Luces, vallenato y alegría en cierre centroamericano

Actualizado
  • 19/03/2013 01:00
Creado
  • 19/03/2013 01:00
SAN JOSÉ, COSTA RICA. Entrando al Estadio Nacional de Costa Rica, me entregaron una pequeña linterna. Pregunté si sería para urgencia si...

SAN JOSÉ, COSTA RICA. Entrando al Estadio Nacional de Costa Rica, me entregaron una pequeña linterna. Pregunté si sería para urgencia si hubiera un apagón. Me dijeron que no, porque era parte del espectáculo.

La sede central de la clausura de los X Juegos Centroamericanos rebosaba alegría y entusiasmo. Unas 25 mil personas, entre atletas, dirigentes, entrenadores y simples espectadores llenaron las gradas del moderno estadio tico.

Al iniciar la ceremonia, se apagaron las luces. Encendí mi linternita, pero de inmediato, un gran letrero en el tablero electrónico indicaba que habría un momento para alumbrar, que no había llegado aún.

Una visión retrospectiva del arranque de la justa el pasado 3 de marzo apareció, mientras en el centro del terreno, una especie de volcán hacía erupción. Me pregunté si esta vez no habría fuego por algún inconveniente pirotécnico. Pero no, nada sucedió en esta ocasión.

Y una vez más, la vuelta al estadio. Esta vez, con cierta nostalgia.

Las ansias de ver competir a los atletas panameños durante los casi 15 días que duró la jornada deportiva, finalmente quedaron atrás.

Los casi 50 panameños que pasearon ante el aplauso de los concurrentes tuvieron sentimientos encontrados. Emoción, sobre todo.

La despedida protocolar fue muy sencilla. El alcalde de San José, y presidente del Comité Organizador de los juegos, Johnny Araya, agradeció a todas las delegaciones por haber entregado sus mejores atletas y brindar un espectáculo deportivo de altura y calidad.

Reconoció que existe ‘una imperdonable mora’ en inversión deportiva en su país, e hizo una especie de propósito de enmienda al respecto. Por cierto, Araya ya suena como próximo presidente de Costa Rica.

Palabras de despedida... hasta luegos, apretones de manos, abrazos... risas... alegrías... algunas lágrimas cuajadas de emoción... sentimientos contenidos en los días de ajetreo intenso se desbordaron finalmente.

Atletas costarricenses distinguidos, como María del Milagro París y Tarik Soto, bajaron el pabellón que ondeó desde principios de marzo, símbolo de la justa regional... y poco a poco, la llama que se encendió en los corazones de quienes vivimos esta experiencia se fue apagando ante aplausos y vivas con voces salidas del alma y el corazón.

La última palabra fue dicha: ‘Adiós, San José; bienvenida Managua 2017...’ y de inmediato, el espectáculo que puso a todos a bailar...

Así, Costa Rica despidió su fiesta, y los países centroamericanos celebraron la competencia que abre las esperanzas en cada uno para seguir adelante en un proceso que, sin dudas, llevará a muchos de estos triunfadores a la cita final, en los Juegos Olímpicos del 2016 en Brasil.

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