Ginecoestética: autoestima y placer sexual

Actualizado
  • 04/06/2020 00:00
Creado
  • 04/06/2020 00:00
A través de diferentes procedimientos quirúrgicos y estéticos es posible corregir problemas de la zona íntima femenina, mejorando la funcionalidad, la imagen propia y el disfrute pleno de una sana sexualidad

El envejecimiento natural, los cambios hormonales, el embarazo y el parto, pueden favorecer el ensanchamiento de la vagina. Y aunque quizá sea un tema que se mantiene bajo las sábanas o se destapa únicamente en las tertulias femeninas, conlleva el peso de reducir la calidad de la vida sexual.

La ginecoestética permite mejorar la apariencia del órgano íntimo femenino y el goce de la intimidad en pareja.

Según expertos en la materia, con una vagina más estrecha se estimula más el miembro masculino durante el coito y la mujer puede experimentar más placer durante la penetración, así como más posibilidades de alcanzar el orgasmo.

Un artículo de la revista estadounidense Psychology Today indica que “la vagina se estira mucho durante el parto como un acordeón completamente abierto. Después del parto, ¿se vuelve a apretar por completo? Sí, generalmente, al menos en mujeres jóvenes, es decir, mujeres en su adolescencia y principios de los 20 años. Dentro de los seis meses posteriores al parto, la vagina joven típica se siente prácticamente como era antes de dar a luz”.

“Si estiras algo elástico mucho, con el tiempo se fatigará y ya no se ajustará por completo. Eso le puede suceder a las vaginas de las mujeres jóvenes después de múltiples nacimientos. Sus músculos vaginales se fatigan y ya no se contraen por completo”, aclara el autor.

Según la misma publicación de la revista estadounidense, el envejecimiento también fatiga el músculo vaginal e independientemente de que las mujeres hayan dado a luz o no, a medida que avanzan en edad, pueden quejarse de sentir menos apretadas sus vaginas.

Ante este panorama, la ciencia médica desde la rama de la ginecoestética ofrece alternativas para devolver a la zona íntima femenina su forma.

Laura Sardi, ginecóloga obstetra y sexóloga, explica a nuestro medio que antiguamente la cirugía reconstructiva se definía como un conjunto de procedimientos quirúrgicos utilizados para resolver problemas funcionales o estéticos de la región genital femenina.

Hoy “las mujeres buscan embellecer el área genital, lucir una vulva juvenil, sentirse cómodas con su cuerpo, obtener mayor placer sexual, mayor confianza en sí mismas, cumplir criterios de aceptación, tratar la disconformidad, irritaciones o molestias”, afirma.

Se trata de intervenciones que favorecen la salud sexual y física de la mujer, según la especialista. Además, “la función sexual es un importante indicador de la calidad de vida, que está influenciado por una variedad de factores, físicos, psicológicos y sociales”.

Al corregir el ensanchamiento del tejido de la vagina, se logra una relación sexual más placentera.

De acuerdo con la especialista, el concepto de estética genital engloba una serie de intervenciones quirúrgicas que no siempre corrigen los problemas funcionales, pero se relacionan directamente con el placer sexual o aspectos meramente estéticos.

Sobre las técnicas

La clitoroplastia “busca reducir el tamaño del capuchón del clítoris, lo que permite aumentar de manera significativa la sensibilidad”, afirma.

Es básicamente una técnica de cirugía íntima con la que se minimiza el tamaño del clítoris hipertrófico, para devolverle funcionalidad y embellecimiento.

Por otra parte, el rejuvenecimiento vaginal consiste en estrechar el canal de la vagina uniendo los músculos, restableciendo el tono muscular, la elasticidad y el control, “con el consecuente aumento de la satisfacción en las relaciones sexuales”, alude Sardi.

Con esta alternativa, se repara el canal vaginal a través de una incisión en el perineo, eliminando el exceso de piel y tejidos para tensar el tamaño de la abertura en la vagina. Suele combinarse con la reducción de labios.

Con la himenoplastia “se reconstruye el himen para recuperar la fisonomía propia de la virginidad, exigida para el matrimonio en ciertas culturas”, agrega Sardi.

Se trata de una intervención en la que se buscan los remanentes de la membrana, se refrescan los bordes y se suturan, mediante un abordaje en quirófano, según recoge El Mundo, de España.

Alfonso Lavergne, ginecólogo obstetra, añade que entre la gama de tratamientos también existen tecnologías con láser de CO2 y la con radiofrecuencia fraccionada microablativa (Rffma), que permiten una labor estética.

El láser de CO2 es un aparato de alta precisión utilizado en la cirugía ginecológica, que permite respetar los tejidos y reducir el daño quirúrgico con el fin de incrementar la calidad sexual y funcional de las pacientes. Con este, pueden llevarse a cabo tratamientos como labioplastia de reducción, laxitud y atrofia vaginal, blanqueamiento anal y vulvar, episiotomía, eliminación de verrugas y tratamiento de otras lesiones, rejuvenecimiento vulvo-vaginal.

La Rffma además de ser utilizada por dermatólogos para el tratamiento de estrías y rejuvenecimiento facial y corporal, permite la mejora estética vulvar, de los labios mayores, la vagina y el pubis.

“Cualquier paciente mayor de edad, en etapa reproductiva, puede ser sometida a estos tratamientos de ginecoestética; también es ideal para mujeres postmenopáusicas que presentan síndrome urogenital postmenopáusico”, detalla Lavergne.

Elasticidad

Para lavergne, “al ensancharse la vagina, se disminuye la fricción durante las relaciones sexuales, cosa que afecta el estímulo tanto para la mujer como para el hombre”, siendo esta una de las causas más habituales de demanda para estos procedimientos, dentro y fuera del país.

Los músculos vaginales “son parte del llamado piso pélvico y con los embarazos, y más aún con los partos vaginales, dichos músculos pierden tono y se relajan; entonces ocurre el ensanchamiento”, explica.

Para el especialista, la ginecología estética o cosmética puede mejorar el aspecto de los órganos genitales femeninos que muchas veces no son del agrado de la mujer, por ende, “refuerzan la autoestima y favorecen la sexualidad”.

Existe, además, dentro de este campo, la ginecología regenerativa y funcional que permite mejorar el aspecto y la funcionalidad de los órganos genitales femeninos.

Sardi señala que “algunas mujeres sufren de relaciones sexuales dolorosas y lo asocian con la estrechez vaginal; otras no sienten una estimulación durante la penetración y creen que tienen una vagina de un tamaño inapropiado; lo cierto es que la vagina es un tejido muy flexible, capaz de adaptarse a cualquier circunstancia”.

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