Las áreas marinas totalmente protegidas 'no' afectan la pesca y la seguridad alimentaria

  • 08/06/2023 00:00
Así se desprende de un estudio realizado en el Parque Nacional Revillagigedo con Inteligencia Artificial (IA), y publicado en Science Advances. Los hallazgos se dan a conocer justo cuando el mundo tiene la misión de proteger y conservar por lo menos el 30% de los océanos hacia el 2030
La investigación demostró que las áreas marinas protegidas de gran extensión pueden contribuir a un uso del océano 'más sostenible y equitativo', sin grandes repercusiones económicas en el sector pesquero.

Un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances demostró que las áreas marinas totalmente protegidas (MPA) de gran escala y en mar adentro protegen la biodiversidad sin afectar negativamente la pesca ni la seguridad alimentaria.

La investigación se realizó en el Parque Nacional Revillagigedo (Baja California sur) y analizó el comportamiento y la productividad del sector pesquero industrial mexicano antes y cinco años después de la implementación del área marina totalmente protegida más grande de Norteamérica.

Los resultados del estudio refutan el argumento del sector pesquero de que la protección total del parque causaría una pérdida del 20% en las capturas de atún y otras capturas pelágicas.

Al mismo tiempo demuestra que las áreas marinas protegidas de gran extensión pueden contribuir a un uso del océano “más sostenible y equitativo”, sin grandes repercusiones económicas en el sector pesquero.

“Las áreas marinas protegidas más grandes, que defienden ecosistemas completos y albergan a miles de especies de criaturas marinas, no afectan el puñado de especies de peces que el sector sale a buscar. Cuanto más grande sea el área marina protegida, más beneficios habrá”, aseveró  el explorador residente de National Geographic Society, fundador de Pristine Seas y coautor del estudio, Enric Sala.

El coautor y profesor de biología marina en el Instituto Scripps de Oceanografía, Octavio Aburto, por su parte, espera que los resultados puedan abrir el debate para trabajar mancomunadamente con el sector pesquero, proteger la biodiversidad y mejorar las poblaciones de peces. “Quedó demostrado que el impacto negativo en la pesca no existe. Cualquier argumento en contra fue una simple suposición. Los hallazgos de este estudio son compatibles con lo que los expertos registraron en otras áreas marinas protegidas del Pacífico”, apuntó Aburto.

El estudio lo llevó a cabo un equipo  de investigadores del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación de México, el instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, San Diego, el Programa Marino del Golfo de California del Instituto de las Américas y National Geographic Society.

Los hallazgos se dan a conocer en un momento en que los países debaten cómo implementar el objetivo global para proteger y conservar por lo menos el 30% de los océanos hacia 2030, plasmado en un acuerdo sin precedentes alcanzado en la Conferencia Mundial sobre la Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP15) en diciembre de 2022.

El mes pasado, los miembros de las Naciones Unidas acordaron un instrumento jurídico vinculante para proteger la biodiversidad en alta mar –las aguas internacionales más allá de las jurisdicciones nacionales–. Pero a nivel mundial el sector pesquero ha bloqueado el establecimiento de áreas marinas protegidas en las que urge revertir el agotamiento de la vida acuática global provocado por los seres humanos.

“El reloj no se detiene hasta 2030. Si el mundo está decidido a proteger el ámbito natural –nuestro sistema de soporte vital– debemos aumentar drásticamente la protección del océano. En este momento, menos del 8% del océano cuenta con cierta protección, y solo el 3% está protegido por completo de la pesca y otras actividades perjudiciales. Millones de especies, incluidos los seres humanos, que dependen del océano para el oxígeno, la alimentación, la mitigación del calentamiento global, la medicina, entre otros, cuentan con nosotros para que actuemos”, expresó Salas.

Declarado como Área Natural Protegida con carácter de Reserva de la Biosfera desde 1994, el archipiélago de Revillagigedo ingresó a la Lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el 15 de julio de 2017. El archipiélago de Revillagigedo fue descubierto por Hernando de Grijalva el 21 de diciembre de 1533, espacio en el que se han estudiado procesos geológicos, oceanográficos y ecológicos.

Para este estudio se utilizó  inteligencia artificial (IA) y seguimiento satelital a partir de los dispositivos GPS ordenados por el gobierno que se instalaron en unos 2.000 buques pesqueros. Este estudio fue financiado por Oceans 5 y Patrick J. McGovern Foundation.

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