'Ecosexualidad' para un planeta más sostenible

Pese a que la pandemia trajo consigo una crisis económica, social y de salud, lo cierto es que las emisiones de gases de efecto invernadero lograron disminuir y la calidad del aire mejoró a raíz de las medidas de confinamiento.

Pero cuando pensamos en los diversos caminos que existen para seguir reduciendo esa huella de carbono, lo que menos consideramos es que ciertos objetos empleados en la vida sexual pueden contribuir a lograr un planeta más sostenible.

Desde vibradores biodegradables y lubricantes orgánicos, hasta condones biodegradables se han vuelto una tendencia en pandemia.

Adenike Akinsemolu, científica nigeriana especializada en sostenibilidad medioambiental, dijo a la BBC que “para algunos ser respetuoso con el medio ambiente significa elegir lubricantes, juguetes, sábanas y preservativos que tengan un menor impacto en el planeta.

“Los lubricantes a base de agua y los preservativos orgánicos y veganos son una buena elección para divertirse y adoptar una vida sexual sostenible”, afirmó Akinsemolu.

“No solo causan un daño menor al medio ambiente, sino que ofrecen a sus usuarios una gran diversión”, dijo al diario inglés la doctora nigeriana.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), encargado de la salud sexual y reproductiva, calcula que cada año se fabrican unos 10,000 millones de preservativos masculinos de látex y unos 35 millones de preservativos femeninos, que la mayoría termina en los basureros y después en los océanos.

Para Jamill Rivera Sánchez, psicóloga y especialista en conductas sexuales, el problema de los condones gira en dos vías, una es que están fabricados con látex sintético, aditivos y productos químicos, por lo que son muy difíciles de reciclar y aunque algunos pueden ser biodegradables, ¿qué pasa con la envoltura?

“Debemos tener en cuenta que cuando hablamos de productos sostenibles o amigables con el planeta, estos deben ser completos, porque sino no es un producto sostenible. Por ejemplo, la envoltura usualmente es de plástico, por lo que tardará cientos o miles de años en degradarse, así que si las empresas en verdad quieren hablar de sostenibilidad, también deben pensar en todo el producto en su conjunto”.

“Algo similar pasa con las botellas de agua que dicen ser biodegradables, pero, ¿qué pasa con las tapas?”, detalló la psicóloga.

Sin embargo, hizo hincapié en que de llegar a utilizar estos productos ecológicos (condondes, juguetes sexuales u otros ) durante las relaciones, debe mantenerse la precaución porque podrían romperse. “Lo que recomiendo es que antes de utilizarlos pregunten al proveedor sobre la resistencia para evitar desenlaces fatales”, detalló.

Según ExpokNews, un servicio de información 100% gratuito con publicación diaria de contenidos relevantes sobre el ámbito de la responsabilidad social de México, hay algunas marcas que han desarrollado tipos de preservativos más sostenibles y biodegradables. Sustain Natural, por ejemplo, es una marca de preservativos ética, ecológica y libre de toxinas que utiliza látex natural de comercio justo, no contiene nitrosamina (un ingrediente presente en muchos preservativos que se ha asociado a efectos cancerígenos), se envasa en papel reciclable y el 10% de sus beneficios se destina a organizaciones de salud femenina.

Otras marcas de preservativos sostenibles son HANX, un producto vegano y biodegradable aprobado por los ginecólogos que utiliza caucho de comercio justo, y Fair Squared, una marca de preservativos veganos que también utiliza látex natural y caucho de comercio justo.

Además, Fair Squared ha sido sometido a las pruebas más exigentes de la norma internacional ISO 4074, lo que garantiza la seguridad y la calidad de sus preservativos, describió ExpokNews.

Una nota publicada por el diario El Mundo señala que el movimiento 'ecosexual' está relacionado con el arte y el activismo.

Se centra en las relaciones sexuales humanas y la interacción ecológica, en sus diversas formas y contextos. Esta desconocida orientación o identidad sexual, como algunos lo definen, lleva más de una década practicándose.

Las líderes del movimiento, las artistas Annie Sprinkle y Elizabeth Stephens, trabajaron años sobre esta tendencia en su Love Art Laboratory, declarándose 'ecosexuales' en 2008, pero no fue hasta 2011 cuando redactaron el Manifiesto Ecosexual, seis puntos en los que señalan quiénes son y cuáles son sus propósitos: “Somos acuófilos, terrófilos, pirófilos y aerófilos. Abrazamos los árboles sin pudor, masajeamos la tierra con los pies y hablamos eróticamente a las plantas. Nadamos desnudos, somos adoradores del sol y observadores de las estrellas. Acariciamos las rocas, disfrutamos de las cascadas y a menudo admiramos las curvas de la Tierra. Hacemos el amor a la Tierra con nuestros sentidos. Celebramos nuestro punto E. Somos muy guarros”, dijeron según redactan varios medios internacionales.

Estas no solo se casaron con la Tierra en una de sus bodas artísticas, sino que realizan bodas a lo largo del planeta, uniendo personas a cielo, mar, luna, sol o nieve. Cada vez son más los seguidores 'ecosexuales' que realizan sus votos de amor con la naturaleza, describe el medio español.

Por lo que las propuestas de estas artistas definen diversas formas de conexión sensorial e interacción sexual con la naturaleza, desde una conexión puramente mental o espiritual, hasta relaciones físicas, siempre legítimas.