La regla ‘10-5' es barrera contra cambios en las Grandes Ligas

Actualizado
  • 14/12/2016 01:00
Creado
  • 14/12/2016 01:00
La cláusula rige para un pelotero con diez años de trabajo y cinco jugando en el mismo equipo. Una regla para ser estudiada

Los Cerveceros de Milwaukee esperan hacer algún trato que les permita deshacerse de su principal jugador, Ryan Braun, ya sea en este receso de temporada o antes del 31 de julio del próximo año.

Sin embargo, es un poco complicado el asunto, pues Braun no puede ser enviado así como así a otro equipo; solo seis de los 29 equipos de las Grandes Ligas estarían en capacidad de llevarse al jardinero ‘Todo Estrella', pero con una mancha por uso de sustancias prohibidas en su expediente.

‘CIERTAMENTE, ESTO TENDREMOS QUE REVISARLO EN ALGÚN MOMENTO PARA ADECUARLO MEJOR'

ANÓNIMO,

EJECUTIVO DE LA MLB

LA REGLA 10-5

Así es llamada la norma que impide mover a un pelotero de un equipo a otro, sin su consentimiento.

Esto surgió hace 43 años, cuando se estableció en un convenio colectivo entre jugadores y dueños de equipos que si un pelotero cumple diez años consecutivos de servicios en las Grandes Ligas, y tiene cinco de estar jugando para un mismo equipo, puede vetar cualquier cambio que se quiera hacer sin su consentimiento.

Por aquellos años, con los propietarios de equipos teniendo pleno control de las cosas, pocos peloteros se atrevían a invocar esta regla, hasta que Ron Santo, quien entonces jugaba para los Cachorros de Chicago, le puso un alto al cambio que se gestaba para enviarlo a los Angelinos de California, a cambio de los lanzadores Andy Hassler y Bruce Heinbechner.

Santo invocó la norma aduciendo que no quería jugar en la costa Oeste de los Estados Unidos, de modo que el movimiento no se produjo; sin embargo, acabó su carrera un año después, jugando con los Medias Blancas de Chicago, en un cambio que se dio solo una semana después que había vetado el cambio a California.

UN TEMA A DISCUTIR

Una modificación a esta regla no fue abordada por peloteros y dueños

año en que se invocó por primera vez la norma, en un cambio que el pelotero Ron Santo vetó porque no quería jugar en California.

LOS TIEMPOS ACTUALES

Aunque los dueños de equipos no han tocado ni parecen tener intensiones de tocar este tema en sus reuniones con la Asociación de Peloteros de las Grandes Ligas, existe plena certeza de que la norma no les agrada, porque limita sus movimientos en busca de reforzar sus plantillas mediante un canje.

Por ejemplo, el receptor Jonathan Lucroy, que jugaba para los Cerveceros de Milwaukee, vetó un cambio que lo habría llevado a los Indios de Cleveland; en cambio le dio luz verde al que lo envió a los Rangers de Texas.

Lucroy tenía solo siete años como pelotero de Grandes Ligas, todos con los Cerveceros, pero al firmar una extensión de su contrato en el año 2012, añadió un listado de ocho equipos a los que no quería ser cambiado; uno de esos eran los Indios, así que el pelotero le dijo no al movi miento.

El pelotero tuvo sus razones. Su participación sería exclusivamente para ayudar a los Indios a llegar hasta la Serie Mundial, lo cual sucedió sin él presente, pero luego no tenía seguridad de su continuidad en el equipo, que esperaba la recuperación del titular, Yan Gomes.

En síntesis, Lucroy estimó que no sería un parche que se quitaría el cerrarse la herida y luego, desechado a su suerte.

Otros peloteros se han cubierto completamente. Por ejemplo, Jacoby Ellsbury firmó con los Yanquis de Nueva York un acuerdo donde solo él puede darle luz verde a un cambio que lo involucre.

Un caso concreto fue el del cubano Yoenis Céspedes, quien ha jugado para cuatro equipos en sus cinco campañas en las Grandes Ligas, antes de firmar con los Mets de Nueva York un acuerdo por cuatro temporadas y $110 millones, que le garantiza la estabilidad necesaria en su carrera, luego de haber sido tratado como un pelotero ideal para cambios.

La regla 10-5 será revisada en una futura reunión para concretar un acuerdo colectivo entre jugadores y dueños de equipos de las Grandes Ligas; eso será dentro de cinco años, de manera que hasta entonces, las cosas seguirán rigiendo como las dejó Ron Santo cuando impidió su cambio a otro equipo en el lejano 1973.

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