Tena, el robot que salva personas

Actualizado
  • 26/03/2014 01:00
Creado
  • 26/03/2014 01:00
Dos jóvenes de 28 años han creado un robot que es a prueba de francotiradores para rescatar a los heridos en la guerra

Cansados de ver el sufrimiento de sus compatriotas, dos amigos sirios, Ahmad y Bilal, han concebido un robot para rescatar a los heridos en la guerra, a prueba de francotiradores. Tena es el nombre del prototipo que estos ingenieros exiliados, originarios de la ciudad siria de Alepo, han diseñado y que ahora busca financiación para poder ser completado. Ahmad al Haidar explica en una conversación con Efe desde Francia que quedó impactado en 2012, cuando impartía clases de informática en Alepo, por la muerte del hermano de uno de sus estudiantes, que falleció desangrado en la calle porque nadie se atrevía a atenderle por miedo a los francotiradores. ‘En el caso de Bilal, fue el fallecimiento de un primo suyo, que perdió la vida en circunstancias similares, lo que le animó a crear Tena’, recuerda Al Haidar, quien estudió ingeniería informática durante dos años en Catar y se especializó en Inteligencia Artificial. Esas dos muertes les hicieron reflexionar sobre la manera en que podían ayudar a los heridos en medio de un tiroteo y gestaron el proyecto Robotena (robotena.org).

Los dos amigos, que se conocen desde que tenían cinco años y siempre soñaron con crear inventos juntos, comenzaron la construcción del robot hace poco más de un año.

Aunque la idea surgió en el barrio de Al Sajur en Alepo, donde residían, Tena ha ido tomando cuerpo en Turquía, donde los dos viven exiliados actualmente, aunque Ahmad suele viajar a Francia para visitar a su esposa francesa.

El robot consiste en una especie de excavadora dotada de un ordenador y de brazos metálicos para poder sacar a los heridos en zonas donde hay presencia de francotiradores, sin riesgo para los equipos de rescate, ya que será operado por control remoto. La víctima u otra persona podrá contactar con el aparato, que contará con GPS, a través del móvil o por radio.

Ahmad y Bilal, ambos de 28 años, terminaron los brazos del prototipo hace un mes pero les falta una excavadora. ‘Hasta ahora nos hemos gastado 15 mil dólares, pero necesitamos 7 mil más. Nos hemos autofinanciado completamente, de hecho mi mujer vendió su coche por Tena’, destaca el ingeniero, que ahora se gana la vida como traductor para periodistas extranjeros en Turquía desde su marcha de Alepo en septiembre de 2012.

De momento, nadie se ha mostrado interesado en patrocinar este proyecto, aunque sus creadores se lo han planteado a diferentes ONG y a agencias de la ONU.

‘También se lo ofrecimos a los combatientes de la oposición, pero están más preocupados por conseguir armas’, se lamenta Ahmad, quien hace hincapié en que el fin es 100% humanitario y que el primer prototipo será gratuito para quien esté interesado.

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