Miedo a compartir

Actualizado
  • 25/12/2016 01:00
Creado
  • 25/12/2016 01:00
Este proceso es costoso y lento, limita la cantidad de organizaciones que pueden pensar siquiera en acometerlo

Uno de los paradigmas más difíciles de cambiar en el ecosistema local de innovación y emprendimiento es el ‘miedo a compartir', la idea de que te van a copiar.

Hoy deseo dar ejemplo y compartir algunos temas que normalmente incluyo en mis charlas de ‘innovación abierta'.

Una idea no vale por sí sola, sino por si logra sumar la suficiente gente que crea y trabaje en ella como para que se vuelva una realidad.

La innovación es algo que requiere mucho esfuerzo y requiere pensar (cosa compleja), pues normalmente se innova para encontrar la respuesta a un problema.

Importar soluciones casi siempre es un error, ya que no se puede asumir que aquello que funcionó en un lugar y momento determinado, lo hará aquí y ahora.

Hay dos formas de generar innovación, la manera más tradicional es crear un laboratorio, encerrar un par de genios, darles recursos y una lista de problemas.

Este proceso es costoso y lento, limita la cantidad de organizaciones que pueden pensar siquiera en acometerlo.

La otra opción es la ‘innovación abierta', consiste en crear un esquema donde todos pueden aportar y todos se benefician. Es mucho más barato, tiene más alcance y bien manejado logra que los proyectos nazcan con personas ya interesadas en su desarrollo.

Nuestros países, que tienen limitado acceso a recursos de investigación y desarrollo, pueden beneficiarse de la creación de espacios de innovación abierta, lo único que se necesita en tener claro los problemas y crear oportunidades para que los innovadores interactúen.

Existen muchos ejemplos de procesos así, como el software de código abierto, que involucra a miles de personas y que beneficia a millones; o empresas que implementan esquemas que permiten que los usuarios de sus productos puedan cambiarlos y mejorarlos

Hay ciudades que implementan esquemas de ‘gobierno abierto' y sus respectivas herramientas, de forma que logran que los ciudadanos participen de la solución de los problemas de su ciudad.

Lograr entrar en este tipo de dinámicas requiere dejar de temerle a los demás, no podemos olvidar que nosotros somos ‘los demás, de los demás' y que la mejor forma de generar confianza es siendo nosotros confiables; no podemos pedir si no hemos dado primero.

Hoy estoy más que convencido que si llegamos solo ‘tomando' nunca tendremos nada para dar, la única forma que haya algo para nosotros y para los demás, es poniendo primero.

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