Smithsonian revela que los mayas intercambiaron perros vivos para ceremonia

Actualizado
  • 20/03/2018 16:52
Creado
  • 20/03/2018 16:52
La científica Ashley Sharpe descubrió que el comercio y manejo de animales inició en el Período Preclásico hace unos 2,500 años

La científica Ashley Sharpe, arqueóloga del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá y sus colegas combinaron pistas del análisis de isótopos de carbono, nitrógeno, oxígeno y estroncio logrando descubrir que los mayas criaron y vendieron perros y otros animales, probablemente para uso ceremonial.

Los resultados de la investigación fueron publicados en los Proceedings of the National Academy of Sciences el 19 de marzo.

De acuerdo con la científica, en Asia, África y Europa, la gestión de animales fue de la mano con el desarrollo de las ciudades, pero en el continente americano las personas pudieron haber criado animales para propósitos ceremoniales.

Sharpe descubrió que el comercio y manejo de animales inició en el período preclásico hace unos 2,500 años y se intensificó durante el período clásico, haciendo que las ceremonias organizadas que incluían sacrificio de animales, humanos y la crianza de animales para la alimentación, desempeñaran papeles importantes en el desarrollo de la civilización Maya.

Sharpe y sus colegas analizaron los isótopos en restos de animales de Ceibal, Guatemala, un sitio maya con una de las historias más largas de ocupación continua, y uno de los primeros sitios ceremoniales. La mayoría de los huesos y dientes que muestrearon pertenecían al período preclásico medio maya (700-350 a. C.).

Todos los perros, dos pavos del norte, meleagris gallopavo, la especie de pavo que finalmente fue domesticada, y uno de los dos felinos grandes probablemente comían maíz u otros animales que se alimentaban de maíz, como un pecarí (cerdo salvaje).

Debido a que las personas en la región a menudo mataban animales que entraban en jardines y áreas de cultivos, es posible que los pecaríes y los pavos también hayan comido plantas de cultivo, pero es probable que los pavos se hayan manejado para el final del período clásico, indica el estudio.

Los huesos de ciervos mostraban marcas de sacrificio, pero fueron cazados en el bosque, no domesticados, de acuerdo con el análisis isotópico de los huesos que también tenían isótopos de carbono más bajos.

Un felino grande y uno más pequeño, probablemente un margay, Leopardus wiedii, tenían isótopos de carbono más bajos, lo que indica que comían animales que se alimentaban de plantas silvestres.

También se encontró que 44 de los 46 animales tenían proporciones de isótopos de estroncio que coincidían con Ceibal y la región de las tierras bajas del sur circundante. Sin embargo, para sorpresa de Sharpe, los huesos de la mandíbula de dos perros excavados en pozos profundos en el corazón del antiguo complejo ceremonial tenían proporciones de isótopos de estroncio que se asemejaban a las regiones más secas y montañosas cercanas a la actual ciudad de Guatemala.

"Esta es la primera evidencia de las Américas de perros moviéndose por la región", comentó Sharpe. "Alrededor de 1000 a. C. hay evidencia de que los perros fueron trasladados a las islas en el Caribe, pero los restos de Ceibal están fechados de alrededor del 400 a. C.".

Parte de la mandíbula y los dientes de un felino grande se encontraron junto con uno de los perros en el mismo depósito.

"Lo interesante es que este gran gato era local, pero posiblemente no salvaje", comentó Sharpe. "Basado en su esmalte dental, había estado comiendo una dieta similar a la de los perros desde que era muy joven. Tal vez fue capturado y criado en cautiverio, o vivía cerca de las aldeas y comía animales que se alimentaban de maíz. Todavía tenemos que estudiar el ADN para saber si era un jaguar o un puma".

Sharpe espera comprender más sobre el contexto de estos hallazgos. "Los resultados en esta publicación se basan en las excavaciones que hicimos en el 2012. Mis colegas en el Proyecto Arqueológico Ceibal-Petexbatun publicarán análisis adicionales, y estoy ansiosa por descubrir si todos los restos humanos en el sitio son de la región."

"Es interesante considerar si los humanos pudieron haber tenido un mayor impacto en la gestión y manipulación de especies animales en la antigua Mesoamérica de lo que se creía", comentó Sharpe. "Estudios como este están empezando a mostrar que los animales desempeñaron un papel clave en ceremonias y demostraciones de poder, que tal vez impulsaron la cría de animales y el comercio".

Este estudio fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencia de los EE. UU., la Sociedad de Investigación Científica Sigma Xi, el Programa de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida Tinker Grant, el Premio Charles Fairbanks del Departamento de Antropología de la Universidad de Florida y la Fundación Alphawood.

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