron amigos y esa amistad germinó paralelamente al árbol junto al baño de su casa. Pero Matsufuji también encontró en Luigi un seguidor de su apostolado y le enseñó a recoger semillas. En abril de 2010 (cinco meses después del día en que sembró el guayacán en su casa), ya tenían cientos de pequeños plantones para cuidar y cultivar.

EL CONTAGIO

Así empezó la historia. Luigi contagió a toda su familia de la fiebre de sembrar y cultivar, sobre todo a su hermana menor, Jenifer, que estudia en la Escuela Primaria de Santa Ana (La Tembladera).

El fenómeno de Luigi se repitió en su hermanita, al punto que ella se convirtió en el principal motor del proyecto del huerto escolar de su escuela.

Pero el virus se apoderó de la familia entera. La casa de los Barría empezó a transformarse, los plantones empezaron a ocupar más espacio, primero en el patio trasero y luego al frente de la vivienda. La afición por la siembra crecía a la perfección.

LA COSECHA

Han pasado ocho meses desde que los Barría decidieron ver la siembra de árboles de manera distinta.

Los frutos son diversos y están por toda la casa. Ahora son famosos en Santa Ana, un letrero a orillas del camino indica cuál es su casa. Ellos venden plantones, esa actividad genera nuevos ingresos para la familia, que antes dependía únicamente del trabajo de Alex.

En la escuela de Jenifer ahora hay un vivero que construyeron con la ayuda del Club Hi-Lux de Chitré.

Además, edificaron un baño cerrado con piso de concreto en la casa de Luigi. Ya él, sus dos hermanas, su papá y su mamá, ven en concreto los frutos de su nueva vida... disfrutan su cosecha...

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