Riquelme contra Macri: Las convulsas elecciones en Boca

Actualizado
  • 05/12/2019 00:00
Creado
  • 05/12/2019 00:00
Macri abandona el trono presidencial, se celebrarán las elecciones para presidente del club Boca Juniors, el más popular y el más politizado de todos

En pocos países del mundo, fútbol y política están tan ligados como en Argentina. Este domingo, dos días antes de que el presidente Macri abandone el trono presidencial, se celebrarán las elecciones para presidente del club Boca Juniors, el más popular y el más politizado de todos.

Quizás te estés preguntando: ¿Y qué importancia pueden tener las elecciones de un club de fútbol? En Argentina, muchísima. Macri se convirtió en presidente de Boca en 1995. Tres años después, nombró entrenador a Carlos Bianchi y con él, Boca ganó tres copas Libertadores y dos Intercontinentales. Apoyado en los triunfos futbolísticos, Macri fue escalando en la política argentina. Primero como jefe de Gobierno de Buenos Aires de donde brincó hasta llegar a la presidencia argentina. Sin embargo nunca se alejó demasiado de Boca. Lo reemplazó Daniel Angelici, un fiel escudero que presidió el club a partir de 2011. El extraordinario escritor Martín Caparrós decía en su libro Boquita, que a partir de la llegada de Macri al club, este se había convertido en un “Boca fashion”, los palcos llenos de personajes poderosos y ricos, usando influencias y tramando acciones dudosas. La vinculación tradicional política de las masas boquenses siempre estuvo del lado peronista (los domingos, a estadio lleno, la hinchada vociferaba: “Boca y Perón, un solo corazón”).

Macri es hoy el mayor antiperonista posible, pero al mismo tiempo, es uno de los símbolos que se asocian a Boca, principalmente por la riquísima trayectoria deportiva del club durante su presidencia.

Juan Román Riquelme, jugador legendario como pocos y partícipe de la etapa con Macri a la cabeza, es uno los ídolos supremos dentro del rico imaginario boquense. Para estas elecciones anunció su participación como vicepresidente para estas elecciones. Pero dentro de una lista opositora. Para muchos, para casi todos, su sola presencia significará una nueva caída para Macri y sus socios. Y como si esto fuera poco, una tercera lista logró convocar a otro ídolo de Boca para su fórmula presidencial. Se trata de Gabriel Omar Batistuta, goleador legendario. Sin embargo, Batigol no se acerca ni remotamente al estatus de ídolo que mantiene Riquelme en el corazón fervoroso de la hinchada de Boca. Quizás te preguntes porqué tanto interés en presidir un club de fútbol en Argentina. Macri llegó al éxito en política desde su posición en Boca. Su presencia en Boca le ofreció fama y presencia popular. Se hizo reconocible entre cifras millonarias de hinchas, lo acercó a las masas populares (y a sus votos). Muchos políticos y personalidades relevantes de la sociedad argentina, están asociados a clubes de fútbol con distintos calibres económicos o populares. Desde los años setenta (a partir del propio Boca, con su entonces presidente, Alberto J. Armando) la sociedad entre políticos e hinchas, equivalía a poseer un modesto pero eficaz, ejército de feroces lealtades, que durante las campañas políticas aparecían y todavía aparecen como auxiliares de propaganda o feroces varilleros, según el político de turno lo requiera.

Por su parte, Riquelme vive a plenitud su renovada identidad mesiánica. Probablemente, solo Maradona suscita mayor pasión entre la hinchada de Boca. Riquelme al responder a un periodista sobre las razones que lo movían a dar el salto político, señaló a su hijo. Dijo que el niño se lo había pedido para rescatar a Boca luego de dos derrotas dolorosísimas contra su enemigo deportivo, River Plate, en las últimas dos ediciones de la Copa Libertadores de América.

Boca y River nacieron como si fueran siameses en el barrio de La Boca, barrio poblado por inmigrantes genoveses a inicios del siglo XX. En un comienzo eran similares y próximos. Ambas canchas estaban apenas a 300 metros de distancia. Compartían celebraciones y pisaban las mismas pintorescas calles del barrio común. Pero en los años 30, River se mudaría obrero y de céle, fiestas y solo 300 metros separaban sus canchas, hasta que en los años treinta River se mudaría a la zona norte, mucho más refinada y elegante. Y no solo eso, en 1931, River fichó procedente del Sportivo Buenos Aires a Carlos 'Barullo' Peucelle a cambio de 10.000 pesos, lo cual resultaba un gasto de fíbula en esos tiempos. La distancia estaba confirmada. River fue apodado “Millonarios”, mientras Boca se quedó con el mote de “Bostero” (aludiendo al humildísimo oficio de quienes recogían bosta de caballos en la Boca de esos tiempos). Este domingo, la candidatura de Riquelme pone a la lista de Macri a cuatro pasos del abismo, en lo que promete ser una posible vía de cambio para la institución boquense.

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