Un duelo español define prácticamente la liga inglesa

El mejor menú del fútbol mundial lo proponen hoy dos españoles: uno es catalán y el otro vasco, con la peculiaridad que lo hacen en Inglaterra, cuna emblemática de este deporte, y al mando de dos tradicionales equipos ingleses, Manchester City y Arsenal, en una cerrada disputa por el título en los últimos compases del campeonato.

Pep Guardiola y Mikel Arteta tienen un duelo que por credenciales personales o por el momento que transitan sus conjuntos, sería para la reputada gastronomía ibérica como un desafío determinante entre dos de sus excelsos chefs. Aunque la calidad de este plato está determinada por la capacidad de la estrategia y la táctica de los técnicos, más que por la calidad de ingredientes y fogones.

Aunque si hacemos un símil con los ingredientes, los dos entrenadores cuentan con plantillas amplias en las que relucen cotizadas estrellas del fútbol mundial, con jugadores ingleses sin duda, aunque en los exponentes extranjeros está depositada la mayor relevancia de una liga (Premier League) que es la más millonaria y atractiva del mundo. De allí las altas expectativas por ver un buen espectáculo y una competencia sin tregua en el Etihad Stadium de Manchester.

Restando la jornada 33, que comenzó ayer y debe concluir el jueves, al torneo le quedarían cuatro fechas para completar el calendario de las 38 jornadas estipuladas. Será la segunda vez que vuelvan a enfrentarse Arsenal y Manchester City en esta temporada 2022-2023; la primera vez lo hicieron el 15 de febrero pasado con victoria 3-1 para el City, arrebatándoles esa vez el liderato que ostentan nuevamente los “gunners”.

Guardiola y Arteta estuvieron juntos en el Manchester City, Guardiola desde su púlpito de entrenador ya consagrado y Arteta como el asistente técnico en progreso. Sin confesarlo, el guipuzcoano aspiraba a ser entrenador principal a futuro absorbiendo todo lo que alcanzara atrapar de su mentor catalán.

Arteta daría el salto dejando su función en los “Citizens”, para erigirse como entrenador del Arsenal en diciembre de 2019. Era su profunda aspiración hacia un equipo del que él había formado parte integral como jugador durante 2011-2016: quería regresar los “gunners” a la cima alcanzada en épocas pasadas. Con el entrenador francés Arsène Wenger, el Arsenal vivió su último periodo entre los grandes clubes competitivos de la liga inglesa y de las competiciones europeas. Bajo su mandato conquistó brillantemente su último título en la Premier League en la temporada 2003-2004.

La realidad lo puso más cerca a Arteta del despido que de la gloria. En tres temporadas ubicó al equipo en dos octavos lugares y en un quinto puesto, nada para resaltar. Sonaban tambores de despedida, su fútbol no gustaba por sus ribetes de juego defensivo que no eran acordes con el estilo propositivo en el que había estado inmerso en el City de Guardiola; parecía que no se había contagiado.

Pero tuvo su reivindicación en esta última temporada, recuperando jugadores que le han sido esenciales para su propuesta como Odegaard, Martinelli, etc. acertando en los fichajes particularmente con Gabriel Jesús y Zinchenko, dándoles un estilo de juego ofensivo y dinámico que lo han conducido a liderar la Premier League durante la mayor parte de su recorrido y plantarle cara a Guardiola, su maestro, en una emocionante disputa que podría alcanzar esta tarde (hora panameña: 2:00 p.m.) su punto álgido.

Sin embargo, el Arsenal de Arteta llega al encuentro contra Manchester City tratando de mostrar la plenitud de su propuesta, pues con una ventaja meritoria en la tabla de posiciones que daba la sensación de que el título se iba a ir asegurando –desde hace tres fechas para llegar al partido con el “colchón” de poder perder sin que le afectara–, han ido mermando en su rendimiento colectivo.

Están obligados a ganar hoy para estirar la diferencia a 8 puntos. El empate no es buen resultado porque el Manchester City lleva 70 puntos, a solo cinco puntos del Arsenal que cuenta con 75, pero el Manchester City tiene dos partidos menos, aplazados por compromisos en otras competiciones. De ganar los Sky Blues, sumaría 6 puntos adicionales que lo ubicarían de primero, desplazando al Arsenal. Necesitaría entonces el Arsenal que estos tengan luego algún traspié y mantener una racha de victorias hasta la jornada final. Una derrota del Arsenal es casi un adiós a la consecución del torneo.

Contra los pronósticos, el Arsenal perdió ritmo y alteró su renta favorable en las últimas tres fechas con tres empates consecutivos sorpresivos y sorprendentes. En el primero ganaba 2-0 al Liverpool y terminó empatando 2-2, en el segundo, con el West Ham, dejó escapar la misma ventaja de 2-0, para terminar igualados 2-2.

El viernes pasado tuvo un vuelo súper turbulento. Contra el Southampton, el último equipo en la tabla de posiciones, recibieron un gol en contra a los 27 segundos de juego, el segundo gol más rápido que le anotan a un equipo en la liga, superando el Arsenal su propio récord cuando recibió ante el Bournemouth otro gol en contra, esa vez a los 9.11 segundos de juego, aunque en ese partido se impusieron 3-2.

Ante el Southampton llegaron a estar 1-3 abajo, emparejándolo dramáticamente 3-3 en los minutos finales. Al concluir este partido, un Mikel Arteta desconcertado dijo en la conferencia de prensa: “Tenemos que mirarnos en el espejo... Volvimos a regalar tres goles fáciles. Cuando ese es el caso, realmente es difícil ganar esta liga”.

Un bajón en el renglón del rendimiento defensivo, que los analistas atribuyen en gran medida a la ausencia del francés William Saliba –quien venía desempeñándose como defensa central durante 27 partidos– por una lesión que desde el 16 de marzo lo ha dejado fuera. De su reemplazo, Rob Holding, se señala que no ha estado a la altura. Con notoriedad se califica también la ausencia del lateral Takehiro Tomiyasu, igualmente lesionado desde la misma fecha y por lo que resta de la temporada. Les es urgente recuperar estabilidad en la zona defensiva.

A Pep Guardiola, considerado un brillante revolucionario del fútbol moderno, y por un sector del ámbito futbolista como el mejor entrenador del mundo, se le han venido dando los resultados acercándolo a la posibilidad de hacerse con un triplete.

De ganar hoy al Arsenal, darían un paso firme para retener el título de la Premier League; el 9 y el 17 de mayo enfrentan al Real Madrid por semifinales de la Champions League, que los podría encarrilar hacia la final en Estambul, Turquía, el 10 de junio. El 3 de junio disputarán la final de FA Cup el torneo más antiguo del fútbol, ante el Manchester United.

Reconocido por ser desde la dirección técnica la figura visible de la época más gloriosa del FC Barcelona, de la cual hizo con el llamado tiki-taka una exposición de fútbol técnico que rebosó las vitrinas del club catalán de trofeos y récords, Guardiola iría mutando en su concepto del juego tras el paso por el fútbol alemán para posarse luego con éxito en el fútbol inglés.

Al Manchester City lo fue moldeando al gusto de su paladar, aunque en sintonía con el fútbol inglés trepidante en ida y vuelta, sumando a la condición física la mayor posesión del balón para abrumar más al rival. Aunque las marcas de la eliminación en semifinales de la Champions League el año anterior, a manos del Real Madrid, parecen haber dejado huella.

Hay un vuelco hacia una nueva identidad en donde la posesión es menos relevante y hasta la concede en la búsqueda de un fútbol con prominencia física y eficacia, en el que el gigantesco e intimidante delantero noruego Erling Haaland esgrime su pierna derecha como el martillo de Thor con el que doblega al rival.

Haaland, el goleador del momento en el fútbol mundial, aparece como el llamado a ser el estandarte de la nueva propuesta de Guardiola. El Manchester City vs. Arsenal de hoy nos puede dar una medida para saber si Mikel Arteta, paisano y colaborador de Pep Guardiola, aprendió tanto de su maestro que puede derrotarlo exhibiendo un antídoto anti-Haaland. Se juegan 90 minutos que pueden definir el título inglés.