Una jornada crucial de calculadora en mano

  • 08/10/2025 00:00
A partir de mañana, hasta el martes, las eliminatorias entran en un punto de quiebre. El Panamá ante El Salvador se presenta como una apuesta cerrada

Con el tiempo corriendo hacia el inicio de la segunda jornada de la tercera ronda en las eliminatorias de la Concacaf para el mundial 2026, los resultados que arrojen los cuatro encuentros programados entre el jueves y el viernes, al igual que los del lunes y martes, van a dejar en rojo intenso la Tabla de Posiciones pudiendo marcar una diferencia que establezca, al concluir, una ventaja apreciable para algunas selecciones o el canto del adiós para otras, antes de completar el calendario.

Mañana jueves arranca la segunda jornada en el Grupo C y el partido Honduras vs Costa Rica en Tegucigalpa (9:00 p.m.), acapara el interés tanto por ser una rivalidad con tradición en Centroamérica, al igual que por presentársele a los ticos como un desafío con tintes de ultimátum en sus aspiraciones, pues de perder ante los catrachos que van de primero con 4 puntos, estos podrían acariciar la clasificación si el lunes repiten ganándole a Haití, en el segundo de los dos partidos que les quedan por disputar en casa.

Se les enredaría aún más sus posibilidades si Haití, que ha empatado también sus dos partidos anteriores, uno de ellos frente a Costa Rica, se impone a Nicaragua en Managua provocando el pánico entre los costarricenses al presentir que, después de asistir consecutivamente a Brasil 2014, Rusia 2018 y Catar 2022, esta vez lo van a vivir viéndolo solo por televisión en vez de sintiéndose partícipes en tierras norteamericanas, repitiendo ausencia como en el Estados Unidos 1994. A la Selección de Haití, condicionada a jugar de local en el Stadion Ergilio Hato en la ciudad de Willemstad, Curazao, por los problemas causados por la inestabilidad política de su país, no se le debe descartar; ha dejado constancia que con su fortaleza física y velocidad podría sorprender a los candidatos de este grupo amargándoles la eliminatoria.

En el Grupo B, la Selección de Jamaica aparece como la mejor proyectada al ser la única selección, entre las doce que conforman los tres grupos, que partió ganando los dos primeros partidos, luciendo impecable 6 puntos en la punta y se le podría ver embalada hacia la meta si el viernes (6:00 p.m.) vence de visita a Curazao; de lograrlo se plantaría en el repechaje y si el martes repite derrotando a Bermudas, última del grupo con 0 puntos, prácticamente estaría clasificándose al mundial a falta de los dos juegos pendientes de noviembre.

Sin embargo, se puede encontrar con que el camino no es tan recto como lo ha encontrado hasta ahora, si el partido del viernes al que Curazao llega con 4 puntos en el segundo lugar, lo asume como una final ganándoles. Daría con ello vuelta a los pronósticos pasando a ser primera con 7 puntos, dejando abierto el grupo hasta la jornada de cierre. Este grupo se ha apreciado como el más disparejo, con Bermudas y Trinidad y Tobago de conjuntos débiles.

Todo parece indicar que a nosotros, en el Grupo A, el encuentro del viernes (8:00 p.m.) contra El Salvador en el Cuscatlán nos va a tener con el corazón entre los dientes los noventa minutos. Conociendo de antemano el resultado de lo que acontezca en Paramaribo entre Surinam y Guatemala (4:00 p.m.), para los panameños y los cuscatlecos va hacer imperativo ganar para mantener el pulso por el primer puesto, aunque se le impone más a los panameños; si los surinameses vencen a los chapines, harían 7 puntos haciendo indispensable que Panamá derroté a El Salvador para alcanzar 5 puntos, para llegar al encuentro del martes en el Rommel Fernández con la posibilidad de que un triunfo sobre Surinam lo ubique en el primer lugar con 8 puntos, lo cual además le haría seguir dependiendo de sí mismo al no volver a encontrarse con ellos en la ruta por recorrer.

Si con el mismo escenario: ganando Surinam a Guatemala, panameños y salvadoreños empatan, significaría que al sumar Panamá en total 3 puntos en la Tabla de Posiciones-producto de tres empates- y 4 puntos para El Salvador, aunque Panamá derrote a Surinam en el partido del lunes en el Rommel Fernández, ellos se mantendrían de primeros con 7 puntos mientras Panamá llegaría a 6; ya no dependería de sí misma para desplazar a los surinameses y al no volverles a enfrentar, quedaría a expensas en la jornada de cierre de noviembre, no solo de ganar sus partidos sino también que entre Surinam, El Salvador y Guatemala se hagan daño mutuo.

En tanto, para El Salvador a pesar de que el empate no sea lo buscado, ni lo deseado, al sumar 4 puntos, si Panamá el martes derrota a Surinam y ellos vencen a Guatemala en el Cuscatlán, a la que ya derrotaron en la primera jornada, harían 7 puntos e igualarían en la punta con Surinam. De darse esta posibilidad, llegarían contra Surinam en Paramaribo, el 13 de noviembre, a definir el liderato del Grupo A con la ventana abierta al repechaje para el partido contra Panamá, el 18 de noviembre en el Rommel Fernández. Las opciones de Guatemala, a la que tampoco se le puede descartar, se intuye que van a estar muy condicionadas a lo que saquen del partido contra Surinam.

La derrota de Panamá ante El Salvador y un triunfo de Surinam el viernes, dejaría prácticamente lastradas las posibilidades canaleras de llegar directo al mundial, pasaría a depender del azar en las matemáticas con los otros encuentros, le dejaría en gran parte apostando a acertar con un billete de lotería en el bolsillo.

Estamos en invierno y en el firmamento se suelen posar nubes grises, la semana pasada no dejó noticias gratas para el fútbol panameño: primero el Plaza Amador, en una de sus mejores campañas, fue eliminado en los cuartos de final por la Copa Centroamericana, en una llave accesible a la que llegó con ventaja al segundo partido en el Rommel Fernández. A ello se unió la eliminación de la Selección Sub-20 en la fase de grupos del mundial Chile 2025. El equipo dirigido por Jorge Dely Valdés expuso buen juego sin redondear una presentación para aplaudir, un paso atrás en relación con el torneo en Polonia 2019 donde se llegó a los octavos de final, a las expectativas con las que partió y a la planificación de la que gozó.

Pero más allá de estos vaivenes en los que están expuestos todos los involucrados en el acontecer diario del impredecible fútbol, la Selección Mayor que viaja a El Salvador es un seleccionado con las cualidades y el talento para lograr con argumentos un resultado positivo que le guíe hacía la clasificación, por nivel, jugadores y cuerpo técnico como lo han demostrado en estos cuatro años con el rendimiento en las competiciones en las que ha participado. Hay un fantasma que se les ha atravesado en el camino y les está complicando: la presión mental que ejerce una eliminatoria mundialista, diferente a la de los otros torneos, les está pesando como una losa para transformar en buenos resultados el despliegue de juego con el que se granjearon el afecto de los hinchas y los elogios en la Concacaf. Si lo enfrentan con confianza, con solidaridad colectiva defendiendo y atacando, metidos en el partido desde el primer minuto hasta que el árbitro lo da por concluido, el boleto lo tendrán. Ir al Mundial es una vitrina para exponerse como deportistas trascendentes y enarbolar el orgullo patrio que no les dará ninguna otra competición, es una misión posible.

Lo Nuevo