La infidelidad, una herida que nunca sana

Actualizado
  • 14/03/2019 01:00
Creado
  • 14/03/2019 01:00
Especialistas en el estudio de la conducta humana revelan a La Estrella de Panamá que la infidelidad, lejos de atribuirse al hombre o a la mujer, obedece a elementos más profundos que se desprenden de la dinámica de una vida en pareja

Lo que sigue siendo el tema común de largas tertulias, definitivamente guarda ciertos mitos tras la sombra de quienes alguna vez la han enfrentado en carne propia. La infidelidad, que muchas veces se atribuye en menor medida al sexo débil, es en realidad un fenómeno multifactorial.

Luis Ramírez, psicólogo clínico con experiencia en temas de pareja y familia, asegura que la infidelidad no debe atribuirse a un género en particular.

Según el especialista en problemas de sexualidad, ‘no existe relación entre ser hombre o mujer y la infidelidad; tiene que ver con otros elementos'.

La posibilidad de cometer este acto va más allá de ser hombre o mujer, ‘depende de los valores, las oportunidades, el compromiso que se tenga con la relación, la tendencia al hedonismo, las creencias y el machismo; aunque ambos tienen la capacidad de hacerlo, lo que pesa son elementos personales'.

Ramírez explica que las insatisfacciones suelen ser el factor predominante. ‘El ritmo de la sexualidad en una pareja normalmente está dispuesto por uno de los dos, mientras que el otro maneja un sentimiento de insatisfacción y tiende a buscarla fuera del entorno de la relación'.

LO QUE NO SERÁ SENCILLO

DESAFÍOS. Reponerse de la infidelidad no es tarea fácil. Hay rasgos de la personalidad que disparan la celotipia y que, después de una infidelidad, dificultan el avance; ‘a una persona con un trastorno como este, agregarle un evento de infidelidad, resulta en algo complicadísimo', menciona Ramírez.

También en el caso de quienes descubren que su pareja le ha sido infiel con alguien del mismo sexo, es difícil dar marcha atrás.

Además, ‘la carencia de un sentido de pertenencia profundo hacia la relación lleva al individuo a trascender a la infidelidad. Las personas no tienen un correcto valor de sí mismas y de su sexualidad y piensan que se trata solo de placer sin consecuencias, cuando en realidad todo en la vida tiene secuelas', dice.

Por su parte, Ernesto Galíndez, psicólogo clínico con más de veinte años de experiencia, coincide en que científicamente ni hombres ni mujeres están propensos a ser infieles; sin embargo, cuenta que desde el punto de vista social, al hombre desde temprana edad se le han reforzado aspectos como la cantidad de parejas que deba tener, generando la presión de ser ‘macho' y reconocido, ‘ocasionando el vacío de que para ser feliz, debe tener varias parejas', explica.

Galíndez argumenta que la infidelidad es un asunto moral en el que inciden aspectos muy íntimos de la cotidianidad en la pareja. ‘Si te sientes lleno, aunque te den el mejor postre no lo consumirás, pero si descuidas a quien quieres o amas, comienzan a crearse vacíos que serán llenados de otra manera', apunta.

La insatisfacción sexual, como detonante común de la infidelidad, viene dada ‘porque el hombre quiere más sexo mientras que la mujer, con todas las actividades que atiende, suele descuidarlo y a su vez, en la medida en que el hombre descuida la atención y el halago, genera una frecuencia sexual baja, desencadenando en infidelidad', expone.

‘La mujer tiende a ser mucho más seductora, necesita reforzadores a nivel de estima, mientras que el hombre necesita sentirse más deseado y con la frecuencia sexual más activa', subraya.

¿RELACIONES ABIERTAS?

En términos sociales, explica Ramírez, nos quejamos de flagelos como el embarazo precoz o las enfermedades de transmisión sexual y las denominadas ‘relaciones abiertas' son de alto riesgo en torno a estas problemáticas.

‘Las personas no miden las consecuencias de tener varias parejas simultáneamente. No hay un área del ser humano que no sea afectada o lesionada por nuestra conducta sexual, porque es una de las esferas del desarrollo humano más importante', indica.

Para Galíndez, estas dinámicas ‘no son sanas por constituir algo externo a la relación y en algún momento pasarán factura'. Quienes están en estas relaciones, racionalizan que el sexo no tiene nada que ver con hacer el amor, ‘hago el amor con mi pareja, pero tengo sexo con muchas, algo que no es beneficioso porque no tienes una entrega total', apunta.

‘Es como las drogas, cada vez necesitas más y nunca estás satisfecho hasta que llega a ser dañino. O como cuando te acostumbras a que necesitas otras cosas para funcionar porque esa persona no te llena completamente', enuncia.

DESCONEXIÓN

La falta de conexión emocional es otro elemento que predispone a la infidelidad, ya que ‘si no me siento a gusto, tranquilo o cómodo en una relación, es más fácil que ese espacio lo ocupe alguien más'.

‘Generalmente todos buscamos generar vínculos; algunos más profundos que otros, pero la falta de conexión emocional en la pareja tiende a dar espacio a que eso ocurra. Cuando el individuo no se siente amado, querido, respetado y valorado y alguien afuera le demuestra ese amor, respeto y comprensión, podría hacer un vínculo con esa persona, aunque después se arrepienta', destaca.

HUELLAS LATENTES

La infidelidad crea una amplia brecha en el vínculo de la pareja. ‘Es como romper un papel, hacerlo pedazos, luego armarlo y querer dejarlo en el mismo orden y que sea funcional. Eso exactamente es una infidelidad', asevera Ramírez.

‘Si te sientes lleno, aunque te den el mejor postre, no lo consumirás pero si descuidas a quien amas, comienzan a crearse vacíos que serán llenados de otra manera',

ERNESTO GALÍNDEZ

PSICÓLOGO CLÍNICO

Acota que ‘se puede perdonar, pero nunca será exactamente lo mismo; además, puede generar problemas asociados a ansiedad, celopatía, desconfianza, deseos de venganza y sentimientos disfuncionales para una relación de pareja'.

De acuerdo con Galíndez, es una herida que nunca sana en su totalidad, se pasa la página, pero nunca se cura.

‘Crea un estado de paranoia en la pareja en la que cualquier cosa será un factor de sospecha y desconfianza', indica.

Y LUEGO... ¿QUÉ?

Para sobreponerse a la infidelidad, lo primero es entender que la persona engañada atravesará por un proceso de duelo que no es corto; es doloroso, con malestares y sufrimientos.

‘En la pareja, luego de la infidelidad, las cosas cambian; para salir adelante se debe crecer y evolucionar',

LUIS RAMÍREZ

PSICÓLOGO CLÍNICO

Entender esto es fundamental para soportar lo que demora la etapa de duelo. Posteriormente, debe asumirse el compromiso de trabajar para reponer lo que sea posible ‘modificando actitudes y comportamientos y con la convicción sincera de cambio en quien fue infiel', recalca Ramírez.

Avanzar es posible, ‘el ser humano tiene la capacidad de adaptarse a todo; sobrevive a guerras, desastres naturales, situaciones difíciles y esa cualidad de adaptación, nos mantiene como la especie dominante en todos los aspectos'.

No obstante, en la pareja, luego de la infidelidad,' las cosas cambian; para salir adelante se debe crecer y evolucionar'.

Como individuos, hay consecuencias, no en todas las personas es igual, pero existe la capacidad de sobreponerse , si existe un alto nivel de compromiso.

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