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- 02/09/2015 02:00
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Bajo efecto del calentamiento, los glaciares costeros de la isla noruega de Spitzberg, en el Ártico, aceleran su desplazamiento natural hacia los fiordos (estrecha entrada de mar ), como ocurre con el de Kronebreen, que avanza varios metros cada día.
Este verano boreal, la bahía de Ny-Ålesund está sembrada de bloques de hielo que flotan tras desprenderse del frente azul del glaciar bañado por las aguas del Ártico. Alrededor se ven montañas peladas, tundra y otros glaciares. ‘Los glaciares costeros dan nacimiento a los icebergs, produciendo una transferencia de hielo de la tierra hacia los fiordos', explica a la AFP Heidi Sevestre, doctora en glaciología de la Universidad Svalbard de Longyearbyen, puerto de entrada de Spitzberg.
Bajo el efecto del calentamiento, extremadamente marcado en el Ártico y especialmente en Spitzberg, la progresión de los glaciares se acelera y ‘pierden cada vez más hielo cada año, asegura la experta. El Kronebreen, uno de los glaciares que vigila en el marco de un proyecto de investigación colectivo (Crios), no escapa a la regla. Este ‘monstruo' (30 km de largo, 3 a 400 metros de espesor y 4 km de ancho) avanza ‘hasta 5 metros por día en verano', explica Heidi Sevestre. ‘Es uno de los más rápidos del archipiélago de Svalbard'. En Ny-Ålesund, un pueblo minero ahora reconvertido en estación de investigación científica, la temperatura del aire oscila entre 5 y 10°C. En esta época, los glaciares se derriten y el agua se infiltra, lo cual provoca el fenómeno de aceleración al lubrificar el deslizamiento del hielo sobre la roca.