¿Por qué el abastecimiento de agua es un desafío para las ciudades?

Actualizado
  • 09/09/2022 00:00
Creado
  • 09/09/2022 00:00
Uno de los puntos cruciales es el reconocimiento de la importancia de los nexos entre el agua y las ciudades
Es importante establecer prioridades para que el ambiente que circunscribe las fuentes hídricas para el abastecimiento de las ciudades sea sostenible

El grupo de editores de la publicación 'Agua y ciudades en América Latina: retos para el desarrollo sostenible', Ismael Aguilar Barajas, Jürgen Mahlknecht, Jonathan Kaledin y Marianne Kjellén plantean las conexiones entre la parte conceptual y operacional del agua, la urbanización y el desarrollo sostenible en el contexto latinoamericano, planteamiento con el que logran respuestas a la pregunta: ¿por qué es un desafío el abastecimiento de agua apta para consumo humano en las ciudades?

Uno de los puntos cruciales en este enfoque es el reconocimiento de la importancia de los nexos entre el agua y las ciudades; es un nexo similar entre el agua, la energía y el alimento, dado que dependen uno de otro.

En el caso particular del agua y las ciudades, el documento hace mención al hecho de que en el año 2011 la población mundial se contabilizó en 7.000 millones de personas, hecho que alertó al mundo por los desafíos económicos y ambientales que esto traería para lograr la sostenibilidad de los recursos que esta población requeriría a 2050.

De allí la necesidad de establecer prioridades para que el ambiente que circunscribe las fuentes hídricas para el abastecimiento de las ciudades sea sostenible, y las poblaciones a 2050 reciban la cantidad y calidad de agua que requieren para sobrevivir.

Las ciudades y megaciudades requieren el agua para abastecer las necesidades industriales, comerciales y domésticas de quienes residen en ellas.

El Banco Mundial (BM), principal entidad multilateral de financiamiento para proyectos relacionados con el agua en los países en desarrollo, tiene claro que para abastecer las ciudades y sus grandes poblaciones, se requiere que la visión de “un mundo con seguridad hídrica para todos” sea aceptada e implementada por los gobiernos a nivel global.

Con esta visión, como lo señala en su blog el BM, se lograría optimizar el uso del recurso a través de mejoras en materia de planificación e incentivos, además de lograr que las economías se blinden y logren ser a prueba de impactos por fenómenos meteorológicos extremos.

No obstante, para alcanzar este grado de planificación, el BM acota que es necesario llegar a la comprensión profunda sobre qué es el agua, cuál es su valor y cómo se gestiona de forma inteligente como fuente de abastecimiento para las ciudades.

Comprender el agua significa tomar decisiones basadas en datos científicos que generen información con datos hídricos consolidados; valorar el agua significa reconocer los valores que la sociedad le asigna al agua y a sus usos, considerándolos dentro de las decisiones políticas y comerciales, incluidas aquellas sobre la fijación de precios adecuados del agua y de los servicios de saneamiento; y gestionar el agua de forma inteligente significa adoptar enfoques integrados para la gestión de los recursos hídricos a nivel local, nacional y regional.

Hay varias diferencias entre los sistemas de abastecimiento de las ciudades y megaciudades.
¿Y qué es una ciudad?

Para comprender, valorar y gestionar el agua es necesario definir qué es una ciudad. La Real Academia de la Lengua Española define ciudad, como “el conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas”, es decir, es una estructura funcional con una densidad de población establecida por la cantidad de personas que viven en un área dada.

Esta definición requiere entender qué rol juega la “densificación de las ciudades”, lo que según la plataforma digital de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un.org, explica como una variable que depende de cómo se agrupan las poblaciones en las ciudades, si estas se agrupan en más de 20 millones de habitantes, se consideran megaciudades, y si son menores a 20 millones de habitantes, son ciudades. Las ciudades de Panamá y Santiago de Chile son “ciudades”; la ciudad de México y la ciudad de Tokio son “megaciudades”.

¿Qué diferencias hay entre el sistema de abastecimiento de agua apta para consumo humano de las ciudades y las megaciudades?

Existen varias diferencias entre los sistemas de abastecimiento de las ciudades y megaciudades. Una de las más marcadas es la densidad de la población a la que deben abastecer y el tipo de consumo de los usuarios a los que abastece.

Aunque las ciudades y megaciudades requieren el agua para abastecer las necesidades industriales, comerciales y domésticas de quienes residen en ellas, la densidad de habitantes por kilómetro cuadrado de cada una es diferente. En el caso de Tokio, la cifra es de 6.316 hab/km2, y en el caso de Panamá, la densidad por kilómetro cuadrado es de 116,2 hab/km2. Es decir, la megaciudad de Tokio requiere 55 veces el agua que abastece a la ciudad de Panamá. Una extrapolación sería indicar que requiere 55 lagos Alajuela para abastecer esta megaciudad.

Además de las diferencias de la cantidad de agua para el abastecimiento de las poblaciones, hay diferencias entre las áreas urbanas de las ciudades, en su gran mayoría, en las megaciudades, el área urbana carece de cobertura boscosa o vegetación circundante a los ríos urbanos, lo que aumenta el consumo energético para calentar los ambientes en invierno o para enfriarlos en la estación seca.

En cuanto a la sostenibilidad del ambiente, las diferencias también se dan en la gestión de los recursos naturales, dado que, si la energía proviene de las fuentes hídricas, el consumo del agua debe mantener un fino equilibrio entre el uso para energía y el uso para el abastecimiento. Este último incluye el abastecimiento para las industrias, comercios y usos recreativos que tengan las ciudades.

Una última diferencia que se puede mencionar es la movilidad urbana, que, dependiendo de las fuentes, puede depender de igual manera del abastecimiento del agua.

¿Y cómo se enfrenta el desafío del abastecimiento?

La Autoridad del Espacio Público de la ciudad de México, en el documento titulado 'Megaciudades', aborda el desafío planteando tres acciones: ver el nuevo urbanismo y sugerencias de cómo manejar las megaciudades desde la perspectiva de la planificación estratégica urbana; abordarlo desde la gestión urbana en las megaciudades; y establecer la concepción de las megaciudades desde el punto de vista de la periferia.

Este mismo abordaje puede ser utilizado por las ciudades que están en constante crecimiento y que cuentan con la visión de planificar antes de actuar, tal como lo plantea en su artículo sobre las megaciudades y la transición urbana, la autora Heriberta Castaños-Lomnitz, quien indica que el análisis tanto de los factores favorables como adversos que intervienen en los procesos de urbanización y en los problemas de sustentabilidad de la población mundial en general, es clave para lograr ciudades inteligentemente sostenibles.

Al tomar en cuenta la visión de diseñar ciudades y sus infraestructuras desde un nuevo urbanismo sostenible, con gestión urbana que incluya a la periferia, se puede integrar el concepto del BM de crear un mundo con seguridad hídrica para todos, lo que apoyará una mejor planificación urbana, con ampliación de programas seguros para el abastecimiento de cosechas e industrias y comercios, que tomando en cuenta la participación ciudadana contribuyan a entender las necesidades de crecimiento de sus usuarios y garanticen el abastecimiento de agua apta para consumo humano.

Este sería el punto de partida para que se genere la capacidad de adaptación y reducción de los impactos económicos de acontecimientos adversos, convirtiendo los desafíos del abastecimiento de agua en las ciudades, en oportunidades de desarrollo.

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