Boxeo profesional panameño: ¿está en caída libre?

Actualizado
  • 06/03/2023 00:00
Creado
  • 06/03/2023 00:00
El último en coronarse como monarca mundial fue Jezreel Corrales en 2016, precisamente uno de los que cayó aparatosamente iniciando el año
El promotor Sergio González (Izq.) junto a su colega Francisco Cornejo.

El boxeo panameño pareciera estar en caída libre y no hay algo que pueda detenerlo en estos momentos o por lo menos enderezar su rumbo, porque la situación es muy compleja.

Panamá, conocida en otrora como la tierra de campeones, cerró el año 2022 con una inusual seguidilla de derrotas en el exterior, y la cadena ha seguido irremediablemente en éste.

El último en coronarse monarca mundial fue Jezreel Corrales en 2016, precisamente uno de los que cayó aparatosamente iniciando el año, y no hay hasta ahora quien se vislumbre con pinta de campeón.

Irónicamente, el negocio del boxeo pareciera estar en 'muy buena forma' en el país, con más de 50 funciones en los últimos cuatro años, 18 de ellas en el que acaba de pasar.

Rigoberto Garibaldi (Der.) es considerado uno de los más mejores entrenadores, debido a su entrega y disciplina.

No obstante, la crisis se observa en esas mismas carteleras, donde el número de púgiles foráneos supera a los nuestros y, en ocasiones, la pelea estelar es protagonizada por extranjeros.

Este último fenómeno se cumple en las cartillas realizadas preferentemente en la ciudad capital, y se registró en los dos primeros eventos de 2023.

El empresario Sergio González, vinculado al boxeo por más de tres décadas, siente que hay factores que complotan para que persista el problema, y que por ahora no se pueda ver luz al final del túnel.

González, en su momento apoderado, hoy promotor y concertador, es una de las voces críticas que hay en la actividad, en la que pareciera existir un conformismo entre algunos de los principales actores.

El gimnasio 'Rockero' Alcázar de Curundú, es el principal local de entrenamiento en la capital.

En esta oportunidad, nos dará una radiografía de los factores que, a su criterio, inciden negativamente en el boxeo panameño.

Una crisis añeja

“Hay una crisis que viene desde unos años hacia acá”, señaló González, quien volvió al boxeo hace un par de años, tras retirarse por casi una década.

Dijo que actualmente existe un 'facilismo', que ha hecho que los boxeadores le pierdan el amor al deporte y simplemente van a entrenar por una asignación semanal.

En esa línea, explicó que entrenadores y boxeadores suspenden los entrenamientos durante 45 días, entre el primero de diciembre y el 15 de enero, lo que impide que puedan ser programados por los próximos meses.

“No va nadie al gimnasio y cuando regresan, están tan gordos que parecen unas vacas, y toma tiempo ponerlos en condiciones”, indicó.

“Me ha sido difícil como concertador ponerlos a pelear porque el que no está pesado, está de vacaciones o el manejador me pide otro contendor, porque el que les ofrezco está muy duro”, abundó.

Otro de los problemas, es que algunos boxeadores y entrenadores se han puesto de acuerdo, para cobrarle a los apoderados una asignación semanal de entre $75 y $100 para los primeros, y otra de $40 para los segundos, por cada pupilo que entrene.

“Eso no lo soporta nadie y lo negativo es que el boxeador cree que tiene derecho a eso y lo utiliza para todo (pensión alimenticia, comprar celulares y ropa), menos para su alimentación o medicinas”, sostuvo.

Según González, en la actualidad no hay más de 30 boxeadores panameños activos y de ellos, el 50% no tiene apoderado, debido a ese comportamiento.

Señaló que esta práctica, además de la que el apoderado debe pagar para ver en acción a su pupilo, está alejando a las personas del boxeo local.

“Un apoderado, para mover a su boxeador, tiene que meterse la mano en el bolsillo, pagarle la bolsa a él y a su rival, y encima, algunos promotores tienen el descaro de pedirles por los gastos administrativos”, detalló.

Comisiones y entrenadores

El empresario también puso su dedo en el papel que realizan las comisiones y los entrenadores, algunos de ellos nombrados como tal, solo por el hecho de llevar una toalla en el hombro.

González salió en defensa de las comisiones porque “su papel es reglamentar y supervisar, y a veces le achacamos responsabilidades que no tienen o un campo de jurisdicción que tampoco les compete”.

Sin embargo, criticó el proceder que tienen en ocasiones, principalmente, cuando aprueban funciones que en el papel se ven que, entre rivales, no están parejas.

En ese sentido, destacó la función realizada por la empresa Laguna Premium

Boxing, en octubre pasado, donde siete de las diez peleas programadas terminaron por nocaut, tres en el primer asalto y otras tres en el tercero.

“Esas peleas jamás debieron de haber sido aprobadas; sin embargo, lo hicieron. Esa noche se trajeron boxeadores extranjeros de clase A importados contra la clase F nacionales”, parodió González.

También habló de la función efectuada en enero pasado por la empresa G&V Entertainment, donde se permitió realizar la pelea entre el panameño Jorge 'Búfalo' Sánchez (129 libras) y el boricua José 'Tito' Sánchez (123 libras), a pesar de la exagerada diferencia en el peso.

“Ni con el hándicap de la ventaja de peso, estamos ganando. Nos estamos quedando a la zaga en lo que ha entrenamiento se refiere”, reflexionó.

“Las comisiones alegan que, si se aplicara el reglamento estrictamente, aquí no hubiera boxeo, pero en realidad están atentando con la integridad física de los boxeadores”, añadió.

Explicó que, en algunos casos, los boxeadores no están haciendo su trabajo de carretera o entrenan en horas de la tarde, cuando no hay púgiles aptos para hacer guantes, lo que demuestra el poco criterio y carácter de sus entrenadores.

“Hay otros casos dónde el púgil le dice al entrenador dónde va a entrenar, a pesar de que el local no reúne las condiciones, mucho menos si está a las puertas de una pelea”, apuntó.

El último ejemplo que dio González fue del boxeador Alexander Durán, a quien se le consiguió una pelea en Estados Unidos, además de la posibilidad de obtener una visa de trabajo por tres años, pero hubo que rechazarla por no estar listo.

“Conversé con el boxeador en el gimnasio y me dijo que estaba entrenando, pero no corriendo. Le contesté, 'entonces no estás entrenando y has perdido una gran oportunidad' además de empezar con el pie izquierdo con su apoderado”, precisó.

“Estamos de mal en peor”, concluyó.

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