Economía circular, nada se pierde, todo se aprovecha

Actualizado
  • 02/09/2022 10:16
Creado
  • 02/09/2022 10:16
Panamá está dando pasos hacia la economía circular, en la búsqueda de un país más verde, en el que los desechos se puedan aprovechar para cambiar la vida de las personas, ofrecer plazas de empleo y cuidar el planeta
Envases y envoltorios de plástico, aluminio, papel y otros materiales se reprocesan para darles una segunda vida.

Limpiar o lavar los envases plásticos, las latas de aluminio o el Tetra Pack; separar los residuos en casa, llevarlos y depositarlos en lugares adecuados para ser reciclados; evitar duchas largas; no utilizar electricidad innecesaria; comprar productos de higiene libres de crueldad animal; utilizar una copa menstrual... Sí, dar el paso representa un esfuerzo, también amerita educarse y ser constante; porque claro, es más fácil tirar todos los desechos en un solo lugar y que lleguen a un vertedero.

Sin embargo, la voluntad por hacer un aporte al ambiente, llevando a cabo pequeñas acciones, se retribuye al caminar por una playa limpia, al respirar aire puro, al tener agua potable, al ver las plantas crecer... así el planeta lo agradece.

Camila Aybar lo entendió; cuando tenía 20 años de edad, decidió convertirse en activista y ambientalista; se dio cuenta de que quiere vivir en un mundo donde exista la justicia social y riquezas distribuidas equitativamente. Ese mundo que ella anhela para todos no será posible si no se habla de sostenibilidad. “Empecé a ver todo desde arriba y en un plano más amplio, entendí que tenía que ir cambiando mi mentalidad”, dijo en una entrevista con La Estrella de Panamá.

Han pasado 5 años desde que Aybar tomó la decisión, dio los primeros pasos haciendo voluntariado, “esto me amplió la mirada, fui aprendiendo, me di cuenta de un montón de realidades y conecté con problemáticas que me interesaron”. Durante este tiempo ha logrado un movimiento que promueve el cuidado del ambiente por medio de acciones nobles, como el reciclaje y otras.

La economía circular permite aprovechar todos los desechos, orgánicos o no, ayuda a proteger el planeta y brinda oportunidades a las comunidades

El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), en un artículo publicado en mayo de 2021 en su página oficial, reseñó que cada panameño genera alrededor de 1,2 kg de basura al día. Un estimado de 4.400 toneladas diarias se producen en todo el país y llegan directo a rellenos sanitarios donde demoran cientos de años en degradarse naturalmente. El 95% de los residuos en Panamá no se recupera, según la entidad solo el 5% se recicla.

No obstante, el país forma parte de la lista de los tres países con carbono negativo, por lo que diversas empresas se han comprometido en utilizar energía proveniente de fuentes renovables. Otras, como Arboreal Vivero Panamá, busca crear una infraestructura natural permanente al reforestar bosques con plantas nativas, trabajando en conjunto con las comunidades indígenas.

Aunque falta mucho por hacer, en los últimos años las empresas privadas, emprendimientos sociales, fundaciones, el Gobierno Nacional y la sociedad civil han establecido alianzas para reducir el impacto ambiental en el país.

Aybar, por su parte, desde su cuenta de Instagram –donde tiene más de 58 mil seguidores– educa a las personas y ha motivado a muchos a hacer cambios en su hogar y como consumidores. La información que comparte en su red es tan digerible que hace ver el tema del reciclaje como algo que debe ser parte del día a día de cada ser humano.

Dominique Vertus, especialista de Safety, Health and Enviroment de Nestlé Panamá
Alianzas, la clave de una economía circular efectiva

Recicladoras como VAS Green Logistic trabajan con diversas industrias para revalorizar los materiales y darles un uso responsable a los alimentos que dejan de ser aptos para el consumo humano. Para que no se pierda nada, que nada llegue al vertedero, o peor aún, a ríos o mares.

Por ejemplo, separan las latas de las etiquetas y del producto que contenga, cada elemento se procesa para ser revalorizado. Todo se aprovecha, el aluminio, el papel y el producto –bien sea chocolate, lácteo o alguna salsa– se reprocesan y se convierten en alimento para animales. Envases y envoltorios se convierten en madera plástica, que luego se utiliza para armar mobiliario, parques y hasta casas.

Para los residuos orgánicos descompuestos usan un biodigestor que funciona como “un estómago”; la máquina lo digiere y expulsa un líquido inofensivo que va a la planta de tratamiento de Parque Sur, lo que contribuye a que ningún residuo llegue a los vertederos.

El gerente general de Nestlé Panamá, Alejandro Pereira, durante la inauguración de la planta de Botellas de Amor

Dominique Vertus, especialista de Safety, Health and Enviroment de Nestlé Panamá, relató a este diario que la compañía tiene “una estrategia y compromiso medioambiental, iniciando con la meta de cero residuos al vertedero, es decir, que todos los desechos se revalorizan para reutilizar, reciclaje, consumo animal o como insumo para procesos térmicos de otras industrias, logrando reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, buscando lograr cero emisiones netas para el año 2050”.

Con el propósito de reducir su huella de carbono, la empresa abastece su fábrica y centro de distribución con energía de fuentes 100% renovables. Además, todos los montacargas que usan son eléctricos.

Los colaboradores no tienen cestos de basura disponibles en cada puesto de trabajo, porque hay puntos de separación de materiales en lugares específicos; estos tienen dos objetivos: primero, motivar al trabajador a desechar de manera responsable, y segundo, impulsarlo a que haga una pausa activa, es decir, que se levante del puesto y camine un poco hacia las estaciones de reciclaje.

La compañía también forma parte de la alianza 'Recicla por tu futuro' junto con MiAmbiente, la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), Cervecería Nacional, Sistema Coca Cola, Autoridad de Aseo (AAUD) y el Municipio de Panamá. Esta iniciativa implementa sistemas de gestión de materiales, educa y sensibiliza, promueve cambios y sistemas sostenibles para darle circularidad y una segunda vida a los residuos.

Hacen campañas para educar a los consumidores sobre los envases y envoltorios que pueden ser reciclados y a dónde llevarlos, “la botella de Maggi es 100% reciclable (...) hicimos una campaña para educar a las personas, motivarlas a llevarlas a un punto de acopio para que el ciclo sea realmente efectivo y estas logren ser incorporadas en la cadena de valor”, expresó Vertus. Los puntos de recolección se pueden ver en la página web www.nestle-centroamerica.com.

Una segunda vida al plástico

En octubre de 2020 lograron ampliar la fábrica ubicada en la provincia de Coclé, utilizando bloques de cemento que contienen un porcentaje importante de residuos plásticos. En ese mismo año pactaron una alianza con la Fundación Botellas de Amor, que incluyó la donación de la maquinaria principal de la primera planta de reciclaje de plástico para dotar de mobiliario y viviendas a comunidades en riesgo social.

“Es importante destacar que este convenio con Botellas de Amor va en línea con nuestra estrategia de sostenibilidad ambiental, específicamente en uno de nuestros pilares, que es impulsar el desarrollo e incremento de infraestructura para la clasificación, la recolección y el reciclaje, fomentando políticas con enfoque circular e incentivando nuevos comportamientos a través de las alianzas”, explicó la especialista de Asuntos Corporativos y Públicos de Nestlé Panamá, Yarissa Montenegro.

“Con esta donación se trabaja para mejorar la calidad de vida de los individuos y familias, apoyar a las comunidades y aportar en el cuidado del medio ambiente. Esto contribuye a que los materiales que se vuelcan en un vertedero, puedan ser devueltos al mercado y a las comunidades como algo productivo”, expresó el gerente general de Nestlé Panamá, Alejandro Pereira, durante la inauguración de la planta de Botellas de Amor.

Maryorie Joudry, presidenta de la fundación, por su parte, resaltó que con la puesta en marcha de la planta, se está impulsando la economía circular que a su vez genera una cadena de vida y soluciones amigables con el medio ambiente. Ofrece, además, respuestas a comunidades vulnerables al donar casas, parques, mobiliario y más, construidos con madera plástica.

Jóvenes buscan hacer de Panamá un país más verde

Un grupo de jóvenes fundó el emprendimiento de carácter social Leafsinc. Estos se encargan de promover una campaña de 360 grados, que va desde educar a las comunidades, hasta ofrecer soluciones residenciales y empresariales que reduzcan el impacto al medio ambiente.

Los jóvenes se han aliado con empresas y fundaciones para inaugurar el primer ecospot del país, “notamos que en Panamá se necesitan más centros de recolección de materiales, por lo que instalaremos un centro innovador, diferente... será una sorpresa, pero puedo adelantar que se harán actividades atractivas”, reveló Fernando Brito, fundador y director de Leafsinc.

Camila Aybar, con su emprendimiento CreaLab, estará desarrollando los eventos sostenibles de Nestlé y Coca Cola, enfocados en entretener y educar a las personas que asistan al ecospot.

“Me encanta porque no solamente es un punto de acopio, realmente será un punto de encuentro, y la idea es que las marcas puedan humanizar su responsabilidad social, gestionando proyectos o programas presenciales con su público”, dijo Aybar sobre el centro que será instalado en Multiplaza, en los próximos meses.

De esta manera, lavar, separar y llevar materiales a los lugares donde podrán tener una nueva vida, que aporte al ambiente y a la economía circular, se vuelve parte del día a día de cada ciudadano, de cara hacia el futuro y la conservación de los recursos. "Si conservo el planeta hoy, mañana tengo un alimento seguro en mi mesa, en mi casa, en mi fogón; tengo agua saludable para la vida”, reflexiona Aulina Ismare Opua, cacica nacional del pueblo Wounaan.

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