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- 17/06/2010 02:00
L o que le ha sucedido a Lionel Messi en los dos primeros partidos de este campeonato mundial es comparable a lo que vivió Diego Maradona en 1986.
El mítico ‘10’ argentino no hizo un gol en la fase de grupos de aquel torneo.
Recuerdo, y lo verifiqué en internet, que las críticas de la prensa argentina y mundial en aquella época apuntaban a la sequía goleadora del mago de la zurda.
Esa magia apareció con toda su fuerza en el partido de cuartos de final ante Inglaterra, con la famosa ‘Mano de Dios’ y el que casi de forma unánime se califica como el mejor gol en la historia de las Copas del Mundo.
Maradona, además, le hizo los dos goles con que Argentina venció a Bélgica en semifinales, y aunque no anotó en la final ante Alemania, inició la jugada que terminó con el gol de Valdano y la corona mundial.
Lionel Messi no ha necesitado del gol para demostrar que es el jugador con la mayor jerarquía de este torneo, hasta el momento.
Hoy, ‘La Pulga’ hizo jugadas que usualmente terminan en gol... un remate con efecto desde fuera del área... una entrada por la izquierda con remate cruzado... movimientos desquitando jugadores.
Nada le resultó al pequeño y habilidoso jugador sudamericano. En cambio, su andar en la cancha abrió puertas para las anotaciones de Higuaín y despejar cualquier duda sobre su calidad futbolística.
El gol para Messi es cuestión de tiempo en este torneo; mientras, gocemos de su inigualable talento.