Comunicación del riesgo, la clave para salvaguardar vidas ante una emergencia

Actualizado
  • 31/03/2023 00:00
Creado
  • 31/03/2023 00:00
Es fundamental dejar de ver los desastres como eventos naturales sobre los que no existe control alguno y empezar a verlos como una construcción social. De esta manera se incentiva y promueve el enfoque de prevención
Se registraron 1.786 eventos de desastres en la región, la gran mayoría de los cuales (93%) fue de origen climático y el porcentaje restante de origen geológico.

En la publicación 'Hacia la igualdad de género y el liderazgo de las mujeres para la resiliencia ante el riesgo de desastres en América Latina y el Caribe', de la serie de publicaciones de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Undrr, por sus siglas en inglés), se indica que en el periodo comprendido entre los años 1998 y 2017 se registraron 1.786 eventos de desastres en la región, la gran mayoría de los cuales (93%) fue de origen climático y el porcentaje restante de origen geológico.

Indica la Undrr que más de 277 millones de personas fueron afectadas directa o indirectamente en la región, principalmente por eventos climáticos, y se registraron 312.000 muertes, de las cuales cerca del 30% fueron causadas por sismos, es decir, provienen de eventos de origen geológico.

Ante este escenario, la Undrr plantea que “los desastres no son naturales, sino que son eventos que se derivan de las malas prácticas del desarrollo”. Así pues, la severidad de sus impactos radica en factores sociales como procesos inadecuados de urbanización, falta de planeación, condiciones inseguras, insalubridad, desigualdades sociales y pobreza.

Basados en este concepto se explica en el documento que si bien algunas amenazas como sismos, tsunamis y erupciones volcánicas tienen un origen natural, se convierten en desastres porque se encuentran con personas y comunidades en situación de vulnerabilidad expuestas a ellos.

La comunicación del riesgo requiere del uso de técnicas variadas de información.

Además, en el caso de otro tipo de desastres como inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra, la Undrr señala que tienen un origen climático que se ha acentuado por las actividades humanas.

Por ello, según lo indicado en la publicación, es fundamental dejar de ver los desastres como eventos naturales sobre los que no existe control alguno y empezar a verlos como una construcción social. De esta manera se incentiva y promueve el enfoque de prevención que está en el centro de todas las gestiones de reducción del riesgo de desastres y se prepara a la población para tomar acciones ante una emergencia.

Comunicación del riesgo

Para lograr este enfoque es necesario generar una estrategia de comunicación del riesgo que tienen las áreas o sectores vulnerables y expuestos a estas amenazas, y para ello es imprescindible comunicarlo.

Partiendo de la posibilidad que enfrenta la población en América Latina a tener que reaccionar ante una emergencia o catástrofe, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) considera que la información adecuada es el bien más valioso, porque de ella depende la toma rápida y eficaz de decisiones para salvaguardar la vida de los afectados.

Precisamente porque la información surge del proceso de evaluación de daños y necesidades durante la emergencia, de ella depende la coordinación y toma de decisiones que permiten que los recursos nacionales e internacionales sean movilizados para atender la emergencia.

La OPS indica que “la comunicación de riesgo se refiere al intercambio, en tiempo real, de información, recomendaciones y opiniones entre expertos y/o funcionarios y personas que se enfrentan a una amenaza (riesgo) para su sobrevivencia, su salud o su bienestar económico o social, siendo el objetivo final de la comunicación de riesgos que toda persona expuesta a un riesgo sea capaz de tomar decisiones informadas para mitigar los efectos de la amenaza (riesgo), como el brote de una enfermedad, y tomar las medidas y acciones de protección y prevención”.

La comunicación del riesgo requiere del uso de técnicas variadas de comunicación que van desde los medios de comunicación social a medios de comunicación masiva, redes sociales oficiales de las entidades e instituciones involucradas, grupos de interés y motivación comunitaria.

No obstante, la OPS señala que para comunicar es imprescindible la comprensión de las percepciones de las partes interesadas, de las preocupaciones y creencias, así como de sus conocimientos y prácticas, porque la comunicación de riesgos efectiva debe ser capaz de identificar y poder manejar desde un inicio los rumores, así como la desinformación y otros desafíos de la comunicación.

Es decir, la comunicación de riesgo funciona solamente cuando existe una comunicación basada en la confianza entre los que saben (expertos), los responsables (autoridades) y los afectados; ¿por qué? Porque al escuchar y comprender las creencias, preocupaciones y percepciones de la gente, es posible brindarles la orientación de forma honesta, admitiendo lo que se conoce sobre la naturaleza del riesgo y lo que no.

¿Qué comunicar ante una emergencia?

La OPS señala que para comunicar es necesario contar con un informe de situación que suelen elaborarse diariamente y describen el estado de la emergencia, su impacto, las necesidades de la población y las medidas adoptadas para ayudarla. Preguntas básicas como, ¿cuál es el estado de la zona afectada por la catástrofe?, ¿cuál o cuáles son las poblaciones afectadas? ¿Cuáles son los sectores, grupos o comunidades vulnerables? ¿Cómo ha afectado la catástrofe a la salud de la población? ¿Cómo ha afectado la catástrofe las condiciones y los servicios sanitarios? ¿Cuáles son las principales necesidades? ¿Qué necesidades se han cubierto? ¿Qué no se necesita? ¿Qué ha hecho el sector sanitario? ¿Qué medidas inmediatas está tomando el sector sanitario? ¿Qué ha hecho la OPS/OMS y cuál es su plan de acción inmediato? ¿Hasta qué punto es capaz el gobierno de responder a la catástrofe o emergencia? ¿Ha solicitado el gobierno asistencia externa? Son necesarias para tomar la decisión de lo que se debe comunicar.

Una vez se cuente con la respuestas a estas preguntas se deben cambiar textos técnicos y complicados en texto sencillo, utilizar un lenguaje directo y claro para comunicar el estado de la emergencia y lo que se debe realizar, aportar fuentes de información, incluir mapas y fotografías, explicar las tablas y figuras, incluir el nombre de los autores del informe para generar credibilidad, incluir fecha y hora de publicación para que a quienes se comunique la información puedan contar con secuencias en el tiempo que les transmita certeza de que es la información más reciente, incluir el logotipo y el nombre completo de las organizaciones –como la OPS– y explicar cualquier acrónimo o abreviatura que se piense comunicar.

Esta información debe ser transmitida a los medios de comunicación de manera oficial y publicada en un sitio web, que contenga además información de apoyo como tablas con datos socioeconómicos, publicaciones y manuales técnicos sobre catástrofes, enlaces a medios de comunicación, enlaces a sitios web con información de vías terrestres, agua, saneamiento que sean importantes para gestionar la emergencia.

Medios de comunicación

En cuanto a la estrategia de comunicación con los medios es importante darles acceso a información precisa, oportuna, transparente y actualizada periódicamente, porque los medios de comunicación están interesados en conocer la posición oficial de los hechos, saber todo lo que se conoce sobre la emergencia, contar con mensajes coherentes, convincentes, claros y veraces.

De igual modo requieren de imágenes, cifras y declaraciones de los actores clave, y cualquier recurso con información veraz que les ayude a comprender mejor la emergencia, para aclarar los rumores, y publicar solo información basada en hechos y evidencias de la emergencia.

Al comunicar el riesgo a las poblaciones expuestas, la tensión política y social disminuye y se hace posible manejar la emergencia salvaguardando las vidas.

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